67,6. En
marzo de 1987,
No puede
permitirse el derecho a crear una vida humana con el fin de destruirla después.
Leí en el
Diario YA, que frente a los
seiscientos niños probeta conseguidos, se han destruido veintitrés mil
cuatrocientos óvulos fecundados «in vitro»,es decir, que se perdieron el 97,5%
de las vidas humanas que se iniciaron[2] .
En Francia,
en 1986 se consiguieron ochocientos «niños probeta», pero se habían concebido
«in vitro» once mil embriones humanos.Es decir, se destruyeron diez mil
doscientos seres humanos[3] .
El Dr. Justo Aznar, Jefe del Departamento de
Biopatología Clínica del Hospital de la Fe de Valencia, dice que por cada niño
«in vitro» que nace se pierden cuarenta vidas humanas[4] , pues
para obtener un niño probeta se fecundan unos cincuenta óvulos.
La
experimentación científica no puede legitimar esta destrucción de vidas
humanas.
En Melbourne, una
clínica especializada en fecundación «in vitro» ha anunciado que destruirá
centenares de embriones congelados[5] .
El padre Angelo Serra, pionero mundial de la
bioética, fundador del Instituto de Genética de la Facultad de Medicina Agostino
Gemelli de Roma dice: «La genética es una gran conquista de la ciencia, una
oportunidad a aprovechar, una autopista para llegar a comprender el mundo y el
hombre y vencer enfermedades y sufrimientos»
Pero como
genetista, le preocupa que la cada vez más extendida reacción ante los excesos
cree un clima hostil hacia todo este filón de la investigación genética a la que
ha dedicado su vida, trabajando en los mayores centros de vanguardia del mundo.
«La genética
--afirma-- nos lleva a conocer el programa biológico de cada uno de nosotros.
Cuanto más se conoce el código genético, antes se podrá dar vía libre a la
geneterapia, sobre todo en la lucha contra los tumores. Pienso que en el futuro,
la ingeniería genética, cuando pueda comprender y gobernar las complejas
interrelaciones entre los genes, podrá también ayudar a un embrión humano
enfermo a no desarrollar la enfermedad que lleva en sus
genes».
Sin embargo,
reconoce que «la sombra oscura que pesa sobre el progreso de nuestra época» es
la producción de embriones para luego descartarlos: «Para tener el 95% de
probabilidades de que la fecundación tenga éxito, hace falta programar al menos
treinta embriones que después serán eliminados. La cultura de hoy va en esta
dirección»[6].
El Dr. Jacques Testart, padre del primer «niño
probeta» francés, cuenta en su libro El
embrión transparente cómo en
Hay que
distinguir entre la inseminación artificial (in vitro) y la asistida, en la que el
médico ayuda a los esposos. Ésta es lícita, pero la artificial está prohibida
por la Iglesia[8] .
«Las
enseñanzas de la Iglesia sobre la fecundación
artificial dejan bien claro que el método técnico utilizado no puede
sustituir al acto conyugal, sino que únicamente debe ser, cuando se considere
necesario médicamente, una facilitación y una ayuda para que aquél alcance su
finalidad natural»[9].
«La
inseminación artificial y la fecundación in
vitro son un problema delicado. (...) Muchos católicos aprueban, sin
dificultad, la condenación por la Iglesia de la fecundación heteróloga, es
decir, recurrir a un donante ajeno a la pareja. (...) Según la expresión cruda,
pero iluminadora, de un periodista francés, “la fecundación heteróloga es el
adulterio en probeta”.
»Presenta,
en cambio, dificultad a ciertos católicos, el juicio negativo (...) pronunciado
por la Iglesia, sobre la fecundación artificial homóloga, es decir, que no
recurre a ningún donante extraño. (...)
»Para
enfocar bien el problema hay que ir al fondo de la cuestión.
(...)
»La
fecundación in vitro implica
corrientemente la sobreproducción de embriones que no serán trasplantados al
cuerpo de la mujer y serán destruidos o congelados. Este hecho plantea el
problema del aborto o su manipulación.(...)
»Sin
embargo, aun en el caso de una fecundación homóloga “limpia técnicamente”, el
juicio de la Iglesia sigue siendo negativo. (...)
»El acto
conyugal, por el que los esposos se entregan uno al otro, y se abren juntos al
don de la vida es al mismo tiempo indisolublemente espiritual y
carnal.
»Marido y
mujer consuman su unión en sus cuerpos, y por sus cuerpos también en su corazón.
Así pueden llegar
»De aquí la
convicción profunda de la Iglesia de que la única manera, verdaderamente humana,
de dar la vida a un niño reside en un acto conyugal auténtico, en el que los
esposos se donan el uno al otro tanto en la verdad de su carne como de su alma.
»El único
lugar adecuado para el surgimiento de una nueva persona es un acto de amor, a la
vez espiritual y físico; y no una sucesión de operaciones técnicas, separadas,
objetivamente, de los gestos del amor»[10] .
Por otra
parte, la inseminación artificial lleva en sí un peligro de contagio; como le
ocurrió a una mujer alemana que se contagió de SIDA por haber usado semen de
banco.
«Según las
revelaciones de un equipo médico alemán a la revista «The Lancet», una enfermera alemana se vio
contagiada de SIDA tras una inseminación artificial»[11] .
Angelo Serra,
pionero mundial en el campo de la
genética, ha afirmado que la fecundación asistida fracasa en el 87% de los casos
y deja graves consecuencias psíquicas[12].
Un estudio
llevado a cabo en el Hospital Universitario de la Infancia de Upsala (Suecia) ha
revelado que los bebés nacidos por la fecundación artificial corren tres veces
más riesgo de desarrollar desórdenes neurológicos y discapacidades cerebrales
que los niños concebidos naturalmente[13].
En la
presentación del documento Donum
Vitae, el cardenal Ratzinger dice:«La actividad
científica está sometida a la ley ética. La Ciencia no es un absoluto a lo que
se puede sacrificar todo, aun la dignidad del hombre».
Progreso que
va contra la dignidad del hombre no es verdadero
progreso.
