e) Cariño
matrimonial: Cuéntale a tu mujer las cosas que
creas pueden interesarle. Pídele a veces su parecer sobre asuntos en que pueda
darlo. Esto aumenta la unión y la compenetración.
El hombre
prefiere expresar su amor con hechos (trabaja para su esposa, le es fiel, etc.)
pero no debe olvidar que a ella le gusta oír que se
No debes
olvidar que la mujer es mucho más sentimental y afectuosa que le hombre, y que,
por consiguiente, está mucho más necesitada de muestras de cariño. Dáselas,
pues, a menudo. Es notable que muchos que en el noviazgo tuvieron
manifestaciones de amor incluso excesivas, después de casados, precisamente
cuando estas manifestaciones eran más necesarias para reforzar la unión y el
amor matrimonial, se portan con sus mujeres de una manera fría, seca y hasta
desagradable.
La mujer es
difícil de comprender. A veces, ni ella misma se comprende. Pero quien la ama,
debe esforzarse por comprenderla. Ella no puede exigir que se
No olvides
que durante la menopausia es cuando la mujer está más necesitada de amor,
atención, aprecio y comprensión.
Has de saber
que hay días del ciclo menstrual de la mujer y del embarazo en que la
encontrarás más nerviosa, irritable, rara, inestable, triste, deprimida,
malhumorada, caprichosa, propensa a las discusiones o lágrimas, etc. Hay
que tener paciencia con ella. En estos días él debe mostrarse especialmente
conciliador, comprensivo, lleno de ternura y delicadeza. Esos días ni ella misma
se entiende. Hasta las caricias es posible que la molesten y cansen. Lo mejor es
dejarla en paz y esperar.
El amor
exige respeto, ternura, delicadeza, generosidad, fidelidad.
Muchos
matrimonios fracasan, no por falta de conocimientos sexuales, sino porque marido
y mujer no han llegado a valorarse y respetarse como personas. Conocer el
funcionamiento del sexo es fácil. Pero esto no basta para querer al otro como
persona.
El amor es
un ejercicio de jardinería: hay que arrancar lo que hace daño, preparar el
terreno, sembrar, esperar, regar, cuidar. Es decir, aceptar a su pareja,
valorarla, respetarla, admirarla, comprenderla, darle afecto y ternura, etc.
El amor se
alimenta con pequeños detalles.
El acto
matrimonial no debe ser una relación mecánica cuerpo a cuerpo, sino una relación
amorosa persona a persona. Debe ir saturado de amor a la
persona.
Este amor
El marido no
debe considerar su casa como una fonda a la que sólo va a dormir. Debe dedicar
tiempo a su mujer y a sus hijos. Debe saber hacer sentir a su mujer que necesita
de ella. El sentirse necesaria, la llenará de
satisfacción.
Procura
reconocer y agradecer las atenciones y delicadezas que tu mujer tenga
contigo. Dile que la comida que te ha preparado está muy buena. Pero nunca le
digas que tu madre lo hacía mejor, aunque sea verdad. Que no se sienta
menospreciada, sino animada a hacer las cosas a tu gusto.
Y si
las cosas no están a tu gusto, no hagas por ello una escena: dáselo a entender a
ella, pero con cariño.
Cuando
tengas que reprenderla, no lo hagas nunca en el mismo instante en que te ha
molestado. Lo más probable es que en ese momento seas excesivo en tus reproches,
ella se resista y la cosa empeore.
Espera un
momento oportuno, y en la soledad y con cariño dile dulcemente lo que
quieres.
Dale a tu
mujer de buena gana el dinero suficiente para los gastos de la casa, dejándole
un poco de libertad en el modo de gastarlo, y no exigiendo cuentas demasiado
detalladas, aunque ella debe consultar contigo cuando haya de tomar una
resolución importante.
Algunos
matrimonios, para evitar conflictos en la administración del dinero, hacen, de
los ingresos destinados a gastos, tres partes desiguales:
a) una cuota
fija para los gastos necesarios de la casa que administra la mujer;
b) otra
cuota fija para los gastos que el marido quiera hacer;
c) otra
cuota fija para que la mujer la gaste en sus cosas con entera libertad.
De esta
última cuota ella debe vestirse, hacer los gastos superfluos que le parezca,
etc.
Llévala
contigo siempre que sea posible.
Dedícale
algunos ratos para que pueda hablar contigo de lo que ella quiera, y escúchale
de buena gana.
Interésate
frecuentemente por su salud y esmérate en atenciones cuando no se encuentre
bien.
Una de las
cosas que más ilusiona a una mujer es ver sus deseos cumplidos, sin necesidad de
exponerlos. Procura esforzarte por adivinarlos y satisfacerlos...
No le
regatees alabanzas cuando se presente
El amor
conyugal está hecho de mil
detallitos aparentemente sin importancia, que sin embargo contribuyen
mucho más de lo que se cree a la felicidad del hogar. El amor se alimenta de
pequeñeces, de insignificantes detalles. Las delicadezas son el lenguaje
habitual del amor.
Es mucho lo
que puede contribuir a la felicidad de un hogar la ternura de un hombre para con
su mujer, y los detalles de consideración y delicadeza que tenga para con ella.
Hazle algún regalo por su santo, en el aniversario de la boda, etc., aunque sea
una pequeñez. No es el valor material de la cosa, sino la delicadeza del
recuerdo y del regalo lo que llega al corazón.
Con más
razón debes tener otras atenciones y delicadezas que no cuestan dinero, como son
algunas muestras de cariño, reconocer sus valores y esfuerzos por atenderte,
alabarla delante de otras personas, mostrarte orgulloso de ella: pocas cosas
hacen más feliz a una mujer que el sentirse
apreciada.
Ten cuidado
de no prodigar tus alabanzas hacia otras mujeres delante de
Y si lo que
haces es complacerte comentando viejos amores del pasado, es algo que
lógicamente a tu mujer ha de dolerle profundamente.
No elogies
los encantos de tu secretaria o de tu vecina. Que de ninguna manera pueda ella
encontrarse subestimada por ti. Por el contrario, no regatees elogios sinceros a
tu esposa, y sé con ella tan amable y tan atento como cuando te enamoraste de
ella.
Vuestra
intimidad no debe ser origen de descuidos, desatenciones y negligencias que
enfríen vuestro cariño.
Mucha
delicadeza. Si vas a llegar tarde a cenar, procura avisar a tu mujer.
No manches
sin necesidad, ni seas desordenado. Cosas que para ti no tienen importancia, a
ella le ponen nerviosa y serán motivos de
disgustos.
Cuando la
mujer se enamora sueña con el hombre ideal. Por eso es fácil que se sientan
molestas, descontentas, o defraudadas ante pequeños defectos de su marido que
hacen derrumbarse a sus ojos el mito de «hombre ideal» que se habían formado.
Por eso no
basta ser fiel, amoroso, y capaz de triunfar en la vida.
Tienen
importancia sobre todo, aquellos defectos que en público pueden ponerla en
ridículo: tratar mal a un camarero, dar una propina tacaña, llevar los zapatos
sucios, una mancha en la corbata, petulancia en querer llevar siempre la razón,
vanidad hablando siempre de sí, presunción poco varonil; contemplarse en los
espejos como una mujer, etc.
