i diario de la convivencia de la canonización de San Josemaría

Introducción

Éste -Mi diario de la convivencia de la canonización de nuestro Padre- es una adaptación más personalizada del diario que escribí para todos los peregrinos que partimos desde el Centro Universitario Puntarrieles (Asunción, Paraguay). La idea de escribir el diario era –y es- ofrecer un relato de los acontecimientos más significativos de los maravillosos días que pasamos en Roma, junto al Papa.

¿Para qué vinimos a Roma? Lo sabemos todos. De todas maneras, puede ser bueno recordarlo con un par de ideas publicadas en la Guía y Programa que se imprimió para la ocasión:

“-¿Cuál es el fin de la canonización? La respuesta se encuentra en la misma fórmula que emplea el Papa para proclamar a un Santo: En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana”. Estas pocas palabras expresan de manera completa el sentido de una canonización.

(…) Al canonizar un fiel, la Iglesia reafirma que esta meta no es una quimera, un ideal maravilloso pero inalcanzable, sino accesible a todos. Ser santo –o, mejor, buscar la santidad- es tratar en todo momento de ajustarse al proyecto que Dios ha querido para cada uno de nosotros y responder con generosidad a los impulsos de la gracia, abandonándonos filialmente en las manos de Dios Padre”. A buen entendedor pocas… (palabras).

Termino esta brevísima introducción con una petición a Dios que nos escribió el Padre, el Prelado de la Obra:

“-El 6 de octubre, S.S. Juan Pablo II canonizará al fundador del Opus Dei. Pido al Señor que esa fecha signifique para todos una nueva llamada a la conversión: dejar que el Espíritu Santo nos santifique, de modo que nuestro corazón sepa amar más a Dios y al prójimo”.

Asunción, dos de octubre

Hoy, fiesta de los Santos Ángeles Custodios y 74 aniversario de la fundación de la Obra, un buen grupo de paraguayos partimos en peregrinación a Roma para participar en la canonización de nuestro Padre

El grupo que podríamos llamar “Puntarrieles” estuvo compuesto de 52 peregrinos. Para facilitar la organización, los traslados y los paseos, nos dividimos en cuatro grupos (ver abajo -link-).

Hacia las tres de la tarde, comenzamos a llegar al aeropuerto Silvio Pettirosi. Rápidamente nos dimos cuenta de que no sólo partíamos los del grupo de Puntarrieles; también lo hacían algunos matrimonios –los Escribano, los Aquino…- y un grupo de personas de la ciudad de Encarnación.

Cuál fue nuestra sorpresa cuando subimos al avión y nos encontramos con algunos grupitos de argentinos: chicos del Cup (Córdoba), del Centro Oeste (Prov. Bs. As.), de Los Portones (Mendoza), de (Salta) y del Cebil (Tucumán). La alegría se respiraba en el ambiente. Tanto en el despegue como en el aterrizaje hubo aplausos y cantos.

San Pablo, miércoles dos de octubre

Después de una hora y pico, llegamos a San Pablo. Aquí, el grupo de Puntarrieles se subdividió: el grupo uno, con Agus a la cabeza, viajaron a París, los demás lo hicimos a Madrid. Otros peregrinos que viajaron con nosotros desde Asunción, partieron rumbo a Milán. Por lugares diferentes pero con el mismo destino: nunca mejor dicho aquello de que “todos los caminos llevan a Roma”.

Madrid/Paris-Roma, jueves tres de octubre

Ni los “madrileños”, ni los “parisinos” nos ahorramos unas horas de espera en los respectivos aeropuertos. En Madrid, unos 20, visitaron el estadio Santiago Bernabeu y aledaños. Los parisinos llegaron a Roma más temprano y esperaron a los madrileños. Conseguimos reunirnos cerca de las doce de la noche en el aeropuerto de Fiumicino. Se presentó el problema de que no todas las valijas habían llegado. Esperamos un buen rato más y luego nos fuimos. Casi todas aparecieron al día siguiente. La de Sebas Cantero apareció en Asunción y, de la de Koke, nunca más supimos nada.

El P. Federico había arreglado las cosas -desde Asunción- con un sacerdote amigo suyo para que un colectivo nos esperara. Allí estaba. Subimos y nos dirigimos al Depósito de la Empresa de Transportes ATAC. Llegamos hacia la una y media. El lugar que nos tenían reservado estaba casi completamente ocupado por los argentinos. Por este motivo, ocupamos parte del dormitorio (como para unas trescientas personas) de los de Granada. Al día siguiente nos mudamos unos metros, cerca de los sevillanos.