Federico Mayor Zaragoza, Presidente de la
UNESCO, dijo el 26 de agosto de 1998 en Rímini (Italia):«Por primera vez
el hombre ha llegado al umbral de los mecanismos de la vida; por esto, la
Bioética debe asegurarse que los progresos se pongan al servicio de
todos»[14] .
He aquí
algunas ideas del documento Donum
Vitae:
«Si el
progreso tecnológico no está encauzado por la moral, puede atentar contra la
dignidad de la persona humana» (Introducción nº 2). «No todo lo que es
técnicamente posible es moralmente admisible»(Introducción nº 4). «La Ciencia y
la técnica exigen el respeto incondicional a los criterios fundamentales de la
moralidad: deben estar al servicio de la persona humana»(Introducción nº 2). «El
ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el primer instante de
su concepción»(I,1). «Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser
explotados como “material disponible”. Resulta obligado denunciar la particular
gravedad de la destrucción voluntaria de los embriones humanos obtenidos “in
vitro” con el sólo objeto de investigar»(I, 4). «Tanto en el caso de los fetos
muertos, como cuando se trata de cadáveres de personas adultas, toda práctica
comercial es ilícita y debe ser prohibida»(I, 4). «Desde el punto de vista
moral, sólo es verdaderamente responsable, para con quien ha de nacer, la
procreación que es fruto del matrimonio... La fidelidad de los esposos, en la
unidad del matrimonio, comporta el recíproco respeto de su derecho a llegar
Un hijo
concebido con ayuda de un gameto procedente de una tercera persona es
propiamente un hijo adulterino.
Por lo mismo
están prohibidos los «vientres de
alquiler» que van contra la unidad del matrimonio, y la congelación
de embriones que los expone a posibles manipulaciones contra la dignidad de la
persona humana.
«Las
técnicas que provocan una disociación de la paternidad por la intervención de
una persona extraña a los cónyuges (donación del esperma o del óvulo, préstamo
de útero), son gravemente deshonestas»[15] .
El 12 de
febrero del 2001 se publicó el mapa del genoma humano.
El
descubrimiento del genoma humano nos ha descubierto la poca diferencia, en el
número de genes, de los seres vivos. Pero queda por estudiar las funciones de
los millones de proteínas producidas por los treinta mil genes humanos, que son
lo que nos diferencia a unos de otros.
Según el
Dr. César Benito Jiménez, Profesor
de Genética Humana en
Pero también
hay peligro de caer en la tentación de eliminar embriones humanos defectuosos,
lo cual sería asesinar a personas humanas inocentes por el hecho de no ser
sanas; lo cual es monstruoso.
Y es que el
progreso técnico, si no se somete a la moral se vuelve contra el
hombre.
A propósito
del genoma humano donde están
codificadas las características de la persona, dijo Juan Pablo II, en
El P. Javier Gafo, S.I., Catedrático de
Bioética en la Universidad de Comillas en Madrid, dice: «El desarrollo
tecnológico no es un valor en sí absoluto, en nombre del cual pueda legitimarse
cualquier tipo de avance. Las nuevas técnicas de reproducción humana pueden
llevar a abusivas manipulaciones del embrión y a una degradación de su valor
humano»[18] .
Se pueden
realizar verdaderas perversiones[19] .
Manipulando
el cromosoma de la agresividad se podrían obtener seres humanos de tendencias
criminales destinados al terrorismo.
La
ingeniería genética podría conseguir hombres infradotados para ponerlos al
servicio de los «listos» que los han «producido»[20] .
Sería una
nueva modalidad de esclavitud.
Y ningún
hombre debe ser explotado por el que es más fuerte que él sea económicamente,
sea culturalmente, sea físicamente, sea psíquicamente.
Todo hombre,
nacido o no nacido, enfermo incurable o desbordante de salud, es hijo de Dios.
No puede ser
explotado por otro hombre.
Elio Sgreccia,
portavoz vaticano de Bioética,
afirma:
«La Iglesia
está a favor de las investigaciones científicas que estén orientadas a la
prevención y tratamiento de enfermedades. La Ciencia experimental tiene que
estar orientada al bien del hombre. Pero la utilización destructiva de embriones
para investigar merece un juicio negativo, pues el embrión humano vivo es un ser
humano que exige el respeto que merece todo hombre»[21].
El Premio
Nobel Dr.Severo Ochoa entrevistado
por
Como dijo
Juan Pablo II: «El principio de la
libertad de investigación científica no puede ser separado de la responsabilidad
ética»[23] .
Evidentemente, no todo lo que es técnicamente posible es moralmente
aceptable[24] ..
Los Medios
de Información propagaron que dos lesbianas del país vasco habían tenido un hijo
en común: una quedó embarazada con espermatozoide de banco de semen, y el óvulo
fecundado fue anidado en la otra.
Esto es una
monstruosidad.
Ese niño va
a vivir traumatizado cuando se entere que es hijo de dos mujeres anormales.
Siempre será
verdad que toda ciencia necesita de la conciencia: la ciencia sin conciencia se
vuelve contra el hombre.
«Las
intervenciones sobre el embrión humano sólo son lícitas si tienen como fin la
mejora de sus condiciones de vida»[25] .
«Los médicos
del Hospital Antoine Béclère, en las proximidades de París, han logrado, con un
proceso de selección genética, evitar en un bebé la trasmisión de una enfermedad
hereditaria de uno e sus padres»[26].
El 24 de
Febrero de 1997 todos los medios de información se hicieron eco de la clonación de una oveja en Escocia, quitando
el núcleo con el código genético de un óvulo y poniéndole el núcleo de otra
célula con su código genético. Así se engendra un nuevo ser idéntico al ser del
que se ha tomado el núcleo.
Fue obra de
dos científicos escoceses Iam Vilmut
y K.H.S. Campell con
sus colaboradores del Roselim Institute
de Edimburgo[27] . Esto
puede ser útil para mejorar
En Abril de
1997 se celebró en Oviedo un Convenio de Bioética. Representantes de veinte
países firmaron un Convenio Europeo sobre Derechos Humanos y Biomedicina
auspiciado por el Consejo de Europa. Este documento incluye un anexo especial
sobre la clonación humana que
prohibe expresamente. Pone límites a la ingeniería genética y protege a los
ciudadanos frente a los avances científicos[28] .
