TRINIDAD
18,1.
«
Dice la
Biblia: «Así habla Yahvé...; no hay otro
Dios fuera de mí»[23].
Y San Pablo: «Sabemos que hay un solo
Dios»[24] .
Sólo puede haber
un Dios verdadero. Si hubiera más, o uno mandaría
sobre los demás -y éste sería el único Dios verdadero-, o serían independientes
unos de otros.
Pero esto es
imposible, porque el Dios verdadero tiene que tener dominio absoluto sobre todo
lo que existe fuera de Él.
Si no, no lo
podría todo. Y Dios -como demuestran los filósofos- lo puede
todo[25] (Ver
nº 11).
19.- EN DIOS
HAY TRES PERSONAS DISTINTAS.
19,1. Un
solo Dios verdadero en tres personas distintas. Donde se revela claramente el misterio
Trinitario es en: «Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»[26].
El dogma de
Dios es uno
en esencia y trino en personas.
No es lo
mismo «esencia» que «persona».
Esencia es
aquello por lo que algo «es lo que es», sin lo cual sería otra cosa, no sería
ese ser.
Si ese ser
es inteligente, es una persona.
«Persona es
todo sujeto racional»[27].
Que en un
ser haya tres personas es un misterio, pero no una
contradicción.
La
contradicción sería ser un solo Dios y tres dioses al mismo
tiempo.
«”Dios es
amor”, por eso es trinitario; porque el amor reclama alteridad, necesita otra
persona a quien amar. Por eso en Dios hay tres personas»[28] .
Si, como
dice San Juan, Dios es amor,
no le puede faltar nada que le sea esencial. Es decir, necesita ALGUIEN a quien
amar desde toda la eternidad[29] .
Esto ilumina
el misterio de
«La persona
supone relación»[30] .
20.- LAS TRES
PERSONAS SON: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO.
20,1. El
Padre nos ama y nos ha hecho sus hijos.
El Hijo nos
ha salvado muriendo por nosotros.
El Espíritu
Santo nos ayuda con su gracia a ser buenos
cristianos.
20,2. Con la
sola razón podemos llegar a conocer algo de Dios: su eternidad, su
omniperfección. Pero no la vida íntima de Dios (la Trinidad)[31] .
«Como el
Padre no tiene cuerpo, el Hijo sólo puede proceder del Padre de una manera
espiritual. (...) En el Credo Niceno-constantinopolitano que utiliza
frecuentemente la liturgia de la Iglesia, y que procede del siglo IV, confesamos
que el Hijo es (...) «engendrado, no creado» .(...) Con esto se quiere dar a
entender que el Hijo procede del ser del Padre, y no como todas las demás cosas
(...) que son criaturas, creadas en el tiempo»[32] .
«El Credo de
los Apóstoles se compuso en los primerísimos tiempos de la Iglesia, cuando se
quiso retener claramente lo que constituye la fe de los
cristianos»[33].
El Padre,
conociéndose a sí mismo, da lugar al Hijo; y del amor entre ambos procede el
Espíritu Santo.
Sin embargo
las tres Personas son simultáneas en el tiempo, porque las Tres son
eternas.
21.- EL PADRE
ES DIOS.
22.- EL HIJO
ES DIOS.
22,1.
Es
procedencia de origen, no de tiempo.
Podemos
ilustrarlo con un ejemplo. Si yo enciendo la luz de mi cuarto, de noche, veo
simultáneamente mi mano y la sombra de ella sobre
No hay
prioridad en el tiempo. La sombra y la mano aparecen ante mis ojos
simultáneamente, aunque la sombra está originada por la
mano.
El Hijo
procede del Padre por «una generación puramente espiritual, como es la
generación del entendimiento»[34] .
Lo mismo que
del pensamiento humano procede la palabra humana, de la mente de Dios-Padre
brota
Por
eso al Hijo se le llama Verbo = Palabra.
22,2.
Los Testigos de Jehová que no
creen que el Hijo sea Dios como el Padre, engañan a los incautos que les
escuchan diciendo que si el Hijo es engendrado por el Padre es posterior al
Padre y no eterno como Él.
