6,13. Un
grupo internacional de científicos, dirigidos por el investigador Russell Ciochon, de la Universidad de Iowa
(EE.UU.) ha descubierto en China restos humanos de dos millones de
años[1] .
En 1972 el
científico norteamericano Dr. Richard
Leakey descubrió en Tanzania, cerca del Lago Rodolfo, en la frontera
con Kenya, unos restos humanos. Datan de hace unos dos millones quinientos mil
años[2] .
En noviembre
de 1974 el antropólogo Donald
Johanson descubrió en Etiopía un esqueleto de una hembra, al parecer
del género homínido. Es el más antiguo, más completo y mejor
conservado de los esqueletos pertenecientes a un antepasado del hombre actual.
Se trata de un homínido bípedo, de tres millones y medio de años de antigüedad.
Se le bautizó con el nombre de Lucy[3].
En 1994 un
equipo de la Universidad de Berkeley en colaboración con expertos de la
Universidad de Tel Aviv, en Israel, han encontrado en la cuenca seca del río
etíope Awash una colección de fósiles humanos contemporáneos de Lucy[4].
Recientemente, Maeve Leakey, esposa de Richard Leakey, ha descubierto en Kenya un
homínido, el australopitecus anamensis
, de cuatro millones de años de antigüedad. Se le considera el
«padre» de Lucy[5] .Científicos de la Universidad
de Witwastersand de Johanesburgo dirigidos por Rom Clarke descubrieron, en diciembre de
1998, en una cueva de Sterkfontein en Sudáfrica, un cráneo y unos huesos de un
Australopitecus de más de tres
millones de años de antigüedad[6].
Parece que
los restos humanos más antiguos son los descubiertos por Brigitte Senut y Martin Pickford, en Kenia, en el año 2000,
y que tienen seis millones de años de antigüedad[7].
En el año
2002 el paleontólogo francés Michel Brunet,
y sus colegas de la Universidad de Poitiers, han descubierto en el
Chad (África) un fósil homínido que tiene una antigüedad entre seis y siete
millones de años[8].
Los restos
humanos más antiguos de Europa los tenemos en España[9]. En
Atapuerca (Burgos), José Manuel
Bermúdez, ha encontrado restos humanos de 800.000 años de
antigüedad[10]. Y José Gibert opina que el Hombre de Orce (Granada), vivió hace un
millón de años[11]. El
arqueólogo Isidro Toro opina que
la presencia humana en Orce puede remontarse a un millón y medio de
años[12].
Según
Rafael Puyol, Rector de
El hombre de
Atapuerca utilizó el fuego hace 150.000 años[14].
Si
pusiéramos en un año la historia del cosmos, el Big-Bang estaría al empezar el
primero de enero, y toda la historia del hombre ocuparía tan sólo el último
minuto del 31 de diciembre, de este hipotético año en que cada día equivaldría a
50 millones de años. Y Cristo
aparecería el 31 de Diciembre a las 11 horas, 59 minutos y 50
segundos.
Voy a poner
aquí las fechas más importantes de la historia de la
Tierra:
15.000
millones de años: El Big-Bang (Origen del cosmos).
5.000
millones de años: Origen de la Tierra.
3.000
millones de años: Origen de la vida.
63 millones
de años: Desaparición de los dinosaurios.
3 millones
de años: Aparición del hombre.
2,5 millones
de años: El hombre comienza a hablar[15].
200.000
años: El hombre utiliza el fuego.
15.000 años:
Pinturas de Altamira.
5.500 años:
Aparece la escritura[16]
2.000 años
antes de Cristo: Abraham.
1.250 años
antes de Cristo: Moisés.
700 años
antes de Cristo: Isaías.
Hace 2.000 años,
Dios se hace hombre en la Tierra y muere en la
6,14. La
Biblia cuenta la creación del primer
hombre: de su cuerpo material y de su alma espiritual e
inmortal[17] .
Por eso no
se puede decir que el hombre viene del mono, así, simplemente. Es necesario
admitir la especial intervención de Dios[18] .
El cuerpo
puede venir por evolución; pero no el alma, que es espiritual.
El alma
humana ha sido infundida por Dios en el momento de la concepción[19] .
