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Homilías del Padre Jorge Loring S.I. |
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Tercer Domingo del Tiempo Ordinario - A
Mt. 4:12-23
1.- En el Evangelio de hoy se nos narra el comienzo de la predicación de Jesucristo.
2.- Y Cristo comienza su predicación con la palabra «ARREPENTÍOS».
3.- Esta palabra hoy no cae bien.
4.- A veces se oye decir, incluso por la televisión «yo no me arrepiento de nada», a personas cuya mala vida es pública y patente.
5.- Encima de pecadores, soberbios. Éstos no tienen perdón. Es el pecado contra el Espíritu Santo del que dice Cristo que no se perdona.
6.- Además, la palabra «ARREPENTÍOS» tampoco gusta a los educadores. Es más cómodo y simpático «dejar hacer». Que cada uno haga lo que quiera.
7.- Imponer la disciplina, para algunos es represión. Confunden la represión peyorativa con la disciplina y fuerza de voluntad que son positivas.
8.- Y el educador que no inculca valores está traicionando su misión de educador y perjudicando a la juventud.
9.- La juventud necesita tener una jerarquía de valores. Y hacer lo que apetece no es el supremo de los valores. El joven que no sabe dominarse será una catástrofe el día de mañana.
10.- Hay que saber elegir voluntariamente los valores superiores, aunque no sean los más apetecibles.
11.- Quien elige voluntariamente el bien es el auténticamente libre. Quien opta por el mal porque le apetece es esclavo de sus apetitos.
12.- Por eso es tan importante educar en la disciplina. La fuerza de voluntad se adquiere con el dominio propio, venciendo los apetitos. Ya dijo Aristóteles: «la vía del menor esfuerzo no conduce a la madurez».
13. Además, dice el Evangelio que conseguir el Reino de los Cielos exige esfuerzo, porque el camino es cuesta arriba.
14.- Todos tenemos que dominarnos. Todos podemos ser mejores. Por eso todos tenemos que arrepentirnos de algo.
15.- Pidamos luz al Señor para ver en qué cosas debemos mejorar.
16.- Debemos procurar ir subiendo escalones cada día hacia la perfección.
17.- Que el Señor nos ilumine para ir mejorando cada día.
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