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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario - A
Mt 25:1-13
1.- La parábola que acabo de leer me da pie para comunicaros un pensamiento que yo me he hecho varias veces. La semana pasada he llegado de América. España llevó a Hispanoamérica el castellano, y hoy se habla allí con más precisión que en España.
2.- Por ejemplo: a) Aquí decimos: «Venme a buscar a tal hora» y en América dicen: «Venme a recoger». Mejor dicho. No se trata de buscar algo que se ha perdido, o que no se sabe dónde está.
b) En las autopistas de España se lee: «Cambio de sentido». En las de América: «RETORNO». Más breve y más claro.
c) En España decimos: «El tráfico circula muy lento». En América dicen: «El tránsito...». Mejor dicho, pues el tráfico es propio de las divisas, las drogas, etc.
3.- Lo mismo pasa en la parábola de hoy. Nuestra Biblia habla de vírgenes prudentes y vírgenes necias.
a) La palabra VIRGEN solemos referirla sólo a María Santísima.
Sería mejor hablar de muchachas.
b) Nuestra Biblia dice «prudentes», y en América dicen «previsoras». Está mejor dicho, pues prudente es el que evita un peligro innecesario, y aquí se trata de prevenirse.
c) Nuestra Biblia dice «necias», y ellos dicen «desprevenidas. Mejor dicho pues necio=estúpido, y aquí se trata de no prevenir.
4.- La parábola refleja la costumbre hebrea de las amigas de la novia acompañándola hasta la llegada del esposo.
5.- La vuelta del esposo se refiere a la muerte. Es el encuentro del alma con Jesús. Se recibe con gozo por las previsoras. Si estamos preparados para una buena muerte, ésta no tiene matiz triste.
6.- El aceite son las buenas obras. Su valor es intransferible. Cada uno debe atesorar para sí mismo. Este valor no se puede ceder a otra persona. El valor satisfactorio sí se puede ceder en favor de las almas del purgatorio. Y ellas pueden ayudarnos con su intercesión. Seamos devotos de la almas del purgatorio.
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