También
tienen importancia detalles que se relacionan con ella; ir por la calle a un
paso que ella no puede seguir; seguir leyendo el periódico cuando ella te habla,
sin hacerla caso, o escucharla con cara de mala gana; humillarla (y mucho menos
en público) diciéndole cosas desagradables, como por ejemplo: «Tú cállate, que
de esto no entiendes ni una palabra».
Hay maridos
que no hablan con sus mujeres; sólo mandan.
Muchas
mujeres se quejan de que su marido sólo es cariñoso con ella cuando desea
relaciones sexuales.
El marido
debe ser cariñoso con su esposa aunque no tenga intención de llegar al acto
conyugal.
En este caso
debe procurar que sus caricias íntimas no provoquen el orgasmo, pero si éste se
produjese inesperadamente, no debe tener preocupación moral. Así opina el
célebre moralista Häring que
añade: «Es un deber fomentar el amor conyugal no sólo en el contexto del acto
conyugal completo, sino también y especialmente, en los momentos en que los
esposos no tienen intención de practicar el acto conyugal»[3] .
Para
procurar la felicidad de tu esposa debes caer en la cuenta de que su psicología
es distinta de la tuya.
Puede ser
que tu proceder impetuoso para exigir lo que tienes derecho, a ella -por
naturaleza menos pasional que tú- le parezca brutal.
Debes, por
lo tanto, proceder en esto con moderación, delicadeza y cariño.
La mujer es
más lenta y necesita preparación.
«El marido
debe darle gran importancia al juego sexual previo. Debe tratar de crear el
deseo sexual de la esposa antes del coito. Tener sexo sin preparar a la esposa,
sin un beso, ni un cariño, es algo que el esposo no debe nunca hacer. Por lo
menos debe dedicar cinco o diez minutos antes del coito a crear un ambiente
sexual. Con palabras de cariño, con besos, abrazos y las caricias que más
halaguen a su esposa. Debe conquistar en cierto modo, a la esposa cada vez que
le va a pedir sexo»[4] .
«El hombre
puede alcanzar el orgasmo en dos minutos. En cambio la mujer es frecuente que
necesite de diez a quince minutos de estimulación activa para llegar al
mismo resultado. Es que la voluptuosidad en la mujer es más un acto psíquico que
fisiológico. Es preciso saberla despertar juiciosamente, sin violencias ni
brusquedades hasta que se entregue totalmente en un acto de
amor»[5] .
«Por eso el
hombre debe evitar ser brusco, desconsiderado, impaciente. No debe exigir lo que
no haya sido capaz de hacer desear a su mujer. La mujer también se apaga más
lentamente después del orgasmo, por lo tanto, conviene seguir ocupándose de
ella, acariciándola durante unos momentos»[6] .
«Es
frecuente que a ella le sobrevengan varios orgasmos sucesivos (tres o cuatro),
abarcando una duración de uno a cinco minutos. Es esencial que el hombre no se
separe durante este período, si quiere dar a la mujer el placer que desea.(...)
La mujer debe quedarse con la impresión de que se la ama por ella misma; que no
es un objeto que se abandona después de usado.
»Algunos
testimonios de profundo amor en el posludio tienen una importancia capital.(...)
La relación conyugal es un acto de amor. Nace en el amor y aporta a la pareja
una intensificación de este amor. Pero es necesario que sea un amor de donación,
un amor generoso en que la atención al «tú» predomine siempre sobre la búsqueda
de la satisfacción propia»[7] .
Si en lo que
ocurre en el lecho conyugal no está presente la ternura, es muy probable que
aquello resulte insatisfactorio.
El marido
no puede olvidarse de los derechos
de su mujer.
Si la deja
insatisfecha será para ella una tortura y terminará aborreciendo el acto
conyugal. El acto matrimonial debe ir saturado de ternura.
Prolongar el
cariño en este momento es de los puntos más apreciados por
El ideal es
que el orgasmo sea simultáneo. Por
eso el hombre debe dominarse y no eyacular hasta que la mujer dé indicios de que
se acerca al orgasmo .
«Tras el
orgasmo, hombre y mujer deben seguir pendientes el uno del otro. La separación
brusca de los cuerpos en tales momentos es un mal final, ya que traduce poca
ternura. El acto sexual más completo es aquel que se prolonga tras el orgasmo,
manteniendo unida a la pareja en un abrazo interminable»[8] .
Ha dicho el
Papa Juan Pablo II: «El marido que
trata a su mujer sin amor, sino sólo como objeto de satisfacción del instinto,
adultera con su propia esposa»[9] .
No es raro
el fenómeno de la frigidez en la mujer que no llega al orgasmo en el acto
conyugal con su esposo. Eso tiene fácil solución consultando con un médico.
Podría ser solución el que la mujer no se contente con estar pasivamente dejando
que él lo haga todo. Si ella participa activamente en el juego sexual, puede
remediar su mal.
«El primer
coito es un momento delicado. El joven, casi siempre hiperexcitable, puede tener
poca paciencia, ante una muchacha poco despertada sexualmente... Es excepcional
que la desfloración sea realmente dolorosa. Si el esposo la realiza en el
ambiente de ternura y profundo amor que es normal en los primeros días del
matrimonio, la mujer no experimentará ningún trastorno. La mínima hemorragia que
se produce frecuentemente al rasgar el himen, no tiene consecuencias; sin
embargo, conviene dejar que se produzca la cicatrización durante tres o cuatro
días absteniéndose de relaciones sexuales en este breve período. Es un verdadero
sacrificio para el marido, pero será apreciado por la mujer»[10] .
Hoy hay una
excesiva preocupación por la técnica sexual y la mecánica del orgasmo. Esto hace
que le coito pierda la espontaneidad de un acto que debe brotar del amor, y lo
que resulta es de un efecto contrario a lo que se pretendía.
Dice el Dr.
May en Love and Will: «No es sorprendente que las
tendencias contemporáneas hacia la mecanización del sexo tengan mucho que ver
con el problema de
«Durante
algunos años proliferaron abundantemente los libros sobre técnicas sexuales.
Recientemente se ha dicho que más matrimonios se han visto perjudicados por
estos libros que los que se han beneficiado. El énfasis en la técnica hace que
se dé más importancia a la mecánica que a las propias relaciones.(...) Es un
acercamiento egoísta en el que cada uno busca su propia autosatisfacción. (...)
El otro es un accesorio para su placer solitario»[11] .
«En la
relación sexual se trata principalmente de amor y no de técnica. La preocupación
por la mecánica sexual puede agotar el amor y convertirlo en una caricatura
desgraciada y artificiosa del mismo. En cambio, el amor y la generosidad mutua
llegarán a conseguir, por sus insospechados caminos, resultados muy superiores a
los “técnicos”. Esta preocupación por las técnicas sexuales tiene su base en el
concepto de que el hombre no es más que un animal desarrollado; y, por lo mismo,
lo más importante en sus relaciones sexuales será la cantidad de placer físico
que ellas puedan producir. Todo esto es una idea absurda y muy triste acerca de
la naturaleza humana y del amor conyugal.
»De esta
idea absurda proviene en algunos la obsesiva y maniática ansiedad por buscar
resultados siempre más artificiosos. Ansiedad y manía que tantas veces lleva al
callejón sin salida del hastío sexual o de las aberraciones
sexuales.
»Se asemeja
a la actitud del gastrónomo que estuviera estudiando y planeando laboriosamente
cada plato, con ansiedad de conseguir siempre el máximo placer de su comida. En
realidad, éste goza en comer mucho menos que la gente
normal.
