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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Tercer Domingo del Tiempo Ordinario - Año B
Mc. 1:14-20
1.- Antes de hacer un comentario sobre el Evangelio de hoy voy a comentar la lectura del libro de Jonás.
2.- Dios le pide a Jonás que vaya a predicar a Nínive para que se convierta. Jonás naufragó y fue devorado por una ballena. Estuvo tres días en el vientre de la ballena hasta que ésta lo vomitó en la playa. Jonás predicó en Nínive y Nínive se convirtió.
3.- Primera consideración: El libro de Jonás no es histórico sino que pertenece al género literario de narraciones didácticas.
4.- Quien quiera considerarlo histórico, y que el relato trata de un hecho milagroso está en su derecho.
5.- Pero los especialistas distinguen entre el género literario histórico y las narraciones didácticas. Lo mismo que la parábola del Hijo Pródigo, que no relata un hecho histórico, sino que trasmite una enseñanza: la misericordia de Dios Padre.
6.- El libro de Jonás Trasmite una doble enseñanza:
a) que Dios hace que se cumpla la misión a la que nos llama.
b) que Dios perdona a los pecadores que se arrepienten.
7.- La primera enseñanza del libro de Jonás se relaciona con el relato evangélico: los apóstoles siguen el llamamiento de Jesús con prontitud y total disposición. Lo dejaron todo y lo siguieron.
8.- Todos tenemos una llamada de Dios. a unos nos pide que lo dejemos todo, como a los apóstoles. A otros que dejen sus pecados. Y a otros que dejen los apegos mundanos que nos encandilan con la propaganda del consumismo, y den más importancia a los valores espirituales, tan olvidados por muchos, y que son lo más importante de la vida. Ya dijo San Agustín: «Señor, nos hiciste para Ti, y sólo en Ti encontraremos el descanso de nuestro corazón».
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