El Depósito de la Empresa de Transportes ATAC

Nuestro alojamiento –y el de otros dos mil- tenía sus peculiariedades.

Algunos sectores estaban divididos por tabiques, de modo que -más o menos-, cada grupo, tenía su ubicación. Las cuchetas de hierro eran fuertes y los colchones de goma espuma, nuevos. Los baños estaban afuera. Las duchas estaban en unos especie de “containers”: con unas cuatro o cinco en cada uno. Pienso que habría unos 10 “containers”. Los baños químicos eran individuales. Había una hilera larguísima. Quizás eran unos cincuenta.

Por la noche, la gran mayoría de las luces se apagaban a las once.

Estaban allí alojados españoles de todos “los pelajes” (la inmensa mayoría secundarios y universitarios; los más chicos habían acampado –con carpas- en un camping); como decía, estaban los argentinos, también los uruguayos, bolivianos, chilenos, brasileños, polacos, hindúes, de distintos países de África…

La comunicación con la ciudad fue una de las virtudes más importantes de nuestro alojamiento. Nos encontramos a unos 8 minutos de Piazza del Popolo. Un “trenino” (un trencito) nos comunicaba con el subte (“la metropolitana”) y los colectivos de la Statione Flaminio. Flaminio se encuentra a unas cuatro estaciones y a otros 7 u 8 minutos de San Pedro.

Las comidas y los almuerzos

Desde Asunción, trámite Bs. As., encargamos las comidas. Estas venían en bolsas individuales. Si bien hubo algunos cambios, básicamente contenían: dos “paninos” (“due panini”: dos sándwiches), una botellita de agua, un pequeño tetrabrick de jugo y un postre (fruta o tarta).

Obviamente, conforme pasaban los días, las bolsas eran más detestadas… (por el “cansancio” que suponía comer sándwiches todos los días).

Según el Comité organizador, 55.000 peregrinos encargaron bolsas de comida para consumir en las inmediaciones de la plaza de San Pedro. Para reducir los costes de las bolsas de comida, la empresa "Fiorucci" ha regalado 30.000 lonjas de jamón; la "Interpan" de Terni, 35.000 bocadillos; la "Ferrero", 15.000 dulces "Snack and drink".

Roma, viernes 4 de octubre

Los cuatro grupos -que se pensaron en un principio- al final se redujeron a dos. Los más grandes estuvimos encabezado por Luis y los más chicos por Agustín.

Por la mañana, desayunamos con unos “paninos” y capuchinos comprados en el café del depósito.

Después del desayuno, partimos con Lucho rumbo a San Eugenio. Poca era la gente, de modo que entramos sin problemas. A los pocos minutos comenzó una Misa en la que pude concelebrar con un grupo de alemanes. La Misa fue en latín. Después de la acción de gracias, partimos rumbo a San Pedro. Nos encontramos con una multitud. Tuvimos que hacer un poco de cola para entrar. Una vez dentro, pudimos recorrer la basílica con bastante tranquilidad. Lo hicimos rápido pues el grupo tenía planeado ir a los Museos Vaticanos. Éstos cerraban a las 14.00 hs. y no había mucho tiempo. Era importante aprovechar ese día ya que todavía no había llegado la “gran masa”. En vez de acompañar a los chicos, me fui a Villa Tevere. Hice la oración junto a los restos de don Álvaro, saludé a unos cuantos conocidos y luego me fui a escribir unos e-mails a Piazza Barberini. Allí había un Ciber Café ¡inmenso!: de tres pisos, con 150 computadoras. Por un euro (un U$A) se podía navegar durante media hora. Luego me volví al alojamiento.

Después de visitar los museos vaticanos el grupito de Luis partió rumbo a Villa Tevere. Pudieron hacer una buena recorrida por los oratorios. Me contaron que, cerca de la iglesia prelaticia, habían preparado un espacio con recuerdos de nuestro Padre. Lo que era un patio abierto fue cerrado y preparado. Yo no estuve en este lugar.

El grupo de Agustín fue un rato a San Eugenio a rezar junto a los restos de nuestro Padre; también visitaron un centro de exposiciones y ventas (ubicado en la cancha de fútbol acondicionada para la cuestión): había medallas, casetes, cd´s, estatuillas, acuarelas, fotos; también distintos modelos de remeras, gorros, etc.

El grupo de Agustín tuvo la suerte de participar en una tertulia con el Padre. Estaba organizada para los “voluntarios”, un grupo numerosísimo de jóvenes de todo el mundo que colaboraron en toda la organización de los eventos con un espíritu de servicio y un buen humor espléndido. El Padre les dijo que esos días “harían el Opus Dei” con este trabajo y que su dedicación permitiría que muchos puedan aprovechar muy bien esos días.