Nunca el espíritu puede venir por evolución de la materia[20] . El
salto de la materia al espíritu sólo puede darse por la intervención de Dios.
Entre el mono y el hombre hay un abismo. Este abismo es
Dijo el
Premio Nobel de Medicina John C.
Eccles en el prólogo de Las
fronteras del evolucionismo lo siguiente: «Cada alma es una nueva
creación divina. Me permito decir que ninguna otra explicación es
sostenible»[22].
La Iglesia
siempre ha insistido en el hecho de que siendo espiritual el alma humana sólo
puede existir por haber sido creada, y no es posible que proceda de un animal
inferior por evolución[23] .
«La fe
católica nos obliga a retener que el alma humana ha sido creada inmediatamente
por Dios», dice Pío XII en
Con todo,
no hay dificultad en admitir,
dentro de la doctrina católica, que Dios infundió el alma espiritual en un mono
antropomorfo[25] .
Un cuerpo
animal no es más indigno que un pedazo de barro para percibir el soplo
espiritual de Dios.
En la
historia bíblica de la formación del primer hombre « lo que se quiere destacar
es que el hombre proviene de Dios... »[26].
La
intervención de Dios en la infusión del alma espiritual en el hombre se explica
en la Biblia con las palabras: “Hagamos al
hombre a nuestra imagen y
semejanza...”. Y “Dios Creó al
hombre a imagen suya”[27].
El hombre es
imagen de Dios sólo en el alma espiritual[28] , pues
Dios-Creador no tiene cuerpo material. Dios es espíritu
puro.
«“Alma”
significa el principio espiritual del hombre»[29] .
«El llevar
en sí la imagen y semejanza de Dios lo debe el hombre, no a su figura corporal,
sino
«El verbo
bará en todo el Antiguo
Testamento sólo se dice de la acción divina»[32] .
«El
hombre es la cumbre de la obra de la creación»[33] . «Por
haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona:
no es algo, es alguien»[34] .
«En la
evolución del Universo y de la vida, llegó un momento en que, superando las
energías materiales y vitales inferiores, apareció en la Tierra una energía de
una calidad eminentemente superior: la energía psíquica humana»[35].
Darwin tuvo la
intuición de cómo pudo ser el origen del hombre, pero en su tiempo «los fósiles
correspondientes a los homínidos eran prácticamente
desconocidos»[36]. Así lo
afirma el Dr.Bermudo Meléndez,
Catedrático de Paleontología en
Es decir, en
aquel tiempo la teoría evolucionista de Darwin era una hipótesis sin comprobación
empírica.
Por eso la
Iglesia, que es muy prudente, no acepta todas la hipótesis científicas
inmediatamente; sino que espera a que esa hipótesis de trabajo se consolide y se
estudie su armonía con la Revelación de Dios.
6,15. Esta
teoría de que Dios se sirvió del cuerpo de un mono para hacer al primer hombre
se llama evolucionismo.
Hay muchos
teólogos católicos que defienden esta teoría, que no está condenada por la
Iglesia.
Desde la fe
y la filosofía no hay inconveniente en admitir la teoría de la evolución.
La última
palabra la tiene la Ciencia.
Pero la
teoría de la evolución no elimina la necesidad de una inteligencia ordenadora.
Admitir el orden de este mundo y no preguntarse por su causa, es como
encontrarse un televisor en lo alto de un monte y atribuirlo a la
casualidad[37] .
Los textos
de la Biblia[38] no
tratan de darnos una explicación científica del modo cómo fueron hechos Adán y Eva, sino algo mucho más profundo:
el hombre es obra de Dios y la mujer de la misma naturaleza que el
hombre[39] .
El Génesis
es una narración simbólica del origen de la
humanidad.
La Biblia
está llena de antropomorfismos que
hay que saber interpretar. Con la imagen del «soplo» quiere decir que el hombre
recibió de Dios algo que lo convirtió en un hombre. A ese «algo» nosotros
llamamos «alma espiritual».
Y cuando
dice que Eva era de una costilla
de Adán quiere decir que la mujer
es de la misma naturaleza que el hombre[40] . La
formación de la mujer de la costilla del varón quiere expresar que la dignidad
de aquélla es igual a la de éste[41] .