»Lo mismo
ocurre en la vida conyugal; los “técnicos” se enredan en ansiedades y
preocupaciones artificiosas, mientras que los esposos normales se aman libres de
preocupaciones, sin que la ansiedad por el máximo placer físico posible pueda
empeñar su espontaneidad, su alegría y su gozo al entregarse mutuamente;
factores éstos mucho más importantes para la plenitud de la felicidad sexual.
Volvemos a repetir que no hay mejor técnica para el ajuste sexual que el
verdadero amor mutuo, la consideración hacia el otro y el deseo de cada uno de
hacer feliz a su pareja.
»En el sexo
se repite lo que ocurre en tantos otros aspectos de la vida: que da mucha más
felicidad el dar que el recibir. Aquí tiene esto una especial significación,
porque, esencialmente, el acto conyugal es un don»[12]
El amor
conyugal no es una simple aventura de goce apasionado. El goce físico debe estar
al servicio de
El acto
conyugal debe ir siempre saturado de
ternura. Si este acto «no nace del amor va contra el recto
orden»[14] .
«El
encuentro genital será de verdad auténtico si entre los esposos hay una
constante y concreta actitud de amor mutuo, demostrada prácticamente a lo largo
de las más diversas situaciones de la vida.
»Es
necesario, en efecto, recordar que la unión sexual, para estar verdaderamente en
consonancia con la naturaleza humana, no puede reducirse solamente a la búsqueda
de sensaciones voluptuosas, sino que debe expresar sobre todo una fusión
completa entre el hombre y la mujer, penetrando simultáneamente sus facultades
del cuerpo y del espíritu»[15] .
No es lo
mismo amor que deseo. El amor
Decálogo de la
esposa:
1.- El hogar
será lo que tú hagas de él. Ésa debe ser la gran obra de tu
vida.
2.- Te
corresponde la administración inmediata de los bienes. Sé previsora, prudente y
con gran sentido común.
3.- Que tu
buen gusto y tus desvelos -más que tu dinero- hagan del hogar un refugio
acogedor para cuantos constituyen tu familia.
4.- Procura
seguir siendo siempre la novia de tu marido. Y que ello se note tanto en tus
palabras como en tu presentación.
5.- Jamás
olvides que antes que tus mismos hijos -y por supuesto tus padres- está tu
esposo.
6.- Que tus
palabras, tu alegría y tu sosiego sean alivio y descanso para cuantos
constituyen tu hogar, o se acercan a él.
7.- Tu
primer deber hacia tus hijos se llama ternura. Sobre ella, como base, te será
fácil ir ejercitando, a una con tu marido, ese arte difícil y delicado que se
llama educar.
8.- No
grites, ni pierdas los estribos. Te harás obedecer mejor si dices a tus hijos
las cosas con calma.
9.- Pon
especial cuidado en el orden y administración del hogar: en las horas de las
comidas, y en la prudente economía.
10.-
Finalmente, si tienes la dicha de tener fe, busca tu apoyo en Dios, pues en Él
encontrarás siempre la fuerza y la gracia que necesitas para llevar adelante tu
hermosa misión en la vida.
Decálogo del
esposo:
1.-Soluciona
tu vida -al menos en lo fundamental- antes de constituir una
familia
2.- Tu
trabajo es importante, pero que no te absorba de tal modo que te robe un tiempo
que debes a los tuyos.
3.-El buen
humor, la permanente serenidad de espíritu, es el regalo más valioso que puedes
ofrecer a tu esposa y a tus hijos.
4.- Tu
esposa debe ser tu mejor amiga y compañera. Y has de tener hacia ella las mismas
atenciones, al menos, que tenías cuando era sólo tu
novia.
5.- Respeta
su campo de trabajo. Pocas cosas hay tan ridículas y perjudiciales como un
marido quisquilloso y entrometido en lo que es propio de su
mujer.
6.- Si tu
esposa está en condiciones de ejercer una profesión -salvando el cuidado del
hogar- permíteselo.
7.- En
relación con tus hijos, no olvides que el educar es un arte. Arte difícil y
delicado, integrado por un poco de ciencia, mucho de buen sentido y, sobre todo,
mucho de amor.
8.- El
ejemplo es la clave de
9.- Sé muy
hombre en todo, pero ten presente que esto es perfectamente compatible con las
muestras de afecto que los tuyos necesitan.
10.- Y si
tienes la dicha de ser creyente, que Cristo
sea la luz y la alegría de tu vida en el cumplimiento de tus deberes
de padre y esposo.
Decálogo del
matrimonio y del hogar:
1.-Antes que
la profesión, incluso antes que los propios hijos -y precisamente por el bien de
ellos- está vuestro amor de esposos, para el cual tenéis que saber encontrar
«vuestro tiempo».
2.-
Paternidad responsable,sí; pero si el Señor os da una familia numerosa,
aceptadla como el mayor de los bienes.
3.- Que
vuestro hogar esté siempre abierto para vuestros familiares y
amigos.
4.- Que en
vuestro hogar haya siempre un sitio de honor -como en vuestro corazón- para
quienes os dieron la vida.
5.-
Respetaos mutuamente vuestro campo de acción.
6.- Sed con
vuestros hijos enérgicos en lo esencial y flexibles en lo
accidental.
7.- No
dramaticéis las cosas sencillas. Simplificad las cosas
trágicas.
8.- La
belleza, el buen gusto y el orden deben ser algo característico de vuestro
hogar.
9.- Que una
religiosidad sencilla y auténtica envuelva en una sana espiritualidad vuestro
hogar.
10.- Aceptad
vuestra situación. Como dice Quoist: «Si no podéis construir el castillo
soñado, construid una cabaña. Pero no seréis felices en vuestra cabaña mientras
sigáis soñando con el castillo»[16] .
El psicólogo
Bernabé Tierno en
Lo resumo
así:
- Cada día
eche en cara a su pareja todos sus fallos.
- Muéstrese
habitualmente malhumorado, aunque no tenga motivo.
- No pierda
la ocasión de provocar una tormenta aunque el motivo sea
nimio.
- No
reconozca nunca a su pareja mérito o cualidad alguna. No le alabe
nunca.
- No se
muestre satisfecho de los detalles que tenga con Vd. Todo es
poco.
- No se le
ocurra nunca mirar las cosas desde el punto de vista del
otro.
- Flirtee
con otra persona para provocarle celos.
Haz lo
contrario de todo esto y fortalecerás tu amor.
f) Procreación de
los hijos: «El Señor se ha dignado sanar el
amor de los esposos, perfeccionarlo y elevarlo, por el don especial de la gracia
y de
La Iglesia
alaba
Dice el
Vaticano II: «Son dignos de mención muy especial los que de común acuerdo, bien
meditado, aceptan con generosidad una prole más numerosa, para educarla
dignamente»[19].
Sin embargo
también recomienda una paternidad responsable.
«Frecuentemente se ha caricaturizado
la posición de
»¡Y esto es
falso!
»La Iglesia
invita, ciertamente, a una fecundidad generosa; pero controlada, es decir,
atenta a los diversos factores en juego.
»Pero es
verdad que, al insistir sobre la esencial apertura del amor a la fecundidad, la
Iglesia, sobre todo en nuestros días, pone en tela de juicio los ideales de la
sociedad de consumo.
ȃsta
inculca a muchas jóvenes parejas que, para su propia dicha, y la de los futuros
hijos, deben (...) establecer sólidamente el confort doméstico, tras lo cual,
podrá venir el hijo.