Después, el
12 de Enero de 1998 el Consejo de Europa firmó en París un Protocolo prohibiendo
la clonación humana[29] .
«Una
organización que agrupa alrededor de sesenta organizaciones científicas
internacionales pidió que se prohiban en todo el mundo los experimentos sobre
clonación humana»[30] .
El 20 de
enero de 1998 vi en Televisión Española un debate sobre la clonación humana
moderado por Luis Herrero. En él
intervino el obispo de Castellón, Doctor en Moral, D. Juan Antonio Reig. Contestando a
Agustín Zapata y a Javier Sádaba que opinaban que la clonación
humana podía ser útil, expuso con gran claridad que no se puede permitir la
clonación humana con fines utilitarios, como sería hombres clonados como almacén
de piezas de recambio para trasplantes. Esto sería muy práctico, pero no sería
ético. Y lo que distingue a los hombres de los animales es el respeto a la
ética.
Resulta
monstruoso que unos hombres «fabriquen» otros hombres para tener piezas de
recambio y después eliminarlos.
La ciencia
sin conciencia se vuelve contra el hombre. A las personas humanas no se las
puede tratar como objetos. La persona humana tiene unos derechos que hay que
respetar.
Cuatrocientos catedráticos de Roma
han firmado una «Declaración» contra la clonación humana[32].
«El gobierno
español ha ratificado oficialmente el protocolo internacional que prohíbe
taxativamente la práctica de la clonación de seres humanos»[33].
Por otra
parte, David Humphreys, del
Whitehead Institute for Biomedical
Research de Estados Unidos, ha manifestado su preocupación por «las
irregularidades genéticas» observadas en los seres clonados[34].
Los reparos
éticos que suscita la clonación de personas humanas pueden desaparecer si se
logra la clonación de tejidos para trasplantes[35]. Por
ejemplo, de tejido epitelial, etc.
El 19 de
diciembre del año 2000, el Parlamento Británico aprobó la clonación terapéutica. Parece que
enfermedades como el parkinson,
la diabetes y la leucemia, se podrían curar trasplantando células de
embriones con capacidad de originar «células
madre», llamadas «estaminales»,
que pueden dar lugar a células iguales para generar nuevos
tejidos.
Las células madre son unas células a partir de
las cuales se pueden obtener células de distintos tejidos. Estas células están
en tejidos de embriones y también en tejidos adultos, por ejemplo en tejido
adiposo.
Pueden ser
totipotentes, que dan lugar a un
individuo completo de su especie, pluripotentes, que dan lugar a todo tipo
de tejidos, multipotentes, que
dan lugar a diversos tejidos, y unipotentes,
que dan lugar a un solo tejido.
La Iglesia
anima a investigar en la obtención de células
madre de tejidos adultos, pues obtenerlas de embriones es matar a un
ser humano.
No se puede
matar a una persona para dar a otra el órgano que necesita. Como ocurre cuando
se mata un embrión humano para sacar «células madre» que fabriquen los órganos
deseados para hacer trasplantes.
Fabricar
seres humanos con el fin de tener órganos humanos de recambio para las personas
enfermas que los necesiten, y después matarlos, además de ser una monstruosidad,
es tan absurdo como fabricar un camión para utilizar sus neumáticos, y después
mandarlo al desguace del chatarrero.
Y mucho
mejor obtenerlas del cordón umbilical de cada uno, pues al ser células
indiferenciadas se pueden cultivar para el tejido que se desee, y así se podrían
curar muchas enfermedades, por ejemplo la leucemia.
Sería de
desear que hubiera bancos que conservaran congelados en nitrógeno líquido los
cordones umbilicales de todos los que nacen por si los necesitan en el futuro
utilizando la posibilidad que tienen esas células para regenerar órganos y
tejidos dañados.
El Papa
Juan Pablo II dijo con frase
feliz: «Con la vida no se comercia. (...) Desde la concepción hasta la muerte
natural, el ser humano es sujeto de derechas inviolables»[36] .
67,7.
Los Testigos de Jehová
prohíben las transfusiones de sangre,
diciendo que están prohibidas por la Biblia; y son capaces de dejar
morir a una persona antes de facilitarle esta ayuda.
En primer
lugar hay que decir que esto es falso. En ningún lugar de la Biblia se
habla de las transfusiones de sangre. La
Biblia no puede prohibir una cosa que se desconocía en
su tiempo. Lo que la Biblia prohíbe es
comer sangre de animales[37] , por estar
relacionada con la idolatría que ellos veían en otros pueblos que
sacrificaban animales a los ídolos.
También la
Biblia prohíbe comer sebo[38] .
Y a esto no hacen caso.
Pero además
Cristo abolió algunas prácticas
del Antiguo Testamento e instauró el Nuevo[39] .
Muchas de las leyes del Antiguo Testamento no rigen en el Nuevo (circuncisión,
peregrinar a Jerusalén, pena de muerte para los adúlteros, etc.).
Esta
prohibición de no tomar sangre se mantuvo al principio[40] por
consideración a los cristianos procedentes del judaísmo, apegados a sus
costumbres, que tenían reparo en participar en comidas que habían estado
prohibidas para ellos durante toda su vida, y no se les debía escandalizar.
El tránsito
del Antiguo al Nuevo Testamento, necesitaba su tiempo para que aquellos judíos
se desprendieran de sus viejas costumbres; pero pronto se permitió a los
cristianos tomar toda clase de alimentos, como dice San Pablo: «Ni porque comamos ni porque no comamos mereceremos o
desmereceremos; pero si lo que yo como escandaliza a mi hermano, no
comeré»[41] .
Pero después dice que se puede comer
de todo[42] .
El
abstenerse de comer sangre fue una norma transitoria, circunstancial y
disciplinar que cayó en desuso al desaparecer las comunidades palestinenses
judeo-cristianas con la guerra del 70[43] . Por
eso no vuelve a mencionarse ni en San
Pablo ni en los Padres Apostólicos.
