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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Quinto Domingo de Cuaresma - A
Resurrección de Lázaro (Jn 11: 1-45)
1.- El Evangelio de hoy nos narra uno de los milagros más importantes.
2.- El estilo de la narración confirma la historicidad del hecho.
3.- Y la reacción de los fariseos confirma el milagro. Ellos no dijeron: «no es Lázaro, es uno que se le parece». O: «Es que Lázaro no estaba muerto, estaba dormido».
4.- Sabían que era Lázaro que había resucitado. Por eso pensaron acabar con Jesús porque «con esas cosas se lleva al pueblo detrás».
5.- Porque resucitar a un hombre es algo que sólo se puede hacer con el poder de Dios.
6.- Que Lázaro estaba muerto realmente se deduce de que olía mal. Su hermana Marta, delicada como mujer, cuando Cristo dice que quiten la piedra, responde:«Señor, que lleva cuatro día enterrado y huele mal».
7.- La descomposición de un cadáver es la señal más cierta de la muerte real.
Ha habido casos de recuperación después de un encefalograma plano, pero jamás de un cadáver en putrefacción.
8.- Y Cristo le devuelve la vida de una voz. Esto es una auténtico milagro.
9.- Y Cristo hizo este milagro para demostrar que era Dios.
10.- Por eso antes de hacer el milagro elevó a su Padre esta oración: «Gracias Padre porque me has escuchado, y voy a hacer este milagro para que crean en Mí».
11.- Pero, ¡que misterios el corazón del hombre! Los fariseos presencian el milagro, no niegan el milagro, y en lugar de creer en Cristo, deciden matarlo.
12.- Y es que nadie se convence de lo que no quiere. Los intereses no nos dejan ver la verdad.
13.- Por eso debemos tener el corazón limpio, porque sólo «los limpios de corazón verán a Dios».
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