»Si te dejas
atrapar por esta concepción materialista de la felicidad es claro que serás
conducido, como tantos otros, a colocar los primeros años de tu vida conyugal
bajo el signo, no de la paternidad responsable, sino de la esterilidad
sistemática.
»La terrible
regresión demográfica que amenaza con la extinción de los viejos países de la
cristiandad en Occidente, manifiesta las consecuencias mortales de esta sociedad
de consumo que, en su hedonismo egoísta, acaba por vaciarse de consumidores.
(...) Por un vuelco suicida de los valores se encamina hacia la
muerte»[20] .
«El
matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la
procreación y educación de los hijos.
»Desde
luego, los hijos son don excelentísimo del matrimonio y contribuyen grandemente
al bien de sus mismos padres. (...) En el deber de transmitir la vida humana y
educarla, lo cual hay que considerar como su propia misión, los cónyuges saben
que son cooperadores del amor de Dios-Creador, y como sus intérpretes.
»Por eso,
con responsabilidad humana y cristiana cumplirán su obligación con dócil
reverencia hacia Dios.
»De común
acuerdo y esfuerzo se formarán un juicio recto, atendiendo tanto al bien propio
como al bien de los hijos, ya nacidos o todavía por venir, discerniendo las
circunstancias del momento y del estado de vida, tanto materiales como
espirituales, y, finalmente, teniendo en cuenta el bien de su propia familia, de
la sociedad y de la Iglesia.
»Este
juicio, en último término, lo deben formar ante Dios los esposos personalmente.
»En su modo
de obrar, los esposos cristianos tengan en cuenta que no pueden proceder a su
arbitrio, sino que siempre deben regirse por la conciencia, que hay que ajustar
a la ley divina misma, dóciles al Magisterio de la Iglesia, que interpreta
auténticamente aquella, a la luz del Evangelio. Esa ley divina muestra el pleno
sentido del amor conyugal, lo protege e impulsa a su verdadera perfección
humana.
»Así, los
esposos cristianos, confiados en
»Entre los
cónyuges que cumplen así la misión que Dios les ha confiado, son dignos de
mención muy especial los que, de común acuerdo, bien ponderado, aceptan con
magnanimidad una prole más numerosa para educarla dignamente.
»El
matrimonio no
»Por eso, si
la descendencia, tan deseada a veces, faltara, sigue en pie el matrimonio, como
intimidad y participación de la vida toda, y conserva su valor fundamental y su
indisolubilidad»[21] .
Dice el Papa
Juan Pablo II: «el cuerpo del
hombre y de la mujer no son sólo para la procreación, sino que deben expresar el
amor mutuo, en una donación recíproca que refleje la unión de los espíritus y la
comunión íntima de las personas, imágenes de Dios»[22] .
«Esta
funcionalidad amorosa de la actividad sexual es inseparable del acto mismo, de
manera que si carece de ella, el ejercicio sexual no pasa de un nivel zoológico.
»Por lo
tanto, elemento esencial de la bondad ética del ejercicio sexual es que éste
realice de hecho el significado amoroso que le caracteriza como acción humana.
»El
ejercicio puramente biológico de la sexualidad humana es contrario a la
naturaleza racional y espiritual del hombre.
»Bajo este
aspecto, la actividad sexual puede quedar éticamente viciada tanto dentro como
fuera del matrimonio por un doble efecto no siempre coincidente: por estar
privada de su comunicación amorosa -gozar sin amor- y por no realizarse de
manera natural dejando sin consumar lo que el mecanismo sexual tiende a consumar
en conformidad con el plan establecido por Dios en el orden biológico de los
sexos»[23]
El Concilio
Vaticano II, después de hablar de la paternidad responsable y de revalorizar la
función del amor en el matrimonio dice que «el amor matrimonial se ve
frecuentemente profanado por el egoísmo, el hedonismo y las prácticas ilícitas
contra la generación»[24] .
El niño debe
ser amado y deseado desde el primer momento en que se conoce su concepción.
Dice
Marta Cogollos, psicóloga de
niños, que las hormonas que la mujer embarazada transmite al feto dependen de su
estado de ánimo.
Por ellas el
niño se entera si es amado y deseado o rechazado.
Numerosos
médicos, psiquiatras y psicólogos hablan de este «diálogo endocrino» en el que
el niño se entera del estado de ánimo de su madre hacia él.
Esto influye
en el comportamiento posnatal del niño.
g) Planificación
familiar: Los hijos son un don de Dios. A
nivel humano, lo más grande que podemos hacer es transmitir la vida.
«Es también
deseo de dar, de comunicar lo que nosotros hemos recibido. Deseo de fructificar,
de contribuir al porvenir de la humanidad. (...) Es un acto de esperanza. Un
sentimiento de que la vida
Los hijos
deben ser fruto del amor y de la paternidad responsable[26] .
Pablo
VI, en
»La Iglesia,
al exigir que los hombres observen las normas de la ley natural interpretada por
su constante doctrina, enseña que cualquier acto matrimonial debe quedar abierto
a la transmisión de la vida»[27] .
Con todo,
los que por alguna razón no lleguen a este ideal «no se desanimen», dice
Pablo VI, sino que «recurran con
humilde perseverancia a la misericordia de Dios»[28] .
Con ocasión de la Humanae vitae muchos matrimonios católicos
se inquietaron. Para tranquilizarlos, los obispos franceses publicaron un
documento exponiendo la doctrina tradicional de la moral católica sobre el
conflicto de deberes.
Decían: «Impedir la concepción no
puede ser nunca un bien. Es siempre un desorden. Pero este desorden no es
siempre culpable. Puede efectivamente suceder que un matrimonio se encuentre
ante un verdadero conflicto de deberes, en particular cuando la observancia de
los ritmos naturales no les proporciona una base suficientemente
Cuando alguien se halla ante una
alternativa de deberes, porque no puede evitar un mal sea cual fuere la decisión
que adopte, la prudencia tradicional aconseja que se considere delante de Dios
qué obligación parece ser la más grave en tal circunstancia»[29].
A veces puede haber razones para limitar el número de hijos, o
espaciarlos[30]
No es prudente que la mujer quede
embarazada a partir de los cuarenta años.
Los métodos naturales de la
regulación de nacimientos son morales[31] .
La
diferencia entre métodos artificiales y naturales en la planificación familiar
es que en aquellos se utilizan medios físicos (el preservativo, el abortivo
DIU), químicos (espermicidas), u hormonales (píldoras) para frustrar la
concepción.
En cambio
los métodos naturales se limitan a elegir los días infecundos, en lo cual no hay
nada inmoral.
«Por este motivo todo
método natural es llamado también "método de abstención periódica".
»Como tal, todo método
natural es "no-conceptivo" y no "anticonceptivo", porque no supone ningún acto
positivo que tenga por objeto destruir las posibilidades naturales de una
concepción»[32].
Utilizar
elementos artificiales es sólo lícito cuando se trata de corregir imperfecciones
(dentadura postiza); pero no cuando se trata de frustrar lo que es conforme a la
naturaleza.
«La gran
diferencia entre métodos naturales y artificiales está en que los artificiales,
al truncar artificialmente la procreación (...) impiden la creación de un alma
por parte de Dios. (...)