En cambio la
prohibición de la fornicación se repite con frecuencia en San Pablo y en los Padres
Apostólicos.
Por otra
parte, ya lo dijo San
Mateo[44] :
«Lo que mancha al hombre no es lo que entra
por la boca, sino lo que sale del
corazón».
En cambio lo
que dice la Biblia con toda claridad es que debemos dar la vida por los
hermanos[45] , pues
ésta es la mejor manera de mostrarles nuestro amor a ellos[46] .
Pues, si debemos estar dispuestos a dar la vida por nuestros hermanos; ¡cuánto
más un poco de sangre, que recuperamos con facilidad, y que puede salvar la vida
de un hermano!
Luego, las
transfusiones de sangre no sólo no están contra la Biblia, sino que están muy de
acuerdo con ella, ya que nos manda sacrificarnos por nuestros hermanos. El que
se oponga a las transfusiones de sangre, está muy lejos de conocer la Biblia y
el mensaje de amor que ella encierra en bien de
todos.
En Octubre
de 1977 murió en Ortuella (Vizcaya) la niña de ocho años María Albertina
La
indignación del pueblo fue tan grande que, en el entierro,
67,8. Es,
además, un pecado contra este mandamiento el
suicidio, es decir, quitarse a sí mismo la vida deliberadamente y por
propia iniciativa[48] .
El hombre
tiene obligación de conservar la propia vida[49] .
Por lo mismo
no es lícito exponerla temerariamente cuando no lo aconseja razón alguna del
deber o caridad[50] .
Tampoco es
lícita la propia mutilación, a no ser que no se pueda por otra vía proveer a la
salud de todo el cuerpo[51] .
El suicidio
es pecado grave porque la vida no nos pertenece a nosotros, sino a Dios, que nos
la ha entregado en usufructo[52] .
No puedo
quemar la casa en que vivo porque no es mía: la tengo sólo arrendada.
¿Acaso me he
dado yo la vida para considerarla como mía?
Pero
generalmente el suicida lo hace en un momento de arrebato o desesperación. Y
esto es un atenuante.
Las
situaciones difíciles se superan pidiendo a Dios que nos libre de ellas o nos dé
fuerzas para sobrellevarlas. Pero el suicidio no arregla nada: lo estropea del
todo y para siempre. Por eso sólo la locura o la irreligión pueden llevar al
suicidio.
«El suicidio
lo cometen frecuentemente personas que por enfermedad, o por otras causas, no
son totalmente dueñas de sí mismas. De ordinario es difícil medir el grado de
responsabilidad y de culpabilidad que contraen»[53] .
«Trastornos
psíquicos graves pueden disminuir la responsabilidad del
suicida»[54] .
«La Iglesia
ora por las personas que han atentado contra su vida»[55] .
Antes, La
Iglesia negaba a los suicidas las ceremonias religiosas. Pero desde 1971, sólo
niega los funerales religiosos a los que expresamente han manifestado su
rechazo.
No es
suicidarse el perder la vida en un acto de
servicio o de caridad[56] , como
al salvar a un náufrago.
Aunque uno
sepa, al tirarse al agua, que es posible pierda la vida.
Esto no es
suicidarse, pues no se busca la muerte directamente, sino que se pierde la vida
al querer salvar a otro.
Pero «nadie
puede exponer su vida a peligros graves sin causa proporcionada que justifique
la exposición al mismo»[57] .
Tampoco
sería suicidio ofrecer la propia vida para salvar la de un inocente, como el
caso del P. Maximiliano Kolbe, que
se ofreció a morir a cambio de un padre de familia en un campo de concentración
alemán. Efectivamente, murió voluntariamente, pero nadie lo considera suicida,
sino mártir.
Caso similar
es el de un condenado a muerte a quien se le da el modo de quitarse él mismo la
vida.
Incluso
podría asimilarse el caso del espía que se quita la vida como único modo de
proteger informaciones secretas que pueden poner en peligro a su patria. Este
quitarse la vida no sería un suicidio moral. Así opina el célebre moralista
Häring[58] .
67,9. No
sólo está prohibido quitarse la vida, sino también acortarla directamente, como
sucede con la eutanasia.
Eutanasia
significa «buena muerte», según su etimología griega. Muerte apacible y sin
dolor. Pero actualmente su significado real es «provocar directamente la muerte
por procedimientos médicos a enfermos terminales para librarles a ellos de
sufrimientos y a los demás de una carga».
La eutanasia
es «una acción o una omisión que por su naturaleza, o en la intención, causa la
muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor»[59] .
La eutanasia eugénica, elimina a los
deformes y tarados; la eutanasia económica, suprime a los viejos, inválidos y
dementes.
«Anticipar
la muerte, por muy cierta que sea, y por insoportable que parezca la vida, es
otorgarse un derecho que sólo a Dios pertenece. Y esto aun cuando el enfermo
consienta y lo solicite vivamente, porque ni siquiera él puede conferir un
derecho que tampoco posee, ya que no es dueño ni propietario de su cuerpo y de
su existencia»[60] .
No somos
propietarios de nuestra vida, pues no la hemos conquistado nosotros, sino que la
hemos recibido de Dios, por medio de nuestros padres, cuando Él así lo
dispuso.
El deseo de
dejar de sufrir es algo muy humano. Pero hay que mitigarlo por medios lícitos.
Hoy no hay sufrimientos insoportables dada la terapia antidolorosa de que hoy
dispone la Medicina.
Pero, sobre
todo, hay que tener motivos para sufrir. Se puede sufrir con dignidad y con
optimismo. Para un cristiano el dolor tiene un valor redentor. El dolor unido a
la pasión de Cristo Redentor lo
sublima y ennoblece.
Morir con
dignidad no es precisamente morir sin dolores, sino aceptando la muerte, cuando
y como Dios disponga.
No hay
muerte más digna ni más dichosa que la recibida en estado de gracia y en paz con
Dios.
Un enfermo
dijo en su lecho de muerte: «Pasé de la desesperación a la alegría gracias a la
fe».
Dice
Juan Pablo II en su Encíclica
Evangelium vitae: «La eutanasia
es una grave violación de la Ley de Dios»[61] .
