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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario - Año C
Lc. 16:1-13
1.- La parábola de hoy se presta a mala interpretación.
2.- Cristo alaba al administrador infiel, pero como es lógico Cristo no alaba el fraude, lo que alaba es la sagacidad en asegurarse el futuro. Hay que ser previsor del futuro.
3.- Cristo nos recomienda que nos preparemos para la vida eterna. Muchos viven en este mundo como si aquí se acabara todo, y va a llegar el día en que nos van a pedir cuentas de lo que hicimos aquí. Y de nuestra conducta en la vida de la tierra va a depender nuestra vida eterna.
4.- Cristo advierte de los que adoran el dinero: «No podéis servir a dos señores». Los que adoran el dinero no AMAN A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS, como está mandado.
5.- Lo de adorar el dinero es algo sutil. El dinero es necesario para vivir. Preocuparnos por él es lógico y necesario. Lo desordenado es la preocupación excesiva, ponerlo por encima de todo, subordinarle a él valores superiores.
6.- Otra idea del Evangelio de hoy es que «los hijos de las tinieblas son más diligentes que los hijos de la luz». Esto me recuerda la diligencia de los enemigos de la Iglesia en atacarla continuamente en los Medios de Comunicación Social, en la política, en la manifestaciones públicas, etc.
7.- Me da pena ver lo que luchan por una causa perdida, pues la Iglesia durará hasta el fin del mundo porque así se lo ha prometido Cristo-Dios, y contra Dios no puede nadie.
7.- Pero me da más pena la inactividad de muchos católicos, que lamentan estos ataques en privado, pero actúan poco públicamente para defender la VERDAD. ¿Hacemos lo que podemos para defender a Cristo y a su Iglesia?
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