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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Primer Domingo de Cuaresma - Año C
Lc 4:1-13
1.- El Evangelio de hoy nos habla de las tentaciones de Cristo. Esto me da pie
para hablar del demonio: de su existencia y de su actuación en el mundo. Que el demonio existe es dogma de fe. Dice la Biblia que hubo ángeles que pecaron y fueron condenados al infierno. Ésos son los demonios. También dice la Biblia que el demonio anda rondándonos, esperando la ocasión de darnos un zarpazo.
2.- Sobre la existencia del demonio le oí decir por Televisión Española al P. Salvador Muñoz Iglesias, Catedrático de Sagrada Escritura en Madrid, en el programa EL PULSO DE LA FE: «El que no crea en el demonio sólo tiene dos opciones. Decir que Cristo nos engañó o que se equivocó. Si no podemos aceptar ninguna de estas dos opciones tenemos que aceptar la existencia del demonio, por el modo de hablar de Cristo.
3.- Hace algún tiempo fui invitado a la televisión vasca a un debate sobre la existencia del demonio. Uno de mis contrincantes dijo que el demonio era un invento de los curas para asustar al pueblo. Yo le contesté que la misión de la Iglesia no es asustar, sino informar. Por eso avisa que hay demonio y hay infierno. Porque son dos verdades reveladas por Dios. Y le puse este ejemplo: Si VD. va por la carretera y se encuentra un letrero que dice CARRETERA CORTADA - PUENTE HUNDIDO, Vd. no piensa que ese cartel es para asustarle, sino para avisarle de un peligro. Y si no hace caso y sigue a 120, al llegar al río se va al agua de cabeza.
4.- El demonio también actúa, tentándonos y hasta con posesiones diabólicas, como el caso histórico de la película EL EXORCISTA. Fue una posesión diabólica por jugar a la «OUIJA».
Pero el demonio, dijo San Agustín, es un perro atado, sólo muerde al que se le acerca. Las mejores armas para defendernos del demonio son: la oración (en el Padrenuestro pedimos protección contra él), la Eucaristía, la Confesión, la devoción a la Virgen y llevar siempre encima un crucifijo. El demonio huye del crucifijo. Es mejor llevar colgado al cuello un crucifijo o una medalla que un colgajo que no sirve de nada.
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