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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Décimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario - Año C
Lc 12: 13-21
1.- La parábola de hoy hace pensar.
2.- Aquel rico se prometía una buena vida por las riquezas que había acumulado, y aquella misma noche se murió.
3.- La muerte repentina es algo que nadie se espera. Todos pensamos que vamos a seguir viviendo, y cuando menos lo esperamos nos sorprende la muerte.
4.- Tenemos casos recientes de personas que han muerto repentinamente, bien por un ataque de corazón bien por un accidente.
5.- La única manera de vivir tranquilos es la de estar siempre preparados. Vivir siempre en gracia de Dios.
6.- Vivir en pecado es jugar a la ruleta rusa: puede ser que no haya bala, pero si la hay, se acabó.
7.- La otra lección de este Evangelio es que no debemos estar apegados al dinero. Hoy se vive un ambiente muy materialista. Todo el mundo quiere tener mucho dinero para vivir mejor.
8.- Pero el bienestar material no da la felicidad. La felicidad es algo que está dentro de la persona. Con dinero no se puede comprar. Lo mismo que con el dinero no se puede comprar la paz o el amor. Y mucho menos la virtud, que es lo que nos da la felicidad.
9.- Valemos por lo que somos, no por lo que tenemos. Por eso en lugar de preocuparnos tanto de acumular dinero deberíamos preocuparnos más de acumular virtudes.
10.- Al más allá no podemos llevarlos nada, pero podemos mandar anticipadamente buenas obras.
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