»El recurso
a los métodos naturales de control de nacimientos es algo cualitativamente
diferente, ya que haciendo el acto en el período infecundo de la mujer, se está
haciendo algo que Dios, en su infinita sabiduría, había
previsto.
»No es un
acto de rebelión contra Dios, ni un impedimento a su acción creadora. Es seguir
el camino que Él mismo ha establecido, y con el que ha dado a la mujer espacio
infecundo suficiente para que se pueda realizar el significado unitivo del amor
conyugal, cuando el procreativo no es posible por las circunstancias de la
vida.
»La
significación moral, por tanto, de los dos métodos es completamente
diferente»[33] .
«Recurriendo
a los días agenésicos de los ritmos de la fecundidad, los esposos no se erigen
en dueños y señores del don de la vida»[34] .
Algunos
dicen que los métodos naturales de regulación de la natalidad, que se someten a
los «ritmos biológicos», quitan la espontaneidad de la vida sexual en el
matrimonio. Pero «espontaneidad no significa comportarse según el impulso del
instinto en cada momento. Lo que al hombre le hace ser hombre es precisamente la
capacidad de integrar, de valorar y de escoger lo que
Desde el
Concilio Vaticano II «, el lenguaje de la Iglesia sobre el matrimonio ya no
distingue entre el fin primario
(la procreación) y el fin
secundario (la ayuda mutua de los esposos). Prefiere hablar de dos
dimensiones fundamentales del matrimonio»[36] .
«Por la
unión de los esposos se realiza el doble
fin del matrimonio: el bien de los esposos y la transmisión de
«El amor
sexual tiene dos fines esenciales:
la unión de las personas y la transmisión de
Según el
Concilio Vaticano II el matrimonio es una comunidad de vida y amor orientada a
«Aunque los
métodos naturales han hecho progresos prometedores, son desdeñados por muchos.
Para algunos es humillante que la Iglesia tuviese razón en esta materia y fuera
auténticamente profética cuando se la acusaba de ser retrógrada y
anticuada[39] . Y no
olvidemos que en los métodos artificiales hay en juego grandes intereses
económicos mientras que los métodos naturales son
gratuitos.
El Dr.Germán
Knaus, austríaco, y el Dr.Yusaku Ogino, japonés,
descubrieron simultáneamente, en 1923, que la ovulación de la mujer tiene lugar
trece días antes del comienzo de la menstruación, con una fluctuación de dos
días antes o después, cualquiera que sea la duración del ciclo. Puesto que el
óvulo vive unas veinticuatro horas, una mujer puede conocer su período de
fertilidad[40] . Una
tecnificación de este método es averiguar el día de la ovulación haciendo una
gráfica de la temperatura basal de
Como el
espermatozoide permanece vivo unos dos días dentro del útero, resulta que los
días fecundos se reducen a tres cada mes.
Desde hace
algún tiempo se vende en farmacias un aparato llamado OVULATOR[41], que
observando la cristalización de la saliva, indica los días fértiles y estériles
del ciclo femenino. Hoy con los trabajos de fecundación «in vitro» se ha vuelto
a hablar de este procedimiento al que se da una fiabilidad del
90%[42] .
En 1975 se
ha publicado en España un libro del Dr.
Billings, australiano, que ya lleva veinte ediciones en cuatro
idiomas. Billings ha descubierto
un método para regular la natalidad que es muy fácil, natural, sano y barato
(sin instrumentos ni productos), moralmente lícito y, según parece, el más
seguro de todos. Se basa en la observación del moco vaginal[43] . La
experiencia de
El Método
Sintotérmico, que es la combinación del Método Billings con otros parámetros,
puede llegar al 99’2% de seguridad, según los resultados dados por la OMS
en Biologic of fertility control by periodic
abstinence (Informe técnico 369/67), si se enseña adecuadamente
siguiendo el Learning Package of Familiar
Fertility, OMS, 78.
El Dr.
Billings, Decano de la Facultad de Medicina
de la Universidad de Melbourne (Australia), estuvo en Madrid en mayo de 1984 y
afirmó: «Mi método es eficaz, por lo menos, en el 99% de los casos. Más eficaz
que el abortivo DIU y el preservativo.
El método
Billings es más seguro que
el preservativo. Según
Y tiene la
ventaja de ser un método natural, sencillo y barato. Sin los inconvenientes
psíquicos de la ligadura de trompas y vasectomía»[47];
Además no
tiene los inconvenientes de la píldora.
La píldora
anticonceptiva produce cáncer de útero, afirma el Royal College of General Practitioners,
después de 20 años de investigaciones[48] .
En el número
de septiembre de 1989 The Lancet,
una de las revistas médicas más importantes del mundo, se dice que las
mujeres que toman anticonceptivos presentan una probabilidad de cáncer de
mama 75% superior a las mujeres que no las usan[49] .
Y en la
misma revista, 344(1994)1390, también se dice que la toma de anticonceptivos
orales duplica el riesgo de padecer cáncer de
útero.
En el
«Vademécum Internacional de Especialidades Farmacéuticas» que tienen casi todos
los médicos españoles se dice que «se ha demostrado que las mujeres que toman
anticonceptivos orales sufren alteraciones cardiovasculares en proporción
superior a las que no las toman».
Los peligros de los anticonceptivos
fueron confirmados por el Primer Ministro inglés Tony Blair. En respuesta a una pregunta en
el parlamento Blair comunicó que
durante los últimos diez años 104 mujeres han muerto en Inglaterra a causa de
«Los efectos secundarios de la
píldora anticonceptiva son muy conocidos. (...) Un total de cuatrocientos
veinticinco accidentes cerebrales por año podrían ser atribuidos al uso de
anticonceptivos orales en Estados Unidos. (...) Según la revista médica JAMA, ha sido observada la asociación
entre anticonceptivos orales y el cáncer de pecho»[51].
Con razón
dice el Dr. Benigno Blanco: «Al
consumidor de tabaco se le advierte que el tabaco perjudica la salud, pero a la
usuaria de anticonceptivos se le oculta los riesgos que asume»[52] .
En el
telediario de varias cadenas del miércoles 25 de octubre de 1995 se dijo que la
píldora anticonceptiva había ocasionado embolia a varias mujeres que la usaban.
«Madrid.- El
Ministerio de Sanidad envió el pasado viernes una circular a todos los
ginecólogos que trabajan en España advirtiéndoles de que algunos anticonceptivos
orales de tercera generación pueden provocar tromboembolismo venoso, (...) y en
ocasiones extremas la muerte»[53].
El Instituto
Federal de Medicamentos de Berlín informa que la píldora anticonceptiva «Diane»,
de los Laboratorios Schering, puede producir cáncer de hígado. Esta píldora ha
sido utilizada por millones de mujeres, también en España[54]
Más de cien
mujeres del Reino Unido, que usaron la píldora anticonceptiva, sufrieron
trastornos graves por coágulos de sangre y trombosis , y siete de ellas
murieron. Por eso sus familiares presentaron una demanda contra los laboratorios
Schering, Wyeth y Organon
que las fabricaron[55].
Un estudio
del gobierno comunista chino demuestra la eficacia del sistema Billings.
El gobierno
chino ha experimentado en la provincia de Nanchino, una de las más pobladas de
la nación, el método de la ovulación, conocido comúnmente con el nombre de
«Método Billings». Los resultados
son categóricos: entre las 922 parejas que lo han adoptado como método de
planificación familiar durante un año, tan sólo cinco mujeres han quedado
embarazadas. Es decir, el 0,5%. El grado de eficacia de este método es superior,
por ejemplo, a los dispositivos de anticoncepción femeninos utilizados por la
mujer.