Un chico le preguntó al Padre sobre la vocación. Comentó que estaba con un poco de miedo y que –seguramente- allí habría otros en la misma situación. El Padre le respondió que el camino de la vocación era un camino de felicidad y que la llamada era un verdadero privilegio. Le dijo también que no se sintiera presionado y que obrara con gran libertad.

Después de la tertulia fueron hasta San Pedro, pero lo encontraron cerrado. Escucharon Misa en una iglesia cercana y, de allí, fueron al Coliseo, que también estaba cerrado. Aprovecharon para visitar el Foro, el Monumento a Vittorio Emmanuele y volvieron al alojamiento.

Roma, sábado 5 de octubre

Después del desayuno, con Luis a la cabeza, partimos rumbo a la Parroquia de nuestro Padre, en el EUR. Primero el “trenino”, luego la metropolitana hasta el EUR. Un colectivo nos dejó cerca de la Parroquia. A los pocos minutos de llegar participamos en otra Misa concelebrada. Me di el gusto de poder predicar –con la iglesia llena- ya que fui el concelebrante principal. Después de la Misa, en un salón parroquial, prediqué -a los chicos- una meditación. Luego partimos para San Pablo Extramuros: ¡im-po-nen-te!!; una maravilla arquitéctónica. Sentados en un banco bajo unos pinos meditárraneos o en el pasto y bajo el sol, nos comimos nuestro almuerzo.

Terminado el almuerzo, un grupito fue al Coliseo, otros al foro y otros visitaron la Scala Santa (Leo y Raúl consiguieron entrar ¡POR LA SALIDA!). Yo pasé nuevamente por el ciber café de Piazza Barberini antes de regresar. Al final del día, cada grupito se volvió por su cuenta.

El grupo de Agustín visitó San Pedro: algunos subieron a la Cúpula. El almuerzo fue cerca de la Colonnata. Luego partieron al Coliseo; esta vez, pudieron entrar. Para aprovechar la visita, alquilaron un teléfono que explicaba todo. Luego escucharon Misa en San Clemente Romano –a las 18.30 hs.- y regresaron al alojamiento.

Roma, domingo 6 de octubre

El “horario oficial” de levantada era a las cinco. Muchos del grupo del Paraguay se levantaron bastante más temprano.

A las 6.15 hs. -aproximadamente- apareció el “trenino” en la estación. Éramos una multitud difícil de calcular. Contra todo pronóstico personal pudimos entrar todos. Supongo que debe haber sido el record histórico de “capacidad conseguida…”. También la metropolitana estaba muy llena. De todas maneras, era temprano: las 6.25 hs. más o menos.

Según me contaron, José Javier inició una verdadera-estampida en la vía Borgo Santo Spiritu. Empezó a correr y cerca de un millar de personas le siguieron.

Juan Morales tuvo el difícil encargo de llevar al San Josemaría que trajimos de Asunción (la caja mide un metro y medio de alto). Juan consiguió que frenara el papamovil y que el Santo Padre lo bendijera. Al día siguiente apareció la foto en La Stampa de Turín.

Yo tuve el grato encargo de distribuir la Comunión, en la ceremonia. En la sacristía me encontré con muchísimos sacerdotes conocidos. A muchos no los veía desde 1990, año en que me fui de Roma.

La emoción y la alegría de los participantes es muy difícil de describir. Tampoco creo que las fotos y filmaciones consigan recoger los sentimientos del corazón.

A la salida la gran mayoría almorzó cerca del Castel Sant´Ángelo. Allí apareció Erwin Soto, que vive en Pamplona. Desde allí todos se dispersaron en pequeños grupos. Yo almorcé una bolsa de comida que me dieron en el Palazzo de San Appolinare. Sede de la Universidad de la Santa Cruz y lugar donde repartían dichas bolsas a los voluntarios. Me la comí en Piazza Navona, en la agradable compañía de John Michel y Oscar Romera. Ellos estaban tomando un café en la vereda. Desde dicho “lugar estratégico” pudimos saludar a un montón de gente que circulaba por la plaza.

Los chicos aprovecharon para visitar, el Panteón, Sancta Maria Sopra Minerva, la Fontana di Trevi, etc. Otros –Tito, obviamente, entre ellos- estuvieron en Hard Rock Café ROMA. Algunos estuvieron en San Eugenio esa tarde.

