|
Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
|
|
|
Décimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario - A
Mt 10:37-42
1.- El Evangelio de hoy se presta a diversos comentarios. Yo me voy a detener solamente en el enfrentamiento entre la familia y Dios.
2.- A primera vista parece que aquí Cristo menosprecia la familia.
3.- Pero no es así. La familia es una institución divina, fundamento de la sociedad, que hay que apoyar y defender por voluntad de Dios.
4.- Pero cuando hay que optar entre Dios y la familia, naturalmente hay que optar por Dios, pues Dios es el primero. Nada ni nadie por encima de Dios.
5.- Aunque no es frecuente, a veces hay conflictos entre los deseos familiares y Dios.
6.- El hijo o la hija quieren consagrarse a Dios, y los padres se oponen, o presentan dificultades al llamamiento de Dios.
7.- Otras veces son los hijos los que viven de espaldas a Dios, y los padres, por cobardía o por complacerles, les dejan hacer lo que ellos quieren.
8.- Naturalmente, no me refiero a los padres que procuran enderezar a sus hijos, pero éstos no quieren hacerles caso.
9.-En la Biblia tenemos dos casos sobre este tema:
a) Dentro del misterio del Niño Jesús perdido, él dice: «Debía ocuparme de las cosas de mi Padre». Pone a su Padre Celestial por encima de sus padres de la tierra.
b) Dios pide a Abraham que le sacrifique a su hijo, y él está dispuesto a hacerlo. Pero a Dios le basta su aceptación, y le detiene antes de hacerlo.
|
|