El resultado
arrojado por el estudio de las autoridades chinas sobre el método Billings aparecerá en el próximo número del
«Medical Journal» de Pekín y fue
adelantado el 28 de febrero por el mismo doctor John Billings en un congreso organizado por
«La reunión
del método ogínico con el del Dr.
Billings es el modo más seguro de todos los
conocidos»[57] .
La
organización mundial que lleva la enseñanza y el control del Método Natural de
ovulación Billings es la WOOMB,
cuya sede en Madrid está en
Se puede
recibir información sobre el método Billings
en:
www.juanpabloesp.org
http://usuarios.maptel.es/loiola
y en <
pfn@edunet.es>
En España se
enseña en centros de diferentes ciudades, dependiendo fundamentalmente de las
asociaciones Pro-Vida: información en
Voy a poner
aquí las direcciones de los centros WOOMB de información y enseñanza en
distintas capitales de provincia:
Madrid: Dra. Ana
Mercedes Rodríguez. c/ José Calvo, 23, bajo centro..Tel.:91 450 50 11. FAX: 91
450 50 76. Madrid 28039. E-mail:
woomb.imena@omc.telprof.es
Centro de
Regulación. T.:915335659.
Mónica Aisa.
Centro de Regulación Natural. San Francisco de Sales, 34. 20003-Madrid. T.: 915
335 659.
Isabel
Valdés. Clínica Salvia. López Pozas, 40. 28036. Madrid.T.:913 507
034.
Centro
Virgen de Olaz. Meléndez Valdés,36,1º,D.28015-Madrid.T..915 433
017.
José Ignacio
Tubio. Clínica Moncloa. T.: 915 957 000.
Isabel López
de Ceballos. T.: 915 626 015.
Albacete:
Arancha Merino. Teléfono: 967 502
459.
Alcalá de
Henares:Dª Mercedes Otero. T.: 91 888 66
86.
Alicante: Dª Ana
Such. T.: 96 512 61 81.
- Dr. J. A.
Muñoz Puller: Pl. Navarro Rodrigo,12,.Bajo. 03007-AB. T.:965 920
703
Almería:
Jorge
Díaz.Torrenueva,65,2ºC.04600-Huercal (Alm). T.: 950 470 957.
Asturias:Dra.Inmaculada Flores. c/
Ávila:
Dª Ángeles Martín Rodríguez.
c/Palencia, 15, bajo. T.: 920 220 328.
José Luis
Martín. Cuesta 5. 05693-Umbría (Ávila). T.: 920 342
887.
Badajoz:Margarita
Jiménez. La Cruz, 1, 3º A-B.06200-Almendralejo.T.:671566
Baleares:Dra.Candelas Cardero. Juan Maragall
37,1º,1ª. Palma.T.:971274103
Barcelona: Dª Mª José
Blázquez: T.: 93 555 48 01
Dr. José
Villanueva. Calle Calderón de la Barca, 34, Bajo, 1ª. 08032-Barcelona. T.: 933
581 504
Nuria Recto.
Bonaplata,42-54.
08034-Barcelona.T.:932805683.FAX:932047214
Planif.Familiar.: Tel.:93 204 71 11
Tel.: 93 218 61 90
Bilbao:Concepción
Rodríguez. Diputación,8,6º,1ª. 48008-Bilbao.:T.:944167212
Coro Goitia.
Clínica Euskalduna. Euskalduna, 10,
1º, A. 48008-Bilbao. T.:944 103 752
Carmen
Riega.Av.Guipúzcoa,35,1º dcha. 48260-Ermua
(Vizcaya).T.:943176209
Burgos: Dra.
Dña.Concepción García Tejerina. Calle San José 3-5 Bajo. 09002 Burgos.
T.:947264014
Cádiz:
Dª Sol Díez de Rivera. Altos del
Manantial, 13. 11500-Puerto de Santa María. (Cádiz) T.: 956 480
446.
Córdoba:
Mª Cristina Blanco. Centro Médico
«El Camping». c/ Prof. Lucena Conde, s/n. T.: 957 279 922.14012-Córdoba.
Cuenca: Dª Mónica
Gerona:Dra.Mila del
Pozo.Centro de Orientación y Planificación.
T.:972204212
Granada: Dª
Mª Ángeles Martínez de Victoria. T.: 958 25 42
89
Inmaculada
García Calvo. T.: 958 571 477
Isabel
Rodríguez Peralta. T.: 958 273 379.
María José
Sánchez. T.: 958 226 937.
Enriqueta
Blanco. San Antonio, 70, 7º, dcha. T.: 958 259 303.
Gloria
Muñoz. Centro de Salud del Zaidín. T.: 958 813 011.
Guadalajara: Dª
Concha Aparicio Altamirano. T.: 949 223 490 y 949 224
696.
Huelva:
María Asunción Febrer. 21400. Ayamonte. T.: 959
321 047.
Huesca:
Dña. Victoria García Caballero. c/
Alta, 1 bis, 28. 22193-Arascués (Huesca). T.: 974 22 12
27
Jaén:
Centro de Salud San Felipe. Mª
Dolores Chica. T.: 953 320 377.
La
Coruña: Dra. Helvia Temprano. Hospital Teresa
Herrera. 15006-La Coruña. T.:981 178 000,
extensión 20 156 - T.: 981 28 54 00, ext. 215.
Las Palmas de
Gran Canaria: Carmen Serrano Sánchez. T.: 928 418
990
Laura E.
Felipe Gil. Calle Schubert, 11, 3º, pta. 11(Casablanca 1). 35016-Las Palmas. T.:
928 418 990. - Mª. Dolores Hernández. T.: 928 321
073.
León:Purificación Blanco. Cardenal
Landázuri 27. 24003-León.T.:987 23 10 20
Asunción
Quirós. Calle Monasterio Carracedo, 3-
Lérida:
Arancha Merino Thomas. Obispo Irurita, 12. escalera, 9, 3º,1ª. 25006 - Lérida.
Tel.: 973 27 35 30. Centro Médico, Av. Blondel,70, 1º: T.: 973 27 40
51
María Ferrer. Hospital Arnau
Vilanova. T.: 973 248 100
Noelia Mas. Av. Blondel, 5, 2º C.
25002-Lérida. T.: 973 274
061.
Málaga:Dr. Joaquín
Fernández. Pintor Sorolla,2. Málaga-29016.T.:9522243 67
Murcia:
Cándida Vicente Gil. Avenida Ronda
Norte, 9, 4º dcha. escalera izq. 30009 - Murcia.Tel.:968 299 606.
Mikaela
Menárguez. Calle Isaac Albéniz, 10. 30009-Murcia. T.:9682833818.- Mikaela Menárguez,
e-mail:mmc@fonocom.es
Orense:Hermelinda Esteve.Quintela
Cañedo,11. 32001-Orense.T.:988215
758
Palma de
Mallorca: Dra. Candelas Cardero. Calle Juan
Maragall 37,1º,1ª. 07006-Palma.T.: 971 274 103
Pamplona:
Dª Teresa Jaurrieta Galdiano. Pl.
del Castillo, 44, 3º, izq. 31001.- Pamplona (Navarra). Tel.: 948 22.90
94.
Ponferrada
(León): Dª Asunción Quirós Álvarez.