“Per due giorni la metro parla spagnolo”  

Este fue uno de los titulares de Il Tempo. Y era ¡realmente! Muy cierto.

Roma estaba completamente “invadida” por los peregrinos. Los españoles eran unos 85.000. Vamos ahora a contar ahora algunas impresiones personales, anécdotas y sucedidos.

Especialmente “Soprano” fue la santería -ubicada al inicio de la vía de la Conciliazione- más visitada. La llamaron “El Luisito de Roma” por sus precios bajos.

Los celulares españoles llamaron notablemente la atención. Todo el mundo (9 de cada 10) tenía uno y hablaba permanentemente. En el alojamiento, dichos celulares monopolizaron los pocos enchufes existentes.

Los autos SMART nos dejaron bastante impresionados: por su minúsculo tamaño y por su cantidad: había muchos y estaban por todos lados.

A Marco Solís le salieron ampollas en las ampollas del pié. El pobre estaba destruido…

Algunas compras divertidas: Carlos Celano se compró un libro y un hiper poster con todos los Papas; Tito se compró una remera en el Hard Rock Café; también un mini-coliseo para su hermano; Oscarcito cambió una foto de nuestro Padre por una camiseta de la Roma. Leo llevó cuatro botellas de agua para que el Papa las bendijera.

Además de compras, hubo VENTAS. Los argentinos vendieron posillos de café soluble, por la mañana; también cigarrillos, cinturones de cuero, etc. Yo vendí 80 de las 100 medallas de nuestro Padre que llevé. Eran de yeso pintadas y patinadas por un artesano de Areguá; hice una muy buena diferencia.

Enzo y Carlos Celano hablaban hasta por los codos. No había forma de hacerlos callar. Carlos Celano fue obligado –por Gustavo B.- a firmar un papel en el que se comprometía a dejar de hablar durante toda una cena. Carlos Paredes deleitó al público con sus constantes chiste. Ejemplo:

“-Caminaba Caperucita por el bosque. Cayó la noche y la aplastó”.

Roma, lunes 7 de octubre  

También se madrugó el día lunes. Aunque el ritmo fue ligeramente menor.

Ese día, Raúl y Leo se convirtieron en “pseudo-jefes-de-staff” y organizaron la distribución de la Comunión. Al Sto. Padre lo pudieron ver desde muy cerca.

Yo, gracias a una muy buena invitación que me dio el P. Victor, pude ubicarme en “il sagrado”, muy cerca del altar, junto a las personas que saludaron al Santo Padre, al finalizar la audiencia.

Mucho me impresionó el recibimiento del Papa al Patriarca Rumano Ortodoxo. Me impresionó escuchar “en directo” cómo el Papa pedía perdón por los errores que llevaron al cisma y el cariño y la hospitalidad que le brindó. Para mí, fue lo más conmovedor de la jornada.

Después de la audiencia con el Santo Padre hubo reagrupamiento y almuerzo en la fosa del Castel Sant´Ángelo.

Yo me encontré con Fernando Fragueiro y John Roberts y luego con Hernán Fitte y Marta, su madre y Martita, su hermana. Los seis nos fuimos a comer una pizza. Después yo me fui a San Eugenio y luego volví al Depósito de ATAC. El grupo de Agustín fue a San Pablo Extramuros, con Erwin y, luego, a la Parroquia de nuestro Padre. Después volvieron al alojamiento.

El grupo de Luis se disolvió. Algunos volvieron a San Pedro y lo recorrieron con calma.

Por la noche se jugó un pequeño mundial de fútbol.

Cifras y datos

La canonización de nuestro Padre fue la número 468 proclamada por Juan Pablo II. Durante su pontificado canonizó 467 santos, de los cuales 400 son mártires.

Según datos del Comité, los grupos de peregrinos provinieron de 84 países. Un tercio estuvo compuesto por italianos, un tercio del resto de Europa y otro tercio de los otros continentes.

El 40% de los participantes fueron jóvenes; se alojaron en campings, polideportivos, parroquias y otros locales de Roma y periferia. Además, 1.850 voluntarios (500 romanos) colaboraron con la Protección Civil, el Ayuntamiento de Roma y las fuerzas del orden público.

Uno de los peregrinos más ancianos fue el Padre Quirino Glorioso, de 99 años, sacerdote de la diócesis de Laguna (Filipinas). Don Quirino explicó que, sus antiguos parroquianos, conscientes de su devoción al nuevo santo, hicieron una colecta para sufragar su viaje: "No había venido nunca Roma y estoy muy contento de ver cumplido mi deseo de ver al Papa y de asistir a la canonización de Josemaría Escrivá". También dijo: "Josemaría tiene 100 años y ya es santo; yo tengo noventa y nueve años y todavía así…".