Es que
ignoran la distinción filosófica entre prioridad de origen y de tiempo.
Por ejemplo:
el fuego da origen a la luz; pero la luz no es posterior al fuego, sino que
surge simultáneamente con el fuego.
Lo mismo
ocurre en Dios con el Padre y el Hijo.
23.- EL
ESPÍRITU SANTO ES DIOS.
23,1. Dijo
Cristo: «Os es conveniente que yo me vaya, porque si no
me voy no vendrá con vosotros el Consolador; pero si me voy, os lo
enviaré»[35] .
La realidad
del Espíritu Santo está patente en el Evangelio:
Jesús
fue concebido por el Espíritu Santo
en el seno de María[36] .
Iluminó a
Isabel y Simeón a descubrir a Jesús como Mesías[37] .
Llevó a
Jesús al desierto[38] .
Jesús promete
enviárnoslo[39] .
Etc.,
etc.
El Espíritu
Santo es también una Persona Divina, por lo tanto debe recibir la misma
adoración y honor que las otras dos.
Los Testigos de
Jehová niegan que el Espíritu Santo sea
Persona Divina; sin embargo,
El Espíritu
Santo es el poder activo de Dios; es Dios en acción[43] .
Dice Jesucristo que el Espíritu Santo nos
inspira[44], nos
enseña[45] y nos
guía[46] .
Y San Lucas que el Espíritu Santo nos
ordena[47] , y que mentir al
Espíritu Santo es mentir a Dios[48] .
San
Juan dice que nos
inspira[49] , y
nos consuela[50] .
San
Pablo dice que es dador de la
vida[51] , que
nos santifica[52] e
intercede por nosotros[53] .
El Espíritu
Santo nos ayuda a comprender mejor lo que
Jesús nos dijo, y nos da fuerza para seguir al
Señor.
En el Credo
del Concilio Niceno-Constantinopolitano se dice que el Espíritu Santo procede
del Padre: ex Patre. Esta
fórmula significa que tiene la misma naturaleza del Padre, es decir, que es Dios
como el Padre.
Cuando
vivimos en gracia de Dios, tenemos la gracia santificante que nos hace templos vivos del Espíritu
Santo[54] . Él
habita en nosotros y nos llena de sus dones. Sin su inspiración y ayuda, nada
bueno podemos hacer.
Dice
Jesucristo que el pecado contra el
Espíritu Santo no se perdona. Los teólogos lo interpretan como la voluntad de no
querer arrepentirse. Y Dios no puede perdonar a quien no quiere
arrepentirse[55] .
Quien
«rechaza la gracia de Dios y voluntariamente se obstina en su maldad, es
imposible que, mientras permanezca en esas disposiciones, se le perdone su
pecado»[56] .
«Semejante
endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición
eterna»[57] .
23,2. El
Catecismo habla de los Dones del Espíritu Santo, que son disposiciones
permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu
Santo. Son siete:
Don de
Sabiduría: Es un gusto especial para lo
espiritual.
Don de
Entendimiento: Es una gracia del Espíritu Santo
para comprender la Palabra de Dios y profundizar en las verdades
reveladas.
Don de
Consejo: Es una luz para saber en cada
momento lo que es la voluntad de Dios. Nos ayuda a obrar
rectamente.
Don de
Ciencia: Nos hace saber distinguir entre lo
verdadero y lo falso en orden a la vida eterna.
Don de
Fortaleza: Es una fuerza especial para obrar
valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades
de la vida.
Don de
Piedad: Es un afecto filial a Dios como
Padre, y a los hermanos como hijos del mismo Padre.
Don de Temor de
Dios: Es una humilde actitud de temor a
ofender a Dios, reconociendo nuestra debilidad.
«Los dones
del Espíritu Santo son unas gracias especiales y permanentes que potencian
nuestras virtudes cristianas y nos hacen reaccionar más en sintonía con
Dios»[58] .
Además de
los dones del Espíritu Santo, están los frutos. Son: amor, alegría, paz,
bondad, etc.