Monasterio de Carracedo, 3,
Reus:
Carmen Paya. Calle A. Gaudí, 76, 1º,
1ª. 43203-Reus.Tel.:977 311 476
Salamanca:Pablo
Pascual.La Plaza (Farmacia).
San
Sebastián: Dª Ana Munilla. c/ M. Gardoqui, 1,
1º, izq. 20013-San Sebastián.Tel.: 943 320 645; 943-27-8193. E-mail: ix9754@xpress.es
Santa Cruz de
Tenerife: Mª Luz Fariña. c/ Santiago
Beyro,15. . 38007-Sta. Cruz de Tenerife. T.:922 214 9
63
Segovia:
Juana Alonso. Calle Velasco, 17. 40003-Segovia. T.:921 460
655.
Sevilla: Marina
Cuadrado Ruiz. Av. Luis de Morales, 24, escalera 3, 3º D. 41018-Sevilla. T.:954
530 001
. Dra. Mª
del Carmen de la Cuadra, Apartado 6213. T.: 95 490 50 19
Dra.
Mercedes Tarancón Jiménez. Centro de Salud. 41520-Viso del Alcor (Sevilla). T.:
95 574 12 85.
Soria:
Conchita Martínez. Calle Rosell, 12.
42190-Las Casas (Soria).T.:975 224 713
Tarragona: Dr. J. M.
Martínez. Calle Pau Casals, 11, 5º. 43003-Tarragona. T.: 977 218
262
Carmen Paya.
c/ A.Gaudí, 76, 1º, 1ª. 43203-Reus (Tarragona). Tel.:977 311
476.
Toledo: Dª Mª
Carmen Ramos Peñalver. Av.Guadarrama, 8, 5º. 45007-Toledo.Tel.: Tel: 925 232
768
Dª
Concepción Gutiérrez Arias. Bargas (Toledo). Tel.: 925 493 043.-
Valencia: Ana de
Andrés Pardo. Burriana, 42. -46005-Valencia.T.:963528153.
Dra.Ana
Otte. T.:96 362 53 67.
Dra.
Mª Argaya. C/ Salvador, 6, bajo dcha. 46003-Valencia. T.: 963 918
545
Conchita
Medialdea. Porta de la Mar, 6,2º,8ª. 46006-Valencia. T.: 963 517 942.
Valladolid:
Dra. Nieves González Rico. Paraíso,
3, 1º dcha. 47003- Valladolid. Tel.: 983 25 30 07; 983 47 89 87.
Centro
Médico. c/ Joaquín Velasco, 5. 47014-Valladolid. T.: 983 333
032.-
Villafranca del
Penedés: Elena de Miguel.Pl. Penedés,1.
08720-Barcelona. T.:938 915 401
Villanueva de la
Cañada: Dª Mª
Vitoria:
Fco. Javier Castillo.
c/ F. Gª Lorca, 6,7ºB.
01003-Vitoria. T.:945272518.
Zaragoza:
Dra. Pilar Traver. Calle Dr. Casas, 12,
2º, dcha. 50008.- Zaragoza. Tel.: 976 233 755 y 49 91
96.
En Valencia
está el CIFER:
Certificadora Internacional de Cursos de Reconocimiento de la
Fertilidad.
Vicente
Oltra Climent
Calle Paseo
de Ruzafa 9
46002 -
Valencia
España
Fax: (+34) 96
352 31 07
www.cifer.info
Sobre el
MÉTODO BILLINGS hay una página en
INTERNET en inglés. Está en www.woomb.org
La Humanae vitae ha presentado a los esposos
«un ideal de ética conyugal cristiana, a cuya realización han de tender
progresivamente los fieles, y que exige no pocas veces un gran esfuerzo. Tanto,
que en algunos casos se podrá dudar, con fundamento, de la culpabilidad grave de
los esposos en el incumplimiento de su deber en casos particulares. Puede
ocurrir, dada la fragilidad humana, que los esposos, a pesar de sus buenas
intenciones, no respondan siempre a la exigencia de un amor fecundo, según la
norma cristiana. No por esto han de considerar todo esfuerzo inútil y apartarse
de los sacramentos. Por el contrario, si el pecado les sorprendiese todavía, no
se desanimen, sino que recurran con humilde perseverancia a la misericordia de
Dios, que se concede en el sacramento de la penitencia»[58] .
El Papa
Juan Pablo II ha dicho el 22 de
noviembre de 1981, en la Familiaris consortio: «La Iglesia es ciertamente
consciente también de los múltiples y complejos problemas que hoy, en muchos
países, afectan a los esposos en su cometido de transmitir responsablemente
El Obispo de
Namur (Bélgica) André Léonard
dice: «Hay situaciones angustiosas. Pienso especialmente en la
mujeres que son víctimas de un cónyuge irresponsable (alcohólico, intemperante)
que no las respeta y es capaz, con violencia, de imponerles embarazos
manifiestamente contraindicados. En estos casos , es claro que la mujer se
encuentra en situación de legítima defensa, y que la contracepción puede y debe
garantizar su justa libertad. El Señor nos pide, por medio de su Iglesia, no
disociar el amor y
A los
matrimonios con dudas en este punto, les dice el Cardenal Ratzinger «yo les aconsejaría que
consultaran a su director espiritual, que pidieran consejo al sacerdote, porque
estas cosas no se pueden dilucidar en abstracto»[61] .
97,8.
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS. Se llama
también extremaunción por ser el
último sacramento que recibe el cristiano antes de salir de este mundo. Con él
recibe un aumento de gracia para superar victoriosamente la última batalla de la
vida.
Es un
sacramento en el que, por la unción con óleo bendecido y la oración del
sacerdote, se confiere a los fieles, que han alcanzado el uso de la razón, están
gravemente enfermos y arrepentidos de sus pecados, al menos con atrición, la
salud del alma[62] y la
del cuerpo si les conviene[63] .
En caso de
necesidad se puede emplear cualquier otro óleo vegetal: de linaza, girasol,
cacahuete, algodón, etc. Aunque el apropiado sea el de oliva[64] .
Cuando uno
está en peligro de muerte, hay que
avisar al sacerdote para que le dé los auxilios espirituales propios de estos
momentos, es decir, para que le confiese, le dé el Santo Viático y la Unción de
los Enfermos[65] . No
se debe esperar a que el enfermo esté demasiado grave[66] con
peligro de que, cuando llegue el sacerdote, ya no tenga lucidez y calma para
hacer una buena confesión.
Nadie se
muere por llamar a tiempo al sacerdote.
En cambio,
son muchos los que mueren en pecado por haber llamado al sacerdote demasiado
tarde.
Cargan con
enorme responsabilidad los que,
viendo a sus parientes, amigos, vecinos, etc., en peligro de muerte, no
avisan a tiempo al sacerdote para que les asista.
Puede ser
que muchos se condenen por un amor mal entendido de sus
familiares[67] .
Temen que el
enfermo se asuste al recibir los auxilios espirituales, y no temen que se
presente ante el juicio de Dios con el alma en pecado. Como si en el incendio de
una casa no se quiere avisar a los vecinos que están durmiendo por temor de
asustarles. ¡Vaya una caridad tan rara!
Además, en
caso de que el enfermo se asuste, este susto será pasajero, y una larga
experiencia enseña que los enfermos cuando se confiesan y comulgan se quedan muy
tranquilos. ¡Es natural! Un católico en peligro de muerte, siempre se alegra de
recibir los auxilios de un sacerdote.