La eutanasia
se quiere enmascarar con la etiqueta de «muerte digna», lo mismo que el aborto
asesino se quiere disimular llamándole «interrupción del
embarazo»
«No
confundamos “muerte digna” con “muerte provocada”»[62] .
Después del
aborto vendrá
Se empieza
con una etiqueta de buena apariencia: muerte digna, ayudar a morir al que no
desea sufrir más. Pero luego se pasa a acciones aterradoras, como el caso de un
matrimonio joven que quería eliminar a la abuela porque necesitaba su
cama[64]..
Muchos
podrían ser convencidos que debían pedir la eutanasia por ser una carga para la
familia o la sociedad.
Por los años
70, en la China comunista desaparecieron de golpe leprosos, ciegos, locos y
minusválidos. Esta «purga» explica en parte el impresionante «agujero»
descubierto por los demógrafos de cincuenta millones de habitantes en la
población china[65] .
Por la misma
razón por la cual algunos defienden hoy el aborto, el día de mañana serán ellos
mismos eliminados por sus hijos, que los considerarán una carga inútil.
Se dice que
Napoleón ordenó a sus médicos
militares que envenenaran a los soldados con enfermedades contagiosas para
evitar su propagación.
Incluso hay
quien se ufana de haber podido comprar un coche con el dinero del seguro de vida
del enfermo que dejó morir por falta de asistencia[67] .
Y como dice
el Dr. Gallop: «Si un doctor
acepta dinero para matar a un inocente en el seno materno, el mismo doctor te
matará a ti con una inyección, cuando alguien se lo pague»[68] .
El jueves 4
de junio de 1987 pudimos ver en televisión en el espacio Debate cómo el defensor de la eutanasia
decía que todos debíamos tener derecho a morir de modo digno, y el médico del
Hospital de Basurto le dijo que en eso tiene toda la razón, pero la eutanasia
consiste en matar al enfermo, y los médicos están para sanar, no para
matar.
Morir
dignamente es asumir la muerte humana y
cristianamente.
Algunos
piensan que es preferible matar al enfermo para que deje de sufrir. Sobre todo
si él mismo lo pide.
Pero no es
así.
El enfermo
lo que quiere es dejar de sufrir.
Darle
paliativos para aliviar su dolor, pero no matarle.
Hay que
eliminar el sufrimiento humano, pero no al ser humano que
sufre.
Detrás de la
frase «para que no sufra» puede esconderse en el fondo, inconscientemente, el
deseo de librarse de las molestias que el enfermo le ocasiona a
él.
Vivir es un
valor superior, que se le arrebata al darle muerte.
Dejar de
existir es el supremo de los males.
«El derecho
a la vida es el primero de los derechos del ser humano»[69].
Eso de que
el enfermo o anciano tiene derecho a pedir la muerte cuando lo desee es una
falacia. Como le dijo monseñor Ricardo Mª
Carles a Isabel San
Sebastián en una entrevista que le hizo en el ABC de Madrid: «Si se
llegara a legalizar la eutanasia voluntaria, sería muy fácil empujar a esas
personas [que estorban] a pedir “voluntariamente” la muerte, sin desearla, en
absoluto, en el fondo de sus corazones»[70] .
«Existe una
tendencia a la aceptación legal de la eutanasia, es decir, a su despenalización.
Desdichadamente, la despenalización suele equivaler, al menos en la mentalidad
de muchas personas, a una legalización, a no considerarlo como delito, y hasta
recomendar su aplicación como algo honesto.
»La mejor
forma de ayudar a una muerte digna es procurar una vida de verdadera calidad
humana, familiar, social y cristiana. Procurando una asistencia llena de afecto
y de generosidad»[71].
El P. Luis de Moya, sacerdote tetraplégico,
que ha superado su situación con admirable trabajo sacerdotal ha dicho: «Una
persona que se siente querida no puede desear la muerte»[72]. Amar y ser
amado es lo que da ilusión a la vida.
Muchos de
los que piden la muerte, lo que desean es ser mejor atendidos y tener ayuda para
querer seguir viviendo. Por eso, más que legalizar la eutanasia. habría que
humanizar el proceso de la muerte.
«En opinión
de muchos expertos, entre los que destaca el profesor Richard Fenigsen, pedir la muerte a menudo
significa una petición de ayuda, de comprensión; incluso cuando alguien pide la
muerte enfática y repetidamente por escrito o en presencia de testigos, no se
puede excluir que esté pidiendo ayuda y atención»[73].
Lo mismo que
es inaceptable legalizar que una persona quiera se esclava de otra, es
inaceptable legalizar que una persona pida o otra que
Además,si se
legaliza que un enfermo pueda pedir la muerte, ¿por qué no va a tener el mismo
derecho un sano cansado de vivir?
Monseñor Elías
Yanes, Presidente de
Ayudar a un
suicidio no es compasión, es colaborar a un crimen.
La
«compasión» puede enmascararse con el deseo de quitarse de encima una carga
molesta, y hasta el deseo de heredarle.
Todos los
periódicos de España hablaron del caso de
Un enfermero
de Indiana, en Estados Unidos, fue detenido como sospechoso de haber asesinado a
un centenar de enfermos. La policía sospechó de él, pues cuando él estaba de
servicio moría un enfermo al día; y cuando él faltaba moría uno al
mes[76] .
Una
enfermera del Hospital holandés de Vliethoven asesinó por medio de una inyección
a nueve ancianos[77] .
Cuatro
enfermeras de Austria fueron condenadas por «liquidar a cuarenta y nueve
enfermos que les resultaban molestos»[78] . Una
de las enfermeras, llamada Waltraud
Wagner, reconoce haber matado a once personas[79] .
Una
enfermera de Dinamarca asesinó a sesenta y cuatro ancianos, después de robarles,
en una residencia geriátrica de Copenhague, dándoles una sobredosis de
calmantes[80] .
Un enfermero
suizo de Lucerna confesó que había dado muerte a veintisiete
ancianos[81].
El mismo día
se publicaron estas dos noticias:
Un médico
inglés, Harold Shipman, ha sido
condenado a cadena perpetua por haber dado muerte a 15 pacientes por medio de
una inyección, en Hyde, cerca de Manchester[82].