24.-LAS TRES
PERSONAS NO SON TRES DIOSES IGUALES, SINO UN SOLO DIOS VERDADERO EN TRES
PERSONAS DISTINTAS[59] .
24,1. Aunque
se trata de un misterio no es algo contradictorio, pues las tres personas se
identifican en la naturaleza y se distinguen en la personalidad que son puntos
de vista distintos.
Las tres
Personas son distintas, porque el Padre no es el Hijo ni el Espíritu Santo, y el
Hijo y el Espíritu Santo se distinguen del Padre y entre
sí.
Pero las
tres Personas tienen la misma y única
naturaleza divina. La misma grandeza, poder, sabiduría, bondad,
santidad, el mismo querer y el mismo obrar, etc. Lo que hace una Persona lo
hacen las tres; sin embargo, ciertas actividades parecen más apropiadas a una
Persona que a otra: la Creación al Padre, la Redención al Hijo, y la
Santificación al Espíritu Santo[60] .
«Conviene no
olvidar que estas operaciones, creadora, redentora y santificadora son comunes a
las Tres Personas Divinas. Es decir, toda la Trinidad crea, redime y santifica
al hombre»[61] .
«Las
personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar.
Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la
Trinidad»[62] .
No es que
entre las tres Personas se repartan la divinidad, el poder, la sabiduría, etc.,
sino que cada una de las tres Personas tiene toda la divinidad, todo el poder,
toda la sabiduría, etc.
Un hijo
tiene la misma naturaleza que su padre. Incluso puede tener el mismo nombre y
apellido. Pero son dos personas distintas.
Aunque en
Esto es un
misterio profundo, pero estamos seguros de que es así, porque Dios mismo lo ha
dicho, y Dios no puede engañarse ni engañarnos.
La Trinidad
es un misterio de amor. El amor es un darse mutuamente para formar un nosotros. En la Trinidad, las Tres
Personas se funden por el amor formando una sola
naturaleza.
24,2.
Los Testigos de Jehová también
niegan la Trinidad, diciendo que esta palabra no aparece en la Biblia.
Es verdad
que no está la palabra «Trinidad», pero está la doctrina, que se deduce de todo
el Evangelio, y que Cristo
condensó cuando dijo que había que bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo[63] .
Precisamente
por expresar esta fórmula la Trinidad, los Testigos de Jehová la eliminan en la
administración de su bautismo con lo cual desobedecen a lo que Cristo dijo[64]
«La palabra
“persona” no está en la Biblia a propósito de Dios. Pero lo que esa palabra
significa se encuentra repetidamente en la Sagrada Escritura»[65] .
Tampoco está
en la Biblia el nombre de Jehová.
La escritura
hebrea no tenía vocales, y el nombre de Dios lo escribían sólo con consonantes:
YHWH, conocidas como tetragramatón.
Para poder
pronunciarlo, los copistas masoretas le intercalaron las vocales de Adonai = «Señor», que es como llamaban a
Dios los hebreos[66] , pues
por respeto a Dios no pronunciaban su nombre.
Aunque YHWH
se escribía sin vocales, sabemos que se pronunciaba YAHWEH por San Clemente de Alejandría (150-215) y a su
discípulo Orígenes que fue
catequista del año 203 al 252, ordenándose de sacerdote en su madurez. Ellos se
lo oyeron pronunciar a los judíos de Alejandría, que sí pronunciaban el nombre
de Dios, en contra de los más rigurosos de Palestina[67].
Orígenes,
en el siglo II, escribió en su
Éxapla, a seis columnas, el
texto bíblico hebreo consonántico con su equivalente fonético[68].
Los Testigos de
Jehová dicen que el Misterio de
Estas
divinidades hindúes se relacionan como trimurti a partir del siglo V después de
Cristo, probablemente por el
influjo de la predicación del apóstol Santo
Tomás en
Es decir,
que la verdad histórica es totalmente al revés de lo que andan diciendo los
Testigos de Jehová engañando a los
incautos que se fían de ellos.