Pío
XII afirma en
Es posible,
que el hombre y el mono actual vengan de un tronco común; pero aunque el cuerpo
del hombre pueda venir por evolución de un mono antropomorfo, no por eso vamos a
decir que el hombre es un «mono desnudo».
También la
gallina procede de un huevo, y no decimos que la gallina es un «huevo con
plumas».
El hombre es
mucho más que un animal. Prescindir de la vertiente espiritual del hombre es una
visión equivocada de lo que es realmente el hombre.
El hombre es algo
más que un simple animal.
En el hombre
hay un alma espiritual que no puede venir por evolución de la materia, sino por
creación de Dios. «El hombre es algo más que el resultado de una evolución
biológica»[42].
«Por simple
evolución no es posible franquear el abismo que existe entre el reino animal y
el hombre. Con las solas fuerzas naturales, ningún animal pudo evolucionar y
llegar a un grado de perfección tal que le permitiera salir del círculo de la
especie animal y entrar en el de la especie humana. El primer hombre no es, ni
pudo ser, el resultado supremo de una evolución animal, sino un ser que existe
porque Dios lo creó. Dios está en el origen del hombre; y sin su acción
especialísima, el hombre no hubiera llegado a existir»[43].
El efecto no
puede ser superior a la causa que lo produce. De una piedra no puede salir una
flor, hace falta una semilla. La semilla tiene vida, la piedra no.
Nadie da lo
que no tiene. Si yo sólo tengo quinientas pesetas en el bolsillo, no puedo darte
mil.
Esta misma idea la expresó el
catedrático de Fundamentos de Filosofía y de Metafísica en
«Que lo
espiritual es producido por la materia, desde el punto de vista de la lógica, es
inadmisible»[45]. «Si el
alma no puede venir de la materia, su existencia sólo se explica por la
intervención creadora de Dios»[46]
Que las
almas son inmediatamente creadas por Dios es un punto de vista que la fe
católica nos impone[47] .
Pío
XII añade en su Encíclica Humani generis: «La fe católica manda
defender que las almas son creadas inmediatamente por Dios»[48].
Pero admite
que «para formar el cuerpo del primer hombre pudo haber utilizado el cuerpo de
un mono antropomorfo»[49].
Puede ser
interesante mi vídeo: El origen del hombre a
la luz de la Ciencia actual y de la Biblia[50] .
Hace tiempo,
la Iglesia recibió con recelo la
teoría evolucionista. No por culpa de Darwin, padre de la teoría, que era
creyente[51] , y
aceptaba a Dios como Autor de las leyes que rigen la evolución[52] , como
hoy admitimos. Fue por culpa de Huxley que era materialista y excluía a
Dios del proceso evolutivo[53] ,
haciendo de la evolución «una nueva religión»[54] .
«Algunos de
los partidarios del evolucionismo presentaban la teoría como sucedáneo de la
religión»[55] .
Charles Robert
Darwin (1809-1882) empezó la carrera eclesiástica,
aunque después la dejó para dedicarse a su pasión:
Darwin pensaba que
la evolución se ha debido a «leyes generales impuestas por el
Creador»[56] . Dice
Darwin al final de su libro
Origen de las Especies aparecido
en 1859: «Es grandioso el espectáculo de las fuerzas variadas de la vida que
Dios infundió en los seres creados haciéndoles desarrollarse en formas cada vez
más bellas y admirables»[57]
Darwin escribe a
Marx en 1880 rechazando la
dedicatoria de la edición inglesa de El
capital por su materialismo[58].
En 1975 el
biólogo y matemático Jorge Salet, en su libro Azar y certeza, se opone a que el origen
de la vida haya sido obra del azar. Afirma: «NO HAY MÁS REMEDIO QUE ADMITIR QUE
LA inteligencia es anterior a la vida»[59].
Y Luis Vialleton, biólogo, Profesor y Decano
de la Facultad de Medicina de Montpellier, y miembro de la Academia de París, ha
escrito: «La tesis evolucionista es absolutamente incapaz de explicar el origen
de
6,16.
Conviene advertir que el hecho de la evolución es una hipótesis; no algo científicamente
indiscutible. Se afirma, pero no se prueba[61] .