En el presbiterio también estará presente el cardenal de mayor edad, el jesuita Adam Kozlowiecki, nacido en Polonia en 1911 y que reside actualmente en Zambia.

El participante más joven en la canonización ha sido Mary Inmaculate Amungwa, nacida el domingo 22 de septiembre de 2002 en Yaoundé, Camerún. Inmaculada ha hecho su primer viaje en compañía de sus padres Athanasius y Veronique. Salieron el 4 de octubre desde el aeropuerto internacional de Nsimalen, Camerún.

Bienvenidos a casa fue el programa de acogida a quienes no podían hacer frente con los gastos de alojamiento. Unas 950 familias romanas ofrecieron sus casas a esos peregrinos.

Coros : 1.200 voces pertenecientes a 37 coros cantaron durante las ceremonias litúrgicas del 6 y 7 de octubre. Junto al coro de la Capilla Sixtina, otros procedentes de parroquias, asociaciones y centros educativos de los siguientes países: Suecia, Guatemala, Canadá, China, España, Filipinas, Costa de Marfil, México, Polonia, Japón, Kenia, Líbano, Perú, Irlanda y Portugal. Entre los coros italianos participan el coro ‘Virgo Fidelis’ del cuerpo de Carabinieri, el coro romano ‘Cantores in Laetitia’, la coral de la Libera Università Campus Biomedico, las corales ‘Canticorum Jubilo’ y ‘Concentus Larii’ (Como). Algunos de los solistas participantes fueron la soprano mexicana María Eugenia Mendoza, la soprano portuguesa Conceiçao Galante, y los tenores Daniel Madigan (Australia), Ignacio Esteban (España) e Igor Glushkov (Kazakistan).

Enfermos : Las primeras filas de la plaza se reservaron 450 puestos para enfermos con silla de ruedas.

Traducciones : La canonización y la misa de acción de gracias del día 7 fueron traducidas simultáneamente en lenguaje de signos para los peregrinos sordos que estuvieron en la plaza. Además, las ceremonias fueron traducidas simultáneamente al francés, inglés, polaco, portugués, español y alemán en diversas frecuencias de FM de la Radio Vaticana. Se aconsejó a los participantes traer consigo un transistor.

Retransmisiones: Gracias a la coproducción del Centro Televisivo Vaticano y la RAI, la ceremonia fue transmitida en directo por 29 emisoras televisivas de los cinco continentes. Los peregrinos pudieron seguir mejor la ceremonia gracias a 9 pantallas gigantes distribuidas en la Plaza de Pío XII y en la Via della Conciliazione. Como es usual en este tipo de eventos, la ceremonia de canonización se trasmitió en directo vía internet, en el website www.vatican.va.

La casulla del Papa: Los ornamentos y vasos sagrados utilizados por el Papa fueron realizados en los Talleres de Arte Granda, en España. La casulla del Papa fue confeccionada a mano para la ocasión, con tela procedente de Nueva Delhi (India).

Muelle san Josemaría en Civitavecchia: El mismo día de la canonización, a las 18.00 hs. se dedicó un muelle a San Josemaría Escrivá en el puerto de Civitavecchia, donde llegaron más de 10.000 participantes a la canonización desde diversas ciudades del Mediterráneo. Primero, tuvo lugar una ceremonia oficial y después un festival internacional con la participación de los pasajeros de las naves venidas a la canonización.

Jóvenes : Masiva presencia de jóvenes en la plaza de San Pedro. Los organizadores calculan aproximadamente 80.000 chicos y chicas, de los cuáles cerca de 2.000 han colaborado como voluntarios.

Comuniones: 1.040 sacerdotes han distribuido la Comunión en la plaza de San Pedro, plaza Pío XII y Via della Conciliazione.

En el presbiterio : A la izquierda del altar papal se encontraban las autoridades eclesiásticas, más de 400 entre cardenales, arzobispos y obispos. Muchos de ellos han venido a Roma acompañando peregrinajes de sus propios países. Cabe destacar la presencia de 50 obispos africanos, 53 españoles y 55 italianos. Entre los otros obispos se encontraban S.E. Mons. Kondrusievic, de Moscú, arzobispos maronitas y un obispo caldeo del Líbano y dos obispos de Cuba. También había representantes de diversas realidades eclesiales como Mons. Camisasca, Kiko Argüello, Carmen Hernández y Andrea Riccardi. Entre los superiores de órdenes religiosas estuvieron presentes, entre otros, representantes de los Frailes Menores Conventuales, de los Mercedarios, de las Siervas de Jesús de la Caridad, de las Brigidinas, de la Institución Teresiana, etc.