Dos médicos
belgas, Leon Radoux y Claude Chevolet, han sido acusados de
asesinato por haber practicado la eutanasia activa a un paciente
equivocado[83].
La
aplicación de la eutanasia en Holanda, ha llevado en
Ellos no
sabían que otros tomaron la decisión de que ellos no tenían que seguir
viviendo[85] .
Según el
Dr. Antonio Pardo, Profesor de
Bioética de la Universidad de Navarra, en 1990 se dieron en Holanda más de
25.000 casos de eutanasia, y 14.000 de ellos sin conocimiento del
paciente[86].
«Desde hace
tiempo uno de los argumentos contra la introducción de la eutanasia ha
sido que la legalización de esas prácticas permitirá a los doctores de abusar de
los derechos de los enfermos que no quieren morir.
»Ahora la
evidencia de Holanda, donde la eutanasia no es ya delito desde 1994, confirma
estos temores.
»Una
investigación llevada a cabo en 1996, cuyos resultados han sido publicados
recientemente en el Journal of Medical
Ethics, encontró que algunos médicos no están respetando las
cláusulas que supuestamente protegen a los enfermos contra la práctica no
voluntaria de la eutanasia.
»Estos
resultados indican que en 1995, uno de cada cinco casos de eutanasia tuvo lugar
sin la petición explícita del paciente.
»Los autores
de la investigación, Dr Henk
Jochensen, del Lindeboom
Institute y Dr John
Keown, de Queens'
College, Cambridge, concluyeron que en la mayor parte de los casos
estaba claro que la eutanasia no viene comunicada a las autoridades y que no hay
control sobre su práctica. (BBC, 16/2/99)»[87] .
«Según un
estudio que el gobierno comisionó al ministro de Justicia holandés, el famoso
"Informe Remmelick", en Holanda el 15% de los fallecidos morirían por
eutanasia»[88].
La
legalización de la eutanasia, en Holanda, en
La NPV
cuenta con sesenta y tres mil miembros, y en las últimas semanas se han apuntado
cinco mil nuevos socios[89] .
«Holanda: la
eutanasia da miedo. Más de 100.000 personas en Holanda han comenzado a llevar
consigo un documento que expresa su oposición a
En ZENIT,
Boletín informativo del Vaticano se narra el caso de un médico, que estaba
optimista por la mejoría de su paciente, cuando va a verlo por la mañana no lo
encuentra en su cama: habían «acabado» con el enfermo porque faltaban camas
libres[91].
En ese mismo
boletín se da cuenta de un caso espeluznante: el hijo pide a los médicos que
«aceleren» la muerte de su padre para que el funeral pueda celebrarse antes de
las vacaciones.
Conozco
casos de enfermos terminales, por los que se ha hecho todo lo que es razonable
hacer, y que mueren desesperados creyendo que se les tiene abandonados.
Si esto
ocurre en una situación en la que la eutanasia está rechazada, ¿cuántos morirían
desesperados creyéndose abandonados en una situación en que la eutanasia esté
legalizada?.
De hecho en
Australia se ha anulado la ley que permitía la eutanasia[92] .
No es lícito
dar a un enfermo una inyección con el propósito de provocar la muerte, ya
inevitable, apoyados en el piadoso deseo de que no sufra.
No es lícito
provocar directamente la muerte por un medio artificial[93] , ni
siquiera a petición del interesado, pero el médico puede dar al enfermo algún
lenitivo de los dolores, aun a sabiendas de que posiblemente con ello se acelere
indirectamente la muerte[94] .
Pero si la
dosis empleada, aunque no produzca directamente la muerte, hace privar al
enfermo del uso de la razón hasta el momento de morir no se podrá aplicar al
moribundo; a no ser que esté ya preparado espiritualmente. En caso contrario
sería privarle de una adecuada preparación para su salvación eterna, lo cual es
mucho más importante que el alivio corporal[95] .
Todos
debemos poner los medios
proporcionados para conservar o recuperar
Cuando el
enfermo, a juicio del médico, no tiene esperanza de curación, no es necesario
prolongar indefinidamente (distanasia), por medio de medicinas o aparatos, una
vida que corre irrevocablemente a su término[97] .
No tiene
sentido aplicar un tratamiento inútil.
Pero se debe
dar al enfermo la oportunidad de recibir los auxilios espirituales, y, en cuanto
sea posible, arreglar sus asuntos familiares.
Cuando el enfermo se encuentra
en estado terminal, en una situación de muerte inminente inevitable, en la que
las medidas de soporte vital sólo pueden conseguir un breve aplazamiento del
momento de la muerte, cuando la
vida se prolonga artificialmente, tan sólo vegetativamente, sin reacciones
humanas, es perfectamente lícito interrumpir las medidas extraordinarias y
suspenderle el tratamiento o desconectarle los aparatos dejando que la
naturaleza siga su curso[98] .
No se puede
matar, pero sí se puede dejar morir naturalmente, renunciando a terapias
desproporcionadas, evitando un «ensañamiento terapéutico»[99] .
Una
existencia irreversiblemente vegetativa, que ha dejado de ser humana, puede no
tener sentido el prolongarla. Aunque no se puede privar a los familiares de su
derecho de emplear todos los medios a su alcance para mantener la esperanza
hasta última hora.
«Dejar
morir» sería «matar» si se le niegan al enfermo los medios razonablemente
normales para que pueda seguir viviendo. Nunca se deben interrumpir las curas
normales debidas al enfermo en casos similares.
La
distinción entre medios ordinarios y extraordinarios depende de la situación
sanitaria del país en cada momento[100].
Lo que nunca
debe faltar es el tratamiento paliativo para disminuir el dolor, y la asistencia
espiritual.
En
Septiembre de 1989
Dice así:
«El que
suscribe pide que si por mi enfermedad llegara a estar en situación crítica e
irrecuperable, no se me mantenga en vida por medio de tratamientos
desproporcionados o extraordinarios, que no se me aplique la eutanasia activa, ni se me prolongue
abusiva e irracionalmente mi proceso de muerte; pero que se me administren los
tratamientos adecuados para paliar los
sufrimientos.