No debes
hablar de religión con los Testigos de
Jehová, porque con sus mentiras y sofismas pueden hacerte daño. Quien
toma veneno se envenena. Ya nos advierte San
Juan que no recibamos en nuestra casa al que viene con una doctrina
que no es la de Jesucristo[72] .
Los
misterios
24,3.
«Misterio es toda realidad que desborda nuestras posibilidades de
comprender»[73] .En
nuestra Santa Religión hay algunos misterios incomprensibles para el corto
entendimiento humano, pero que debemos creerlos porque han sido revelados por
Dios. Y Dios no enseña falsedades. Además, los filósofos y los teólogos
demuestran que los misterios de la fe son superiores al entendimiento humano,
pero no contrarios a la
razón[74] , es
decir, que no son imposibles y absurdos.
Así lo
afirmó el Concilio Vaticano I[75] .
Ocurre con ellos lo que con otras muchas cosas de la vida, que las usamos
continuamente y no sabemos lo que son: el magnetismo nos ofrece no pocos
misterios[76].
«Las
ecuaciones de Maxwell, con ser tan
portentosas, no nos dicen qué son en sí mismos el magnetismo y la electricidad,
sino cómo se comporta la materia, magnética y eléctricamente»[77] .
Nadie sabe
lo que es
Lo mismo
ocurre con la gravedad: la atracción mutua de las masas materiales. Desconocemos
su naturaleza[79] . El
mismo Newton, que expresó esta
atracción en una sencilla fórmula matemática, confesó que él conocía las leyes
de la atracción[80] pero
no sabía lo que era la esencia de tal atracción[81] .
Recientemente William Hamilton y Warren Johnson, de
La Física
sólo nos habla de los hechos. Nada nos dice de la esencia de las cosas y de sus
últimas causas.
Hay verdades
que se conocen por demostración: los ángulos del triángulo valen dos
rectos.
Pero
otras cosas sólo se pueden conocer por el testimonio de autoridad: el misterio
de
La vida está
llena de misterios. ¿Vamos a extrañarnos de que
también los haya en un Dios infinito, que sobrepasa tan totalmente nuestra
capacidad intelectual?
Ni la
inmensidad del mar cabe en nuestro ojo, ni
Sería
absurdo creer que sólo puede ser verdad lo que cabe en nuestro pequeño
entendimiento.
Cuando
creemos en los misterios, hacemos un acto de humildad reconociendo que Dios sabe
más que nosotros.
Niels
Bohr, uno de los primeros científicos
que descubrió la estructura del átomo, discutiendo con Einstein, también creyente, le dijo: «No
es, ni puede ser, tarea nuestra ordenar a Dios cómo debe Él regir el
mundo»[84] .
Algunos se
dejan llevar de un exceso de racionalismo, que rechaza todo lo que supera la
razón.
Los
misterios, ni son exclusivos de la Religión, ni son obstáculo para creer.
Y lo mismo
que en las demás ciencias, cuando no entendemos una cosa, nos fiamos de lo que
nos dicen los que entienden de esa ciencia, así en cosas de Religión debemos
fiarnos de lo que Dios dice en la Revelación, obra de Dios, aunque nuestro
pequeño entendimiento no alcance a comprenderlo perfectamente.
Tampoco una
hormiga entiende el ajedrez, y sin embargo el juego del ajedrez es una
realidad.
En la Física hay
cosas inexplicables, como las
supercuerdas[85] , y no
por eso el físico reniega de la Física; y en la Medicina hay casos que no tienen
solución, y no por eso el médico reniega de la Medicina.
Es decir, en
la Religión hay cosas que superan nuestro entendimiento, pero debemos fiarnos de
Dios que nos las comunica.
Como aquel
negrito del África ecuatorial que no había visto nunca el hielo y por eso no
creía al misionero cuando éste le decía que con el frío, a veces, el agua se
endurece de tal forma que puede un hombre andar sobre ella sin hundirse.
El negrito
no comprendía cómo esto puede ocurrir, pero si le constaba de la honradez del
misionero y de que éste sabía lo que decía, debía fiarse de él, aunque su
entendimiento no lo comprendiera.