La delegación italiana , presidida por el vice presidente del Consejo de Ministros, Gianfranco Fini, estaba formada, entre otros, por Pierferdinando Casini (presidente del Congreso) y el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu. También se encontraban el presidente de la región del Lazio (Francesco Storace), el presidente de la provincia de Roma (Silvano Moffa) y el alcalde de Roma (Walter Veltroni). Otras personalides italianas eran Francesco Rutelli, Massimo D’Alema, Cesare Salvi, Domenico Volpini, Luigi Angeletti (UIL) y Albino Gorini (FISBA-CISL ).

La delegación oficial de España , presidida por Ana de Palacio (ministra de Asuntos Exteriores), contaba también con la presencia del ministro de Justicia, el presidente de Navarra y el alcalde de Barbastro. Otras personalidades presentes eran Mama Ngina Kenyatta y Lech Walesa. Finalmente, cabe destacar la asistencia de diversas personalides del mundo del deporte y de la cultura como Angela Palermo de Lazzari (presidente internacional de la Liga de amas de casa), o Rosalina Tuyuc (activista de los derechos humanos de Guatemala), entre otros.

El doctor Nevado : En primera fila se encontraba el doctor Manuel Nevado Rey, médico cirujano, curado milagrosamente en 1992 de una radiodermitis crónica, gracias a la intercesión de Josemaría Escrivá. El suyo ha sido el milagro estudiado para la canonización.

Flores: La escalinata de San Pedro ha sido adornada con una alfombra de flores llegadas desde Ecuador y donadas por un devoto del nuevo santo, José Ricardo Dávalos, floricultor de profesión. De este país han llegado un total de 73.000 flores. La decoración lateral del altar y del ambón es un donativo de la cooperativa “Il Camino” de San Remo. La cooperativa italiana ha colaborado con 7.000 rosas, claveles y anturios. Junto a otras 25 personas, el empresario alemán Jürgen Kluempen se ha unido a esta iniciativa y, además de participar en la oferta, se ha responsabilizado del traslado de las flores desde Amsterdam a Roma. Por otra parte, de Australia se han traído 200 waratahs—flores autóctonas de color rojo—para acompañar las reliquias de Josemaría Escrivá durante los días en los que éstas estarán expuestas para la veneración de los fieles en la basílica de San Eugenio .  

Roma-Sevilla, martes 8 de octubre  

El amanecer fue más tarde. Todos estaban muy cansados. Aquí yo me separé del grupo de Puntarrieles. Aprovechando el regreso de los Sevillanos, me fui con ellos. De esta manera, además de ahorrarme 50 euros del pasaje Madrid-Sevilla, podía llegar el miércoles por la tarde en vez del jueves al medio día. El viaje fue muy bueno. Me dejó bastante impresionado la ciudad de Génova: sobre todo sus túneles y puentes. Unos kilómetros ántes me habían impresionado bastante inmensa cantidad de grúas y de piedras en Carrara. ¡Allí estaban los famosos mármoles de Carrara…!

El viaje fue muy rápido. Llegamos al Colegio Tabladilla a las 16.00 hs. del miércoles.

Sevilla, miércoles 9 de octubre  

Muchos fueron los colectivos que viajaron de Sevilla. Sólo del Colegio Tabladilla había cinco. Yo viajé con los del Centro de la Obra llamado Plaza de Cubas. Del Colegio fuimos al Centro. Allí me pegué una ducha y celebré la Misa para los de la casa. Durante esos días había estado cerrado; todos viajaron a Roma. Yo ya había arreglado con don Tomás Alvira para ir a dormir al Club Arqueros, donde él vive; a unas pocas cuadras de Plaza de Cubas. Para allí me fui después de hablar con Fátima y de coordinar la comida de esa noche con Tulio, en su casa.

Tulio apareció con los dos mayores. Cuando lo ví por última vez –en 1999- no tenía chicos y ahora tiene tres: ¡qué fenómeno! Cuando nos vimos, nos dimos cuenta que hacía “muchos kilos que no nos veíamos”. En realidad, el que está un poco pasado soy yo… En el viaje nos pusimos al día de unas cuantas cosas. En su nueva casa, estaba María y la “new baby”. También estaban Rosa, la Mamá de María y su hermano Alberto. Para los que no lo sepan, les cuento que Tulio y María se mudaron a la casa de la familia de María. Una casa de unas cuatro plantas donde vive Rosa, la familia de otra hermana de María y otros parientes cercanos. Para María y para Tulio, esta mudanza fue una alegría y una solución a temas de “logística” con los “babys”.