«El
postulado de nuestro origen simiesco es una “convicción” de la que se parte, no
una “conclusión” a la que se llega. (...) Esta creencia en el origen del hombre
a partir del mono sólo puede ser una hipótesis de trabajo, una suposición, una
conjetura. (...) Siempre de carácter hipotético. No sólo no demostrada, sino
indemostrable. (...) La razón determinante y fundamental por la cual muchos
autores creen que el hombre se originó a partir del mono se basa en la
aceptación ciega e incondicional de la hipótesis evolucionista-darwinista que
así lo afirma. Y punto»[62] .
W.R. Thomson,
Fellow of the
Royal Society, título muy codiciado en el mundo
científico anglosajón, afirmó en 1956 que Darwin no probó su tesis[63].
Y en todo
caso el evolucionismo es una hipótesis de cómo pudo ocurrir, pero no una causa
de lo que ocurrió. Siempre habrá que contar con Dios en el origen del
hombre.
Es curioso que
los defensores de evolucionismo han cometido fraudes científicos para defender su
hipótesis. Es el caso de Haeckel
(1834-1919). La información de su investigación fue «un fraude en
toda regla»[64] .
Es también conocido el fraude de
Piltdown[65] .
Incluso el
Pithecanthropus erectus de
Java, también parece un fraude[66] .
Por otra
parte cada día son más los adversarios de
«La teoría
científica de la evolución de las especies está hoy en crisis. Los hallazgos más
recientes y serios de la biología demuestran que los cromosomas de todos los
hombres son iguales: no hay, por tanto, nada más que una familia humana. Por
otra parte, los cromosomas de los primates más parecidos al hombre son
totalmente distintos: por lo tanto el hombre no procede de los
primates»[68].
Son muchos
los científicos que rechazan el evolucionismo darwinista. El Prof. Wilder Smith investigador en
Bioquímica, ha publicado un libro documentado y contundente contra la evolución
biológica[69] .
G.
Sermonti, Profesor de Genética de la
Universidad de Perugia y R. Fondi,
Profesor de Paleontología en la Universidad de Siena, han escrito juntamente un
libro en el que niegan todo valor determinante a la selección natural
darwinista[70] .
Sermonti llega a decir: «El
darwinismo es una verdadera falsificación científica. (...) Es una falta de
honradez»[71] .
El famoso
científico contemporáneo Sir Fred
Hoyle, en su libro El Universo
inteligente ha escrito: «La teoría darwinista es
errónea»[72].
El periódico
italiano Corriere della Sera del
25 de Agosto de 1992 da cuenta de una intervención del especialista
británico Richard Milton en el
Congreso de
Michael
Danton, Director del Centro de
Investigaciones en Genética Humana de Sidney (Australia), opina que Darwin estaba
equivocado.
Pierre Paul
Grassé, Miembro de
«Sin duda
alguna
«Parece que
ha llegado ya el tiempo del rechazo final de una hipótesis que debe ir a parar
al cubo de la basura de la Historia»[75] .
Recientemente el célebre biólogo y
matemático Jorge Salet en su libro
Azar y certeza[76], demuestra
matemáticamente la imposibilidad de una evolución progresiva. Afirma que desde
el origen de la vida, QUE SE CALCULA OCURRIÓ hace tres mil millones de años, no
ha habido tiempo para que la primera célula viva evolucione hasta el hombre,
pues el número de probabilidades es del orden de diez elevado a menos cien
(10-1oo). Es decir
una probabilidad tan mínima, que para los científicos es prácticamente
imposible.
Lo mismo afirmó Murray Eden en el Simposio que tuvo lugar
en 1966 en el afamado Instituto Wistar de Philadelphia[77].
6,17. Se
presenta el problema de si fue una sola pareja o fueron muchas las que Dios
transformó en hombres. La primera teoría se llama monogenismo. La segunda, poligenismo.
La teología
del pecado original se ha expresado siempre bajo la concepción monogenista del
origen del hombre.
Actualmente
los teólogos han realizado serios intentos para buscar una explicación del
pecado original en la hipótesis del poligenismo[78] , pero
no han llegado a una solución plenamente satisfactoria.
Con todo, el
monogenismo no puede ser considerado como una doctrina revelada o infaliblemente
enseñada por la Iglesia[79] ; pero
es una doctrina considerada por buenos teólogos como próxima a la fe.