Lo mismo
nosotros debemos creer los misterios de la Religión que Dios nos enseña por
medio de la Iglesia, divinamente asistida por Él.
«Creo
firmemente lo que no veo, porque creo a Aquel que lo ve todo» (Bossuet).
Es decir,
que aunque está bien que busquemos las razones que hacen nuestra fe razonable,
sin embargo, no creemos porque a nosotros nos parezca razonable, sino porque nos
fiamos de la Ciencia y Veracidad de Dios, y aceptamos confiadamente todo cuanto
Él nos diga.
Con todo, en
el cielo entenderemos claramente todos los misterios que ahora no
entendemos.
Quizás
nuestro entendimiento no sepa resolver algunas cosas, pero eso no significa que
no tengan explicación.
«El
movimiento se demuestra andando».
Los sabios
griegos Parménides y Zenón decían que el veloz Aquiles nunca atraparía la tortuga, pues en
el tiempo que él tardaba en llegar a ella, ésta ya se había desplazado algo.
Y así
sucesivamente.
Pero
la experiencia demostró su falacia.
Y es que hay
cosas que son verdad, aunque no sepamos
explicarlas.
Nos ocurre
como a una persona que sólo conoce superficies planas e ignora lo que es una
esfera: no puede comprender que avanzando por el meridiano de una esfera, sin
retroceder, se llega al punto de partida.
Es ridículo
negar una realidad porque supera nuestro nivel de
conocimiento.
«Aristóteles describía las estrellas como
agujeros por los cuales se divisaba la luz resplandeciente del
empíreo»[86].
Nosotros
ponemos la televisión y no entendemos como la antena en el tejado de mi casa me
permite ver al locutor del telediario que está en
Madrid.
Todos usamos
la tarjeta de crédito, y no entendemos su técnica.
Es utópico
pretender entender todo lo que usamos.
24,4. El
misterio de que hay un solo Dios y tres Personas distintas se llama Misterio de
El agua
puede estar en tres estados (sólido, líquido y gaseoso) sin perder su misma
naturaleza: H2O.
Tres
cerillas unidas tienen una sola llama: cada cerilla tiene llama, pero no son
tres lamas, sino una sola.
En un
triángulo cada ángulo abarca todo el triángulo, sin embargo los tres ángulos son
distintos. Etc., etc.,
etc.
[21] JEAN DANIELOU:
Dios y nosotros, II. Ed.
Taurus. Madrid
[22] DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, nº 1782.
Ed. Herder. Barcelona.
[23] ISAÍAS, 44:6; Deuteronomio, 6:4;SAN PABLO: Primera carta a los
Corintios, 8:6,
etc.
[24] SAN PABLO: Primera
Carta a los Corintios, 8,4
[25] En el número 11 te he puesto otra explicación de que
sólo puede haber un Dios verdadero
[26] Evangelio de SAN
MATEO:28, 19.
[27] DOMÈNEC MELÉ: Cristianos en la sociedad,II,1,a. Ed
Rialp. Madrid.1999.
[28] JUAN
[29] VITTORIO MESSORI:
Algunas razones para creer, IX.
Ed
Planeta+Testimonio.Barcelona.2000.
[30] JULIÁN MARÍAS:
Persona, II. Ed. Alianza.
Madrid.1996.
[31] ANTONIO ROYO MARÍN,
O.P.: Jesucristo y la vida cristiana, cap.
preliminar. Ed. BAC. Madrid.
[32] JUAN LUIS LORDA:
39 Cuestiones doctrinales, I, 6.
Ed. Palabra. Madrid. 1990.
[33] ELEONOR BECK: Yo creo, XIV. Ed. KIRCHE IN NOT.
Alemania. 2000.
