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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Segundo Domingo de Adviento - Año C
Lc 3:1-6
1.- Decía el Bautista: «Soy una voz que clama en el desierto».
2.- Esto tiene hoy gran aplicación, pues hay mucho desinterés por lo religioso.
3.- La gente se preocupa mucho por vivir bien : confort, diversiones, nivel económico, etc.
4.- Pero poco interés por practicar la religión.
5.- Leí una frase en un libro de Santo Tomás Moro, aquél gran santo inglés que murió martirizado por Enrique VIII de Inglaterra por ser fiel al Papa, y no aprobar la mala conducta del rey que se separó de la Iglesia Católica para poder casarse con Ana Bolena dejando a su esposa Catalina de Aragón. El pensamiento es éste: Si vas a ir a vivir lejos de tu actual domicilio para el resto de tu vida, no gastas dinero y tiempo en acomodar tu actual vivienda. Todo tu esfuerzo es acomodar la vivienda a donde irás a vivir para el resto de tu vida.
6.- Pues pronto vamos a dejar esta vida para pasar a la gloria eterna. ¿Por qué no nos preocupamos de acomodar nuestra vivienda eterna?
7.- La única ornamentación de nuestra vivienda eterna son la buenas obras.
8.- Hacemos buenas obras, no por narcisismo (vernos bonitos); ni por pelagianismo (creernos que vamos a merecernos el cielo sólo por nuestra buenas obras). Sabemos que el cielo nos lo ha ganado Jesucristo, pero Él quiere que colaboremos con nuestras buenas obras.
9.- Hagamos hoy lo que nos alegraremos de haber hecho en la hora de la muerte, y no lo que entonces nos pesará.
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