Realmente estaba MUY CONTENTO DE ESTAR EN SEVILLA Y DE PODER ESTAR CON LAFAMILIA DE ROSARIO. Yo pensé que ya nos los vería más y que nunca regresaría a Sevilla. Después de comer, fuimos a tomar un helado y luego un “baily” (un suave licor irlandés…). Allí me dirigí en la Honda 1100 de Alberto. También Alberto me llevó a Arqueros en su moto.  

Sevilla, jueves 10 de octubre

Igual que en 1999 pude hacer mis visitas a la Virgen y al Señor.

Las imágenes de Sevilla siempre me gustaron. En uno de los primeros retiros que hice cuando pedí la admisión a la Obra me ayudó mucho una imagen de La Macarena. Me la regaló Ricardo Crespo y me recomendó que la mirara y le rezara…

Como tenía poco tiempo para mis visitas, tuve que hacer una dolorosa selección. Primero visité a Nuestra Señora del la Esperanza de Triana, luego Nuestra Señora de la Estrella. Después fui a visitar a la Virgen de la O. De allí fui al Cachorro y luego, en colectivo a La Macarena y a Nuestra Señora de la Hiniesta, después. Durante mis visitas, además de rezar, “recolecté” gran cantidad de estampas y carteles de semana santa que pedí a algún miembro de la cofradía respectiva. El mayordomo del Cachorro –medio en chiste, medio en serio (obvio que era “un chiste”)- me dijo:

“-Pues menos mal que ha Ud. venido aquí, pues, el Único Dios Verdadero, lo tenemos aquí, en el Cachorro”…

Cuando le comenté divertido la salida de este hombre a uno de los miembros de la cofradía de La Macarena, éste me comentó lo siguiente:

“-Pues mire Ud., aquí –justamente- está la Virgen María, la Madre de Dios…, pues , “las demás… ¡son primas!”

Después de mis visitas, me fui a Cepeda 2. A la casa de Rosario y Gildo, padres de Rosario. Antes pasé a visitar a Nuestra Señora de las Aguas, a la Capilla del Museo, donde casé a Rosario con Papá. Estuve charlando un rato con el sacristán, que se acordaba perfectamente del casamiento y que había visto a Papá y a Rosario en la Semana Santa pasada. Este buen hombre también me dio carteles y estampas.

Al salir de la capilla, me encontré con Gildo en la puerta. Subimos. Los dos con cierta dificultad. Yo me había levantado con dolores en la rodilla y todavía no se me habían pasado… En el amable, cordial y cariñoso almuerzo estuvo, además de Rosario Madre, Fátima y Gildo, Carlos O´Neill (h). Un chico de unos 23 años, muy simpático y educado. Casi al final de la tertulia, me vengo a enterar que es golfista y que tiene seis de handicap (un dato muy importante. No imprime carácter…., pero casi…).
Después del almuerzo me fui a lo de Angelita, hermana de Rosario. MENOS MAL que Angelita tenía que ir a RENFE a sacar un boleto del Ave para Felipe, su marido. Yo pensaba sacarlo en la ventanilla de la estación al día siguiente. Y digo que menos mal, por que seguramente hubiera perdido el avión al día siguiente. Ya estaba lleno el tren de las 16.00 hs., que pensaba tomar. También esta lleno el de las 15.00 hs. Por suerte encontré un pasaje para las 14.00 hs. Parece que el Ave va siempre bastante completo. Además, mi pasaje era para el viernes, un día muy solicitado; también nos encontrábamos en las vísperas de las fiestas del Pilar y muchos viajaban para allá.

Después de tomar el te con los chicos de Angelita, me fui a lo de María, otra hermana de Rosario. María, totalmente sobre la marcha, preparó unos regalitos para Rosario. Sus chiquitos estaban de lo más contentos con la visita. Pensaba que no podría ver a Antonio, su marido, pues últimamente estaba con mucho trabajo y tenía que volver medio tarde. Por suerte ese día pudo llegar más temprano y nos pudimos ver.

Ya de vuelta a la casa de Gildo llamé a Alberto para que me recogiera en la moto.