[34]
[35] Evangelio de SAN JUAN,
16:7
[36] Evangelio de SAN
LUCAS, 1:35; de SAN MATEO,1,18-20
[37] Evangelio de SAN
LUCAS,1:41-43: 2:26
[38] Evangelio de SAN
LUCAS, 4:1
[39] Evangelio de SAN
JUAN,
14:26
[40] SAN PABLO,
Primera Carta a los Corintios, 2:10
[41] Salmo 139:7
[42] ZACARÍAS, 4:6; JOB, 32:8; 33:4
[43] Jueces, 14:6;Evangelio de SAN JUAN,14:17,26; 15:26; 16:8,13; Hechos,1:6; 8:29; 13:2, 4
[44] Evangelio de SAN
MATEO, 10:19s
[45] Evangelio de SAN JUAN,
14:26
[46] Evangelio de SAN
JUAN, 16:13
[47] SAN LUCAS: Hechos de
los Apóstoles, 11:12
[48] Hechos de los
Apóstoles, 5:3s
[49] Evangelio de SAN JUAN,
3:8
[50] Evangelio de SAN
JUAN,
14:16
[51] SAN PABLO: Carta a los
Romanos, 8:11
[52] SAN PABLO: Carta a los
Romanos, 15:16
[53] SAN PABLO: Carta a los
Romanos,8:26
[54] SAN PABLO: Primera
Carta a los Corintios, 6:19
[55] ANTONIO ROYO
MARÍN,O.P.: Teología de la salvación,
nn.87-93. Ed.B.A.C. Madrid.
[56] JUAN
[57] Nuevo Catecismo de
[58] JUAN ESQUERDA BIFET:
Creo en el Espíritu Santo, VIII.
Cuadernos BAC nº 79. Madrid.
[59] Nuevo Catecismo de
[60] JEAN DANIELOU: Dios y nosotros, IV. Ed. Taurus.
Madrid.
[61] JOSÉ MORALES: 39 Cuestiones doctrinales, INTRODUCCIÓN.
Ed. Palabra. Madrid. 1990.
[62] Nuevo Catecismo de
[63] Evangelio de SAN
MATEO, 28:19
[64] BENJAMÍN
[65] CHARLES JOURNET:
El dogma, camino de la fe, VI,2.
Ed. Casal i Vall.
Andorra.
[66]
[67] Dictionary
of the Bible. Voz GOD, OT. Ed. Abingdon. Nashville. Estados
Unidos.
[68] TRYGGRE METTINGER:
Buscando a Dios, II,1.
Ed. El Almendro. Córdoba.
1994.
[69] H. ZIMMER:
Mythes et Symboles dans l´Indie, pg.
125. P.U.F. Payot. París, 1951
[70] P.
FALLON: Religious Hinduism, VII,
E. St. Paul Publications,
[71] FRANZ
KASTBERGER: Léxico de Filosofía Hindú, pg.
291s. Buenos Aires, 1954
[72]Segunda Carta de SAN JUAN,
Vers. 10
[73] JEAN LECERF: Y tú, ¿por qué eres cristiano?, III,2.
Ed. Mensajero. Bilbao. 1996.
[74] LUIS CREUS VIDAL:
Introducción a la
Apologética, 2ª, 16. Ed. La Hormiga de Oro.
Barcelona.
[75] Nuevo Catecismo de
[76] Nuevo Catecismo de
[77] PEDRO LAÍN ENTRALGO:
Alma, Cuerpo, Persona, 2ª, IV, 5, 1.
Ed. Galaxia. Barcelona.
[78] JOSÉ M.
MÉNDEZ: Finito e infinito, II, 7.
Ed. Estudios de Axiología. Madrid, 1981.
[79] JOSÉ LUIS
COMELLAS: Astronomía, XXIV, C.
Ed. Rialp. Madrid, 1987.
[80] JESÚS SIMÓN,
S.I.: A Dios por la Ciencia, II,
11. Ed. Codesal. Sevilla.
[81] IAN G.
BARBOUR: Problemas de Religión y Ciencia,
1º, III, 1. Ed. Sal Terrae.
Santander.
[82] MANUEL MONTES:Noticias de Ciencia y Tecnología en
INTERNET del 7-V-99.mmontes@ctv.es
[83]
[84] WERNER
HEISENBERG: Diálogos sobre Física Atómica,
VI. Ed. BAC. Madrid.
[85]
[86]