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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Domingo Trigésimo Primero del Tiempo Ordinario - Año B
1.- En este Evangelio se nos dice que amemos al prójimo como a nosotros mismos.
2.- Esta es la REGLA DE ORO de la caridad.
3.- Es frecuente que, inconscientemente, usemos dos reglas distintas: una para juzgar a los demás y otra para juzgarnos a nosotros mismos.
4.- Somos muy benévolos para juzgarnos a nosotros, y con frecuencia crueles para juzgar a los demás.
5.- Por eso es tan sabia la norma del Evangelio: «No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti». «Pórtate con los demás como te gusta que se porten contigo».
6.- Si todos cumplieran esta norma evangélica, esta vida sería un pedazo de cielo.
7.- Pero Cristo nos da otra norma superior: «Haz a tu hermano lo que quieras hacer conmigo».
8.- Esta identificación de Cristo con mi prójimo es la suprema norma de caridad. Pensar que Cristo me premiará lo que haga con mi prójimo como hecho a Él mismo es una maravillosa motivación para practicar la caridad.
9.- A veces cuesta trabajo ver a Cristo en algunos prójimos. Pero debemos procurarlo. Lo cual no excluye el no dejarse engañar de los farsantes. Pero debemos tener cuidado en no pasarse de listos, y dejar de ayudar al que realmente lo necesita.
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