Algunas
personas comprometen
Pero el que
se haya condenado porque las personas que le rodeaban no quisieron llamar a
tiempo al sacerdote, ¿qué sentimiento guardará para con
ellos?
Recuerdo una
vez que fui a visitar a un enfermo que yo sabía que estaba grave. En cuanto me
quedé a solas con él me dijo:
- «¡Qué
alegría he sentido, Padre, al verle entrar por esa puerta! Estaba deseando
llamarle, pero no me atrevía para no asustar
Al salir me
dice la familia:
- «¡Cómo le
agradecemos, Padre, que haya Vd. venido. Lo estábamos deseando, pero no nos
atrevíamos a decírselo al enfermo, para que no se asustara!»
¿Qué te
parece?
Unos y otros
deseando llamar al sacerdote; y, por un miedo absurdo de ambas partes, un
enfermo iba a morir sin confesión. ¡Qué barbaridad!
En cambio,
después de la confesión, ¡qué tranquilidad para todos!
Por otra
parte, es sabido que uno de los
efectos de la unción de los enfermos es dar al enfermo la salud del
cuerpo si le conviene.
Dice el
Apóstol Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los
presbíteros para que oren sobre él y lo unjan con el óleo en el nombre del
Señor»[68] .
Si para dar
la unción de los enfermos se espera a que la situación sea ya irreversible,
entonces el recobrar la salud será casi un milagro, y la Unción de los Enfermos,
de suyo, no hace milagros.
La Unción de
los Enfermos debe recibirse cuando el enfermo está todavía en uso de sus sentidos.
Para recibir
la unción, el enfermo debe estar grave; pero no es necesario que el peligro sea
de muerte inminente[69] .
Basta que la enfermedad sea tal que haya amenaza de peligro real[70] por
enfermedad o vejez[71] .
La Unción de
los Enfermos puede administrarse otra vez si «recobrada la salud, vuelve la
gravedad»[72] .
A los muy
ancianos se les puede administrar la extremaunción aunque no estén enfermos,
pues la vejez es ya una enfermedad incurable[73] .
Este
sacramento debe recibirse en estado de gracia[74] . Por
eso cuando el que va a recibir la Unción de los Enfermos está en el uso de sus
sentidos, debe antes confesarse. Pero si hay peligro de que cuando llegue el
sacerdote, haya perdido el sentido, tiene obligación de hacer antes un acto de
contrición. El peligro de muerte debe estar dentro del cuerpo de
En caso de
necesidad puede administrarse la extremaunción a los recién fallecidos; pues la muerte es la
separación del alma y del cuerpo, y es difícil señalar el momento preciso de
esta separación.
La muerte
aparente no coincide siempre con la muerte real.
«La muerte
no viene de repente. Es un proceso gradual de la vida actual a la muerte
aparente, y de ésta a la muerte real»[76] .
Se conocen
casos de vuelta a la vida después de una muerte clínica, sin intervención de
milagro alguno. La única señal de muerte real es la putrefacción del cadáver.
Cuando ésta
se presenta con caracteres inequívocos, la muerte real es del todo
cierta[77] . «Solamente hay una
señal de la muerte absoluta: la putrefacción»[78] .
Debe
administrarse la Unción de los Enfermos, aunque el enfermo no haya podido
confesar, pues basta que tuviera
atrición para que con este sacramento se le perdonen sus pecados,
incluso graves.
Hoy la
Iglesia permite la incineración de los cadáveres[79]... Las
cenizas de los cadáveres deben guardarse con todo respeto. Mientras la
legislación eclesiástica o civil no disponga otra cosa, yo sugiero que el mejor
sitio de estas cenizas es el nicho de un familiar.
[1] CHARBONNEAU: Noviazgo y felicidad, III, 2. Ed. Herder.
Barcelona, 1970
[2]
[3] BERNHARD
HÄRING: SHALOM: Paz, XVII; 8,8.
Ed. Herder. Barcelona.
1998.
[4] Dr. J.
DOMÍNGUEZ: Felicidad sexual, VI, 1, c, 1.
Ed. Ultra. Nueva York. 1971.
[5] DR. A. WILLY: Enigma de la sexualidad, 5,I,1.
Barcelona.
[6] EFRÉN QUINTANILLA:
La vida sexual, XVII, 4. Ed.
Everest. León, 1974. Este libro es muy útil como preparación sexual antes del
matrimonio, tanto a hombres como a mujeres.
[7] GAUDEFROY: Estudios de Sexología, XI, 4, B, c. Ed.
Herder.Barcelona. 1968
[8]
[9] Revista ECCLESIA, 2002
(18-X-80)6
[10] GAUDEFROY: Estudios de Sexología, 2º, XII, 2, 2. Ed.
Herder. Barcelona. 1968
[11] ANA MOW: El secreto del amor matrimonial, 2ª, IV.
Ed. SAL TERRAE. Santander .
[12] ROBINSON: Educación sexual y conyugal, 3ª, V, 1ss.
Ed. Mensajero. Bilbao.
[13] PABLO VI: Humanae Vitae, nº
13
[14] FERIN-PONTEVILLE: Amor y fecundidad, IV, 4. Ed. ELER.
Barcelona, 1964
[15] GIACOMO
SANTORI: Compendio de sexología, 1º, IX,
6. Ed. FAX. Madrid, 1969
[16] LUIS RIESGO Y CARMEN
PABLO: Lo que Dios ha unido.
EAPSA. Madrid. 1976
[17] BERNABÉ TIERNO:
Revista El Semanal, 589 (7-II-99) 78.
[18] Concilio Vaticano II:
Gaudium et Spes: Constitución
sobre la Iglesia en el mundo actual, nº 49
[19] Concilio Vaticano II:
Gaudium et Spes: Constitución
sobre la Iglesia en el mundo actual, nº 50
[20] ANDRÉ LÉONARD: La moral sexual explicada a los jóvenes, III,
9. Ed. Palabra. Madrid.
1994.
[21] Concilio Vaticano
II: Gaudium et Spes: Constitución
sobre la Iglesia en el mundo actual, nº 50
[22] Diario YA, 24-VII-80,
pg. 16
[23] Libro básico del
creyente hoy, XXV, 1. Ed. PPC. Madrid, 1970.
[24] Concilio Vaticano
II: Gaudium et Spes:
Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual, nº
47.
[25] XAVIER LACROIX:
El matrimonio, VII, 2.
Ed. Mensajero. Bilbao.1996.
[26] Nuevo Catecismo de
[27] PABLO
VI: Encíclica Humanae vitae, nº
10s
[28] PABLO
VI: Encíclica Humanae vitae, nº
25
[29].BERNHARD
HÄRING:SHALOM:Paz, XVII,8.9.
Ed. Herder.
Barcelona.1998.
[30] Nuevo Catecismo de
[31] Nuevo Catecismo de
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[36] JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Antropología y moral, VI, 1. Ed.
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1994
[40] ANA
[41] Fabricado por ORCOSÁN, S.A.,
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[43] Dr. JOHN
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[51] Provida
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[52] Revista FAMILIA
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[57] INGRID
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[75] LEO J. TRESE: La fe explicada, 3º, XXIII. Ed. Rialp.
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[76] ANTONIO ROYO MARÍN,
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[78] MICHEL: Los misterios del más allá, II, 33. Ed.
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3