Para la ocasión, Alberto trajo doradas y almejas de su piscifatoría. Comimos en lo de Tulio y María. Estaba invitado Genaro Placencia ¡gran valor! Con quien había jugado al golf en el ´99. Había hecho sus progresos y llegó a los 14 de hcp. Ahora, con su nuevo estado civil, el golf estaba un poco abandonado. Allí estaba el hombre con su amigable sonrisa y con su mujer, una chica muy buena y muy mona; cordobesa (de Córdoba, España, obvio). La comida fue divertidísima. También estaban: la Mamá de María y de Alberto, una mujer encantadora; y la hermana –de María y Alberto- y su marido.

Sevilla-Madrid, viernes 11 de octubre  

Hacia las 8.45 hs. vino Alberto a buscarme, en auto.

Un poquito más de una hora nos llevó llegar a la piscifactoría, en Lepe, a pocos kilómetros de la frontera con Portugal.

Alberto es un tipo fenomenal. Todos lo quieren. Es muy servicial y alegre, aunque Dios no ha dejado de enviarle pruebas muy difíciles.

Después de la bendición del “impresionante emprendimiento”, volvimos a Sevilla pasando por el Rocío. Allí pude rezar y conseguir más estampas y carteles.

Durante esa mañana, Tulio tuvo una audiencia no sé bien donde. Por este motivo, no pudimos organizar el bautismo de su niñita…

Almorcé “volando” en lo de Tulio. Su suegra, Rosa, me colocó los carteles dentro de un tubo de cartón (donde tenía “enroscadas” sus mantillas…). Tulio y Alberto me llevaron a la estación. Después de sendos tiernos y viriles abrazos me subí al tren. ¿El viaje? Un placer. ¡Realmente se viaja rápido…! En la estación de Madrid hice combinación tren-metro para llegar a Barajas; lo hice hacia las 16.30 hs. Allí visité la Capilla; recé un rato y luego me puse a trabajar en el diario. Más tarde llegaron los chicos y me contaron sus vivencias durante mi ausencia, de modo de poder completar el diario…; “información” que no incluiré en éste, mi diario.

No recuerdo bien el horario de embarque. Debe haber sido hacia las 23.15 hs. El viaje fue bueno.

San Pablo-Asunción, sábado 12 de octubre  

Llegamos a San Pablo a 5.20 hs. hora local. Tuvimos que esperar cinco horas, pues los vuelos (unos viajaron por Varig, otros por American A) salieron a las 10.20 hs.

En San Pablo nos encontramos con grupos de argentinos y uruguayos. Un poco más tarde, llegaron el P. Victor y los “muchachos” de Villa Morra y de Ribera. Marcos S. partió directamente rumbo a Bs. As.

El viaje en American A. fue tranquilo y la llegada emotiva. Los que viajaron en Varig cuentan que, al divisar tierras paraguayas otro grupo que asistió a la canonización comenzó a cantar y a exultar a viva vos, mostrando una alegría exuberante y contagiosa.

Termino el diario de estos días pidiéndole a la Virgen y a nuestro Padre que sepamos aprovechar todas las gracias que del Cielo nos consiguieron. Que esta ayuda no se convierta en una lluvia de verano sino que penetre hasta lo más profundo de nuestro corazón y haga germinar --para Dios-- lo más valioso de cada uno.

A saber:

  • Agustín del Corro, Javier Dioverti, Agustín Escribano, Alberto Herreros, Oscar Ibáñez, P. Federico Mernes, Enzo Pangrazio, Fernando Pereira, Oscar Pintasilgo, Ale Portillo, Santi Ramirez, Jorge Ruiz y Carlos Villasanti.
  • Jorge Duarte, Fernando Jiménez, Juan Almada, Julio Cantero, Eduardo Cardozo, Josemaría Cristaldo, Gonzalo Martín, Hernán Muñoz, Juan Cruz Pointis, Josemaría Portillo, William Stewart y Jurgen Vouga.
  • Luis Apesteguía, José Javier Blanc, Alfredo Acuña, Juan Pablo Arzamendia, Enrique Cazaña, Carlos Celano, Diego Cuevas, Roggi Espínola, Leopoldo López, Juan Morales, Hernán Olivera, Raúl Prono, Marcos Solis y Rodolfo Stecher.
  • Los de este cuarto y último grupo estuvo compuesto por gente un poco más grande. Ellos son: Edgar Arce, Gustavo Benítez, Diego Cabañaz, Carlos Díaz Rossi, Juan Carlos Díaz Rossi, P. Juan María Gallardo, Fidel García, Carlos Paredes, Carlos Ruiz Díaz, Carlos Cazaña y Rodney Dávalos.

 

 

 

Ordenación con San Juan Pablo II 1990

Con San Josemaría 16 de junio de 1974

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