Karl
Rahner dice que el poligenismo no es
incompatible con el dogma del pecado original.
De hecho
Pablo VI, en su discurso al
Simposium de teólogos católicos sobre el pecado original,
no ha cerrado totalmente las puertas
a la visión poligenista de la humanidad, con tal de que se salven los elementos
esenciales del dogma católico del pecado original[80].
El Sumo
Pontífice Pío XII dice a este
propósito: «mas cuando se trata de otra hipótesis, la del llamado poligenismo,
los hijos de la Iglesia no gozan de la misma libertad. Porque los fieles no
pueden abrazar la sentencia de los que afirman: o que después de Adán existieron en la Tierra verdaderos
hombres que no procedieron de aquél como del primer padre de todos por
generación natural, o que Adán
significa una especie de muchedumbre de primeros padres. No se ve por modo
alguno cómo puede esta sentencia conciliarse con lo que las fuentes de la verdad
revelada y los documentos del Magisterio de la Iglesia proponen sobre el pecado
original, que procede del pecado verdaderamente cometido por un solo Adán y transmitido a todos por
generación»[81] .
Pío
XII no dice que el poligenismo no pueda
conciliarse con la fe, sino que «no se ve cómo pueda conciliarse». Deja abierta
la posibilidad de una conciliación.
La hipótesis
del monogenismo tiene una confirmación científica, pues según el profesor
Francisco Grande Covián, la
información genética del DNA mitocondrial confirma que toda la humanidad viene
de la misma madre[82].
Lo mismo ha
afirmado el P. Ángel Serra, S.I.
Catedrático de Genética Humana en la Universidad de
Roma[83] .
Un grupo de
genetistas de la Universidad de Berkeley encabezado
por
A.C.Wilson, estudiando el DNA mitocondrial
sugiere el origen monogenético de la humanidad[84] .
«Todos los hijos, machos o hembras, tienen mitocondrias exactamente iguales a
las de la madre»[85] . Las
mitocondrias son estructuras celulares situadas en el citoplasma que rodea al
núcleo.
«Luigi Luca Cavalli-Sforza, Profesor de
Genética en la Universidad de Stanford, y responsable del Proyecto Genoma
Humano, programa científico internacional que se propone catalogar el ADN de
todas las etnias de todos los continentes, dice: “En la actualidad muchos
biólogos creen que la vida en la Tierra tiene un origen único”»[86].
Es curioso
que Joseph Harold Greenberg,
lingüista norteamericano de la Universidad de Stanford, afirma, como
resultado de sus investigaciones, que todas las lenguas de la Tierra tienen un
origen común. Lo mismo afirma Merrit Ruhlen,
otro lingüista norteamericano en su libro The mother tongue: La madre de todas las
lenguas[87] .
[1] Diario ABC, 6-XI-95,
pg.78
[2] DR. EMILIANO
AGUIRRE: Homínidos fósiles.
Revista IBÉRICA, nº160(X-1975)331
[3] Revista IBÉRICA de
Actualidad Científica, nº248(X-83)360
[4] Diario ABC, 1-IV-94,
pg.62.
[5] Diario ABC,
17-VIII-95, pg.60
[6] Diario ABC, 10-XII-98,
pg.39
[7] Diario LA RAZÓN,
5-XII-2000, pg. 39
[8] Diario LA RAZÓN,
11-VII-2002, pg.25.
[9] Diario ABC, 5-IX-95,
pg.49
[10] Diario ABC,
14-VIII-95, pg. 47
[11] Diario ABC, 5-IX-95,
pg.49.
[12] Diario ABC, Andalucía,
del 13-VIII-99,
pg.9
[13] Diario ABC de Madrid
del 22-XII-98, pg.30.
[14] Diario ABC de Madrid
del 26-VII-2001, pg.8.
[15] DIARIO DE CÁDIZ del
22-VI-99, pg. 37
[16] Diario ABC de Madrid
del 5-V-99, pg.59.
[17] Génesis, 2:7
[18] BALDOMERO JIMÉNEZ
DUQUE: Dios y el hombre, IV.
Ed. Fundación Universitaria
Española.
[19] ANTONIO ROYO
MARÍN,O.P.: Dios y su obra,3º, 1ª, V, A, nº
445. Ed, BAC. Madrid.
[20] IAN G.