»Pido igual
ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte. Deseo poder
prepararme para este acontecimiento final de mi existencia en paz, con la
compañía de mis seres queridos y el consuelo de mi fe cristiana»[101] .
La doctrina
de la Iglesia sobre la eutanasia puede resumirse en este
decálogo:
1º Jamás es
lícito matar a un paciente, ni siquiera para no verle sufrir o no hacerle
sufrir, aunque él lo pidiera expresamente. Ni el paciente, ni los médicos,
ni el personal sanitario, ni los familiares tienen la facultad de decidir o
provocar la muerte de una persona.
2º No
es lícita la acción que por su naturaleza provoca directa o intencionalmente la
muerte de un paciente.
3º No es
lícito omitir una prestación debida normalmente a un paciente, sin la cual va
irremisiblemente a la muerte: por ejemplo, los cuidados vitales
(alimentación por tubo y remedios terapéuticos normales ) debidos a todo
paciente, aunque sufra un mal incurable o esté en fase terminal o en coma
irreversible.
4º No es
lícito rehusar o renunciar a cuidados y tratamientos posibles y disponibles
cuando se sabe que resultan eficaces, aunque sea sólo parcialmente. En concreto,
no se ha de omitir el tratamiento a enfermos en coma si existe alguna
posibilidad de recuperación; aunque se puede interrumpir cuando se haya
constatado su total ineficacia. En todo caso, siempre se han de mantener las
medidas de sostenimiento.
5º No existe
la obligación de someter al paciente terminal a nuevas operaciones quirúrgicas
cuando no se tiene la fundada esperanza de hacerle más llevadera su
vida.
6º Es lícito
suministrar narcóticos y analgésicos que alivien el dolor, aunque atenúen la
consciencia y provoquen de modo secundario un acortamiento de la vida del
paciente.
Siempre que
el fin de la acción sea calmar el dolor, y no provocar subrepticiamente un
acortamiento sustancial de la vida; en este caso, la moralidad de la acción
depende de la intención con que se haga, y de que exista una debida proporción
entre lo que se logra ( la disminución del dolor ) y el efecto negativo para la
salud.
7º Es lícito
dejar de aplicar tratamientos desproporcionados a un paciente en coma
irreversible cuando haya perdido toda actividad cerebral. Pero no lo es cuando
el cerebro del paciente conserva ciertas funciones vitales, si esta omisión
provocase la muerte inmediata.
8º Las
personas minusválidas o con malformaciones tienen los mismos derechos que las
demás personas, concretamente, en lo que se refiere a recepción de tratamiento
terapéutico.
En las fases
prenatal y posnatal se les han de proporcionar las mismas curas que a los fetos
y niños sin ninguna minusvalía.
9º El Estado
no puede atribuirse el derecho de legalizar la eutanasia, pues la vida del
inocente es un bien que supera el poder de disposición, tanto del individuo como
del Estado.
10º La
eutanasia es un crimen contra la vida humana y contra la ley divina, del que se
hacen responsables todos los que intervienen en la decisión y ejecución del acto
homicida[102] .
Por lo tanto
la eutanasia es un suicidio, y el que colabore a ella colabora a un
homicidio[103] .
«La Comisión
para las Cuestiones Sociales, la Salud y la Familia de
»La Comisión
se pronuncia contra toda institucionalización de la eutanasia activa,
constatando en este sentido las dramáticas consecuencias producidas por esta
práctica en los Países Bajos, donde está
despenalizada.
»La adopción
del informe constituye el final de una larga reflexión, en la que se han
escuchados a numerosos expertos del mundo ético y médico»[104].
[1] Nuevo Catecismo de
[2] Diario YA, 7-IV-88,
pg. 13
[3] JACQUES TESTART:
El embrión transparente. Anexo,
4. Ed. Granica. Barcelona, 1988
[4] Diario YA, 14-IV-88,
pg. 15
[5] Boletín informativo
del Vaticano en INTERNET: Zenit,980401-2
[6] ZENIT. Boletín
informativo del Vaticano en INTERNET:
ZS99031503
[7] JACQUES
TESTART: El embrión transparente, II,
8. Ed. Granica. Barcelona, 1988
[8] ARTURO FERNÁNDEZ:
Compendio de Teología Moral, 2ª, X, 2.
Ed. Palabra. Madrid. 1995.
[9] ANTONIO MONTEBELLI:
Guía de los métodos naturales.
Apéndice. Ed. Ciudad Nueva.
Madrid.
[10] ANDRÉ LÉONARD:
La moral sexual explicada a los jóvenes,
III,6. Ed. Palabra. Madrid.
1994.
[11] ZENIT: Boletín
informativo del Vaticano en INTERNET: Zenit,
980306-5
[12] ZENIT: Boletín
informativo del Vaticano en INTERNET: ZS
00103101
[13] ZENIT: Boletín
informativo del Vaticano en INTERNET: ZSI
02072001
[14] Boletín informativo
del Vaticano en INTERNET: Zenit, 980825-3
[15] Nuevo Catecismo de
[16] Diario LA RAZÓN, 12-II-2001,
pg. 52
[17] Boletín informativo del
Vaticano en INTERNET: Zenit, 980224-1
[18] Diario YA, 11-III-87,
pg. 5
[19] JACQUES
TESTART: El embrión transparente, IV,
4. Ed. Granica. Barcelona, 1988.
[20] ABC de Sevilla del
9-II-94. pg. 119
[21] Diario La Razón del
15-II-2001, pg.46.
[22] Revista ÉPOCA, 142 (
3-XI-87 ) 54
[23] DIARIO DE CÁDIZ del
9-VI-97, pg.52
[24] JUAN PABLO II: Mensaje
en
[25] Nuevo Catecismo de
[26] Diario La Razón del
16-XI-2000, pg.35.
[27] Revista NATURE del
27-II-1997
[28] Diario ABC de Madrid del 5-IV-97, p g.
59
[29] Diario ABC de Madrid
del 13-I-98, pg.10
[30] INTERNET:
BBC.Mundo.com (Lunes 22-IX-2003).
