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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Domingo Décimo Quinto del Tiempo Ordinario - Año B
Mc 6:7-13
1.- El Evangelio de hoy nos narra que el Señor mandó a predicar a los Apósoles, advirtiéndoles que algunos los rechazarían.
2.- Esto me sugiere hablar de los que rechazan la predicación.
3.- La fe es lo suficientemente clara para que sea aceptada con responsabilidad, y los suficientemente oscura para dejar en libertad su aceptación. Este pensamiento es de Pascal.
4.- Si la fe fuera axiomática, no tendría mérito el aceptarla.
5.- Los axiomas se imponen a nuestra razón: «el todo es mayor que su parte».
6.- Pero Dios ha querido que la aceptación de la fe sea meritoria, por eso no es axiomática. Pero sí es razonable.
7.- Si la fe no fuera razonable, los creyentes seríamos unos necios al imponernos unas obligaciones sin causa razonable.
8.- Nadie puede pensar que que Santo Tomás o San Agustín, esas dos grandes lumbreras de la humanidad eran unos necios.
9.-Por eso es tan importante esta afirmación: El ateo no puede demostrar que no hay Dios, pero el creyente tiene muchas razones para creer. Pero el hombre es libre para rechazarlas. Dijo Santa Bernardita a los que no la creían: «La Señora no me ha dicho que os convenza, sólo que os lo diga».
10.- Es de mucha responsabilidad el rechazar el mensaje de Jesucristo. Las palabras de hoy son duras: «marchaos y sacudid el polvo de las sandalias.
11.- Otra cosa es el problema de los que nunca oyeron hablar del Evangelio. Su ignorancia es inculpable. Dios tiene que tener el modo de salvarlos. Pero en nuestra tierra nadie desconoce inculpablemente el Evangelio. El que no se ha enterado es porque no ha querido. Medios a su alcance los ha tenido.
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