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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Sexto Domingo de Pascua - Año B
Jn 15:9-17
1.- En este Evangelio el Señor nos dice que guardemos sus mandamientos.
2.- En este Evangelio el Señor nos dice que el amor al prójimo es la señal del cristiano.
3.- Así se distinguían los primeros cristianos; y así deberíamos distinguirnos nosotros.
4.- Debemos amarnos y ayudarnos, aunque sea con sacrificio.
5.- Cristo se puso como ejemplo, y Él dio la vida para salvarnos.
6.- En el amor al prójimo mostramos nuestro amor a Dios. Dice San Juan que el que dice que ama a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso.
7.- Y también mostramos nuestro a mor a Dios guardando los mandamientos.
8.- Hay que ser coherentes. Si somos católicos debemos cumplir como católicos. Es absurdo decir: «soy católico, pero no practico».
9.- Esto es tan ridículo como el que dice: «soy futbolista, pero jamás le he dado una patada a un balón.
10.- En vivir coherentemente la fe da una paz espiritual, una alegría y una felicidad que el mundo no puede dar.
12.- Porque la felicidad del hombre está en el espíritu. Lo espiritual es muy superior a lo sensitivo. Una bofetada en público duele más por lo que tiene de humillación que por el dolor en la cara.
13.- Lo mismo pasa con la felicidad: El hombre disfruta más por el goce espiritual que con el sensitivo.
14.- Pidamos al Señor que nos ayude a vivir nuestro catolicismo coherentemente, pues eso nos hará más felices en este mundo, y sobre todo nos alcanzará la felicidad eterna.
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