BARBOUR: Problemas sobre Religión y Ciencia,
3ª, XII, 2, 1. Ed. Sal Terrae.
Santander.
[21] PARENTE: De Dios al hombre, VI, 4. Ed. Atenas.
Madrid.
[22] MARIANO ARTIGAS:
Las fronteras del evolucionismo.
Ed. Epalsa. Madrid, 1985
[23] E.C. MESSENGER:
El Génesis y el origen del hombre, I,
6. Ed. Guadarrama. Madrid
[24] Acta Apostolicae
Sedis, 42(1.950)575
[25] ANTONIO ROYO MARÍN,
O.P.: Dios y su obra, 3º, 1ª, V, B, nº
447. Ed. BAC. Madrid.
[26] ÁNGEL SANTOS RUIZ:
Vida y espíritu ante la Ciencia, hoy,
XVIII. Ed. Rialp, Madrid,
1970.
[27] Génesis, 1:26s
[28] SHEED: Teología y sensatez, XI, 1. Ed.
Herder. Barcelona. 1979.
[29] Nuevo Catecismo de
[30] SEBASTIÁN BARTINA,
S.I.: Hacia los origenes del hombre, III,
1. Ed. Garriga. Barcelona.
[31] MARIANO
DELGADO:ADáN Y EVA Y EL HOMBRE
PREHISTÓRICO,III. Folletos Mundo
Cristiano.
[32] HERBERT HAAG: Evolución y Biblia, II. Ed.
Herder. Barcelona.
[33] Nuevo Catecismo de
[34] Nuevo Catecismo de
[35] MARTÍN BRUGAROLA,
S.I.: Sociología y Teología de la Técnica,
3ª, XIX, 4. Ed. BAC. Madrid.
[36] DR. BERMUDO MELÉNDEZ,
Catedrático de Paleontología en
[37] JOSÉ SAYÉS: Dios existe, II, 1, e. Ed. EDAPOR. Madrid,
1982
[38] Génesis, 2:7,
21ss
[39] FLICK, S.I. y
ALSZEGHY, S.I.: Los comienzos de la
salvación, II, B, 9. Ed. Sígueme.
Salamanca
[40] LUIS ARNALDICH,
O.F.M.: La evolución, pg. 807.
Ed. BAC. Madrid
[41] ÁNGEL SANTOS RUIZ:
Vida y espíritu ante la Ciencia hoy,
XVIII. Ed. Rialp. Madrid, 1970
[42] Conferencia Episcopal
Alemana: Catecismo Católico para Adultos,
1ª, III, 3, 2. Ed. BAC. Madrid
[43] LUIS ARNALDICH,
O.F.M.: La Biblia y la evolución,
III. Ed. BAC. Madrid
[44] Entrevista en ARVO
titulada ¿ANTROPOLOGÍA O
ZOOLOGÍA? en INTERNET:
<mmori@ctv.es>
[45] JOSÉ M. CIURANA:
Fundamentos racionales de la existencia del
alma, III, A, c. Ed. Bosch. Barcelona,
1978
[46] JOSÉ ANTONIO
SAYÉS: Razones para creer, I, 3.
Ed. Paulinas. Madrid. 1992.
[47] IAN G. BARBOUR:
Problemas de Religión y Ciencia, 3ª, XII, 2,
1. Ed. Sal Terrae. Santander, 1971
[48] DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, nº 2.327. Ed.
Herder. Barcelona.
[49] ANTONIO ROYO MARÍN,
O.P.: La fe de la Iglesia, 2º, IV,
123. Ed. BAC. Madrid, 1979.
[50] Pedidos al autor:
Apartado 2546. 11080-Cádiz. Tel.: (956) 222 838. FAX: (956) 229
450
[51] JUAN HUARTE: Evolución y problema religioso.
Introducción. Unión Editorial. Madrid,
1984.
[52] IAN G.
BARBOUR: Problemas de Religión y Ciencia,
1ª, IV, 2, 1. Ed. Sal Terrae. Santander,
1971
[53] IAN G.
BARBOUR: Problemas de Religión y Ciencia,
3ª, XII, 5, 1. Ed. Sal Terrae.
[54] J.