[31] Donum vitae,
I,6
[32] ZENIT: Boletín
informativo del Vaticano en INTERNET,
ZS99020707,
[33] Diario LA RAZÓN del
25-I-2000, pg.35.
[34] Diario LA RAZÓN del
6-VII-2001, pg.43.
[35] Diario ABC de Madrid
del 22-I-99, pg. 69.
[36] ZENIT: Boletín del
Vaticano en INTERNET, ZS03020202.
[37] Levítico, 3:17
[38] Levítico, 3:17
[39] SAN PABLO: Carta a los
Gálatas, cap.3
[40] Hechos de los
Apóstoles, 15:20,
29
[41] SAN PABLO: Primera
Carta a los Corintios, 8:8,
13
[42] SAN PABLO: Primera
Carta a los Corintios, 10:25ss
[43]
[44] Evangelio de San
Mateo, 15:11
[45] Primera Carta de San
Juan, 3:16
[46] Evangelio de San Juan,
15:13
[47] Diario YA del 28-X-77.
pg.3
[48] ANTONIO ROYO
MARÍN,O.P.: Teología Moral para seglares,
1º, 2ª, II, nº 447. Ed. BAC.
Madrid.
[49] DENZINGER: Magisterio de la Iglesia,nº 1938c.
Ed. Herder. Barcelona.
[50] DENZINGER: Magisterio de la Iglesia,nº 1939.
Ed. Herder. Barcelona.
[51] DENZINGER: Magisterio de la Iglesia,nº 2246,2348.
Ed. Herder. Barcelona.
[52] Nuevo Catecismo de
[53] Conferencia Episcopal
Española: Ésta es nuestra fe, 2ª, III, 7, 2,
2, c. EDICE. Madrid, 1986.
[54] Nuevo Catecismo de
[55] Nuevo Catecismo de
[56] ANTONIO ROYO MARÍN,
O.P.:Teología Moral para seglares,1º, 2ª,
II, Nº 444,3º.Ed.BAC.Madrid
[57]
[58] BERNHARD HÄRING:
SHALOM:Paz, XVI, 2. Ed.
Herder. Barcelona. 1998.
[59] MIGUEL ÁNGEL MONGE:
39 Cuestiones doctrinales, IV, 8.
Ed. Palabra. Madrid. 1990.
[60] JESÚS FERRER: Dolor y eutanasia., pg. 26. EUNSA.
Pamplona, 1976.
[61] JUAN PABLO II:
Encíclica Evangelium vitae, nº
65.
[62] FRANCISCO DE MIER:
Apuesta por lo eterno, II, 4,b.
Ed. San Pablo. Madrid. 1997.
[63] ABC de Madrid del
3-III-93. Pg. 73
[64] TIHAMER TOTH: Creo en Jesucristo, el Mesías, XXV, 2. Ed.
Atenas, Madrid.
[65] Revista 30 GIORNI, 1
(VI-1987) 10
[66] Diario YA Dominical
del 6-II-77.Pg. 3
[67] Diario YA, 23-VI-88.
Pg. 11
[68] Diario YA , 11-XII-91,
pg. 17
[69] Documento de
[70] Diario ABC de Madrid,
18-I-98, pg. 14
[71]
[72] LUIS DE MOYA: Su
página en INTERNET:
http://www.unav.es/capellania/ldm/
[73] PABLO NUEVO: Revista
ARBIL en INTERNET.
http://www.ctv.es/USERS/mmori
[74] Diario ABC de Madrid,
7-III-98, pg.42
[75] Diario YA, 20-III-86,
pg. 35
[76] Diario ABC de Madrid,
31-XII-97, pg.91
[77] Diario ABC de Madrid,
15-IX-95, pg. 30
[78] Diario YA,
11-IV-89, pg.13
[79] Diario YA,
21-IV-89, pg. 17
[80] Diario ABC de Madrid,
22-X-97, pg.81
[81] Diario LA RAZÓN,
12-IX--2001, pg. 58.
[82] Diario LA RAZÓN,
1-II--2000, pg. 44.
[83] Diario LA RAZÓN,
1-II--2000, pg. 37.
[84] Boletín informativo
del Vaticano en INTERNET: ZENIT, 980227-4
[85] Revista ECCLESIA, 2883
(7-III-98) 341
[86] Revista ALFA Y OMEGA,
253 (29-III-2001) 10
[87] ZENIT: Boletín
informativo del Vaticano en INTERNET del
20-II-99.
[88] ZENIT: Boletín
informativo del Vaticano en
INTERNET:ZS99022410.
[89] Diario ABC de Madrid,
18-II-95, pg. 66
[90] Boletín informativo
del Vaticano en INTERNET:ZENIT,31 de octubre de 1998.
[91] Boletín informativo
del Vaticano en INTERNET:ZENIT, ZS00120503
[92] DIARIO DE CÁDIZ,
11-XII-96, pg. 28
[93] Nuevo Catecismo de
[94] Nuevo Catecismo de
[95] ANTONIO ROYO MARÍN,
O.P.: Teología de la salvación, 3ª, I, nº
177, 2,a. Ed. B.A.C. Madrid
[96] Sagrada Congregación
para la Doctrina de la Fe: Revista ECCLESIA, 1990
(12-VII-80)28
[97] Nuevo Catecismo de
[98] VITTORIO MARCOZZI:
Revista
[99].Conferencia Episcopal
Española:
[100] JAVIER GAFO, S.I.:
Diez palabras clave en Bioética, V.2.
Ed. Verbo Divino. Estella. 2000.
[101] Diario YA, 28-IX-89,
pg. 15. Revista ECCLESIA, 2444(7-X-89)14
[102] Revista ECCLESIA 2624
( 20-III-93 ) 40: La Eutanasia, cien cuestiones y respuestas sobre la defensa de
la vida humana, y la actitud de los católicos. Texto del Comité Episcopal para
la Defensa de la Vida, de
[103] Conferencia Episcopal
Española: La eutanasia es inmoral y antisocial, nº
11.
[104] ZENIT, Boletín
informativo del Vaticano en INTERNET:
ZS99052803