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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Domingo de Resurrección - A
1.-El dogma de la resurrección de Jesús es el más importante de nuestra fe, según San Pablo.
2.- Para saber que Cristo resucitó, primero debemos estar seguros de que murió, pues ruedan por el mundo disparates monstruosos diciendo que Cristo no murió en la cruz, sino que lo bajaron vivo de la cruz, y luego se escapó de la tumba.
3.- Que Cristo murió en la cruz está confirmado por testimonios de médicos que han estudiado la Sábana Santa de Turín.
4.- En el Congreso Científico Internacional sobre la Sábana Santa celebrado en Turín en Junio de 1998, dos médicos forenses, El Dr. Bucklin, norteamericano y el Dr. Rodante, italiano, hicieron un estudio del cadáver de Cristo, grabado en la Sábana Santa para averiguar las causas de su muerte.
5.- Cada uno de ellos habló durante una hora, y al terminar yo me dije: «Me basta la lanzada».
6.- Efectivamente: la lanzada la abrió el corazón, pues la cantidad de sangre que hay en la herida del costado sólo pudo salir de la aurícula derecha que en los cadáveres recientes está llena de sangre. Si la lanzada no le hubiera abierto la aurícula derecha no hubiera salido tanta sangre. Y si la lanzada le abrió el corazón, es evidente que Cristo murió en la cruz.
7.- Por otra parte, al tercer día la tumba estaba vacía. Esto sólo tiene dos explicaciones: que alguien robó el cadáver o que Cristo resucitó. Como nadie robó el cadáver, resulta que Cristo resucitó.
8.- El cadáver no lo robó nadie, pues los únicos que pudieron robarlo fueron los amigos o los enemigos. Uno desinteresado no lo iba a robar. Y no lo robaron ni los amigos ni los enemigos.
9.- No lo robaron los amigos, pues todos ellos murieron por su fe en Cristo resucitado, y nadie da la vida por lo que sabe que es mentira. La vida se da por un ideal, quizás equivocado, pero que uno lo cree verdadero. Pero nadie da la vida por lo que sabe que es mentira.
10.- Tampoco lo robaron los enemigos, pues cuando los Apóstoles convertían a tantos judíos predicando que Cristo había resucitado, si los fariseos hubieran tenido el cadáver de Cristo lo hubieran enseñado para reventar la predicación de los Apóstoles.
11.- Cristo ha resucitado. ¡¡ALELUYA!!
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