HUXLEY: Religion without
Revelation. Harper and Brothers. New
York.
[55] JOHANNES HÜRZELER:
Evolución y Biblia, III.
Ed. Herder. Barcelona.
[56] PIERO PASOLINI:
Las grandes ideas que han revolucionado la
Ciencia en el último siglo, I. Ed. Ciudad Nueva. Madrid,
1981
[57] CHARLES
DARWIN: Origenes de las especies.
Recapitulación. Imprenta José de Rojas. Madrid. Traducción de la
sexta edición inglesa por Enrique Godínez
[58] E.M. UREÑA: Marx and Darwin. History of
Political Economy. IX(1977)555
[59] MANUEL QUIRELL:
Tras los pasos de Dios, V.
Ed. Monte Casino. Zamora. 1997.
[60] MANUEL QUIRELL:
Tras los pasos de Dios, V.
Ed. Monte Casino. Zamora. 1997.
[61] MARIANO
ARTIGAS: Las fronteras del evolucionismo,
IV, 2s. Ed. Epalsa. Madrid, 1985
[62] Dr. RAÚL O.
LEGUIZAMÓN: La Ciencia contra
[63] SILVANO
BORROSO: El evolucionismo en apuros,
Conclusión Ed.
Criterio-Libros.Madrid.2000
[64] SILVANO BORRUSO:
El evolucionismo en apuros, 4ª,
XXII,1. Ed. Criterio
Libros.Madrid.2000.
[65] SILVANO BORRUSO:
El evolucionismo en apuros, 4ª,
XXII,2. Ed. Criterio
Libros.Madrid.2000.
[66] SILVANO BORRUSO:
El evolucionismo en apuros, 4ª,
XXII,3. Ed. Criterio
Libros.Madrid.2000.
[67] JOSÉ M. CIURANA:
El fin del materialismo ateo, III, C,
d. Ed. Bosch. Barcelona
[68] BALDOMERO JIMÉNEZ
DUQUE: Llamada y existencia, III.
Ed. Encuentro.
[69] WILDER
SMITH: Die Naturwisenschaften Kennen Keine
Evolution
[70] SERMONTI-FONDI:
Dopo Darwin. Crítica del
evoluzionismo. Rusconi. Milano, 1980
[71] RAÚL LEGUIZAMÓN:
Análisis crítico de
[72] FRED HOYLE: El Universo inteligente, pg.48. Ed.
Grijalbo. Barcelona, 1984
[73] P. GRASSÉ: Evolución de lo viviente, pg.27. Madrid,
1984
[74] SILVANO BORROSO:
El evolucionismo en apuros, 3ª, XVII.
Ed. Criterio-Libros. Madrid. 2000. El autor, ingeniero agrónomo, es
contrario al evolucionismo basándose en razones
científicas.
[75] SILVANO BORROSO:
El evolucionismo en apuros, Conclusión
Ed. Criterio-Libros.Madrid.2000.
[76] SALET: Azar y certeza. Ed. Alhambra.
[77] Moorehead,
P. S., y Kaplan, M. M., editores: Mathematical challenges to the Neo-darwinian
interpretation of Evolution. Wistar Institute Press, Philadelphia.Pensylvania
1967.
[78] FLICK, S.I.
y ALSZEGHY, S.I.: Antropología
Teológica. Ed. Sígueme. Salamanca,
1970
[79] RUDOLF LIEBIG:
La otra revelación, III, 5, b.
Ed. Sal Terrae. Santander
[80] Revista ECCLESIA,
1966, pg.2003.
[81] PÍO XII:
Encíclica Humani generis, nº
30
[82] Diario ABC,
16-III-88, pg. 3
[83] Boletín informativo
del Vaticano en INTERNET: ZENIT 980224-3
[84] Diario ABC CULTURAL
DEL 25-VI-1993, pg. 54.
[85] TOMÁS ALFARO: El Señor del azar, 2ª, IV, 3. Ed.
San Pablo. Madrid. 1997.
[86] VITTORIO MESSORI:
Algunas razones para creer, XV.
Ed. Planeta+Testimonio.
Barcelona.2000
[87] VITTORIO MESSORI:
Algunas razones para creer, XV.
Ed.
Planeta+Testimonio.Barcelona.2000