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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Décimo Sexto Domingo del Tiempo Ordinario - Año C
Lc 10:38-42
1.- El Evangelio de hoy me habla de dos actitudes ante el Señor: la activista y la contemplativa.
2.- Jesús alaba a María que está a su lado en contemplación.
3.- No es que esté mal la actividad de Marta. El trabajo es indispensable. Pero esto todo el mundo lo sabe. En cambio la necesidad de la oración se olvida más.
4.- Cristo nos advierte que la oración es indispensable para que nuestra acción sea provechosa.
5.- Porque con nuestra oración hacemos eficaz nuestra acción.
6.- Hace falta la intervención del cirujano y la predicación del sacerdote; pero con la oración ayudamos al cirujano para que acierte, y al sacerdote para que mueva las almas.
7.- Por eso debemos ser contemplativos en la acción. Es la unión de Marta y María. Hay que actuar: no podemos quedarnos sentados. Pero unidos a Dios, porque «sin Mí nada podéis hacer» dijo el Señor. Trabajar para Dios, y trabajar con Dios. Esto dará eficacia a nuestro trabajo.
8.- La Virgen es un ejemplo de esto: Ella unía el trajín de la casa con su unión espiritual al Señor.
9.- También cuando acompañaba al Señor en sus correrías. Acordémonos de Caná.
10.- Y esto se aplica también al hogar. El marido se desvive en su trabajo para mantener el hogar, y la mujer siempre atareada con la casa. Esto está bien; pero no se pueden olvidar de las muestras de afecto que mantienen el amor.
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