Uno de los grandes avances de la técnica de nuestros días es la ingeniería genética.
Pero como ha dicho el Papa Juan Pablo II: «No todo lo que es técnicamente posible es moralmente aceptable. Y si el progreso humano no se encauza, se vuelve contra el hombre».
La vida humana comienza en el momento de la fusión de los dos gametos [fecundación]. El ser humano comienza en la concepción, como afirman eminentes médicos: los doctores Botella Llusiá, Lacadena, Rivera, el francés Lejeune, el italiano Ángelo Serra, etc., etc., etc.
Ángelo Serra, genetista del Instituto Gemelli de la Universidad S.C. de Roma dice que el óvulo fecundado (cigoto) «es el principio del nuevo organismo, que se encuentra al inicio de su ciclo vital. (...) Se le debe atribuir el «status» de persona, titular de plenos derechos humanos. (...) El ciclo vital de cada ser humano se inicia cuando los gametos se funden [fecundación] (...) El derecho a la vida del embrión no debe ser interrumpido» (http://www.bioeticaweb.com/Inicio_de_la_vida/Serra_contr_emb.htm).
Cada embrión mantiene su propia identidad e individualidad durante todo el desarrollo. Por tanto el embrión es desde el primer momento un individuo humano real, no un individuo humano potencial.
Si al óvulo femenino se le implanta un núcleo distinto del suyo, aparece un nuevo individuo humano. El embrión está revestido de la dignidad humana y enriquecido con el gran don de la vida que brota de las manos de Dios: aparece un nuevo ser humano.
La clonación humana daría la posibilidad de engendrar hombres a la carta al servicio de los listos que los engendran. Sería posible engendrar hombres agresivos para hacerlos terroristas, o fuertes físicamente y débiles mentalmente para poderlos manipular fácilmente, y dedicarlos a trabajos duros.
La clonación puede ser útil en Zoología o Botánica para mejorar razas animales o especies de plantas. Pero la persona humana no es un animal ni una planta. Tiene sus derechos que hay que respetar. Y uno de sus derechos es tener padre y madre.
Señalemos tres puntos:
A.- En la fecundación «in vitro» se fecundan varios óvulos humanos para sacar adelante sólo uno, y los demás matarlos, o dejarlos morir, o congelarlos sin esperanza de vida.
No hay derecho a condenarlos a muerte, pues son seres humanos inocentes.
El problema es, ¿qué se hace con los embriones congelados?
En primer lugar, nunca debieron engendrarse.
No hay derecho a engendrar «in vitro» varios seres humanos para después sacar adelante sólo uno y destruir los demás.
Pero una vez engendrados habría que procurar sacar adelante todos y buscarles padres adoptivos. Y los que no sean adoptados por nadie por ser
defectuosos, que sean atendidos en instituciones del Estado, pero no se les puede matar por ser defectuosos. El remedio de una enfermedad no es matar al enfermo.
B.- Es verdad que con las células madre extraídas de embriones humanos se pueden curar algunas enfermedades. Pero no es lícito matar a unos para curar a otros.
Es una monstruosidad engendrar seres humanos como almacén de piezas de recambio para trasplantes, y después destruirlos.
A los que defienden la clonación de embriones humanos, yo les preguntaría: ¿aceptaría Vd. ser almacén de piezas de recambio para trasplantes a otros a > costa de su vida?
No es lícito matar a unos para que vivan otros.
Además, las células madre para uso terapéutico se pueden obtener de tejidos adultos. En este sentido debe avanzar la investigación.
C.- Los Laboratorios ACT de Massachusetts (EE.UU.) han logrado por primera vez clonar embriones humanos. Como la clonación humana tiene mala prensa dicen que se trata de una clonación terapéutica, no reproductiva.
La clonación humana daría la posibilidad de engendrar hombres a la carta al servicio de los listos que los engendran. Sería posible engendrar hombres agresivos para hacerlos terroristas, o fuertes físicamente y débiles mentalmente para poderlos manipular fácilmente, y dedicarlos a trabajos duros.
Sería una nueva modalidad de esclavitud.
Por eso LA CLONACIÓN HUMANA ES UNA MONSTRUOSIDAD.
JORGE LORING, S.I. (DNI: 23.385.067-R) |