2.- A Dios no lo ha hecho nadie.
2,1.
Dios no ha empezado nunca a
existir. Siempre ha existido y nunca dejará de existir. Es decir, que
no ha tenido principio ni tendrá fin. Dios es eterno.
Boecio
definió la eternidad como «la
posesión total y simultánea de una vida interminable»[1] .
Sería un
absurdo decir que hubo un tiempo en el que no existía absolutamente nada. En ese
caso, jamás podría haber empezado nada a existir: no existirían seres de ninguna
clase. No creados por otro -pues hemos supuesto que en un principio no existía
absolutamente nada-, ni tampoco creados por sí mismos, pues sería un absurdo
decir que una cosa que no existe pueda hacer algo[2] .
«Nada puede
ser causa de sí mismo, porque para causar es necesario existir»[3].
Luego si en
algún momento no existió nada, nada existiría ahora; pues el primer ser no tuvo
modo de empezar a existir[4] . Nada
hubiera empezado a existir.
«Si en un
momento dado nada hay, nada habrá durante toda la eternidad»[5].
Como dice el
conocido filósofo francés Claude
Tresmontant: «Si en un momento dado nada existe, nada existiría
eternamente. La nada absoluta no puede producir ningún ser»[6] . Si
no hubo nada, nunca nada hubiera podido empezar a existir[7] .
«Si
actualmente existen seres, es necesario que desde siempre haya existido
algo»[8].
Es así que
nosotros existimos en un mundo y estamos rodeados de seres de todas clases,
luego por fuerza tiene que haber existido, desde toda la eternidad, un Ser que
no ha tenido principio y que ha dado origen a todos los seres que hoy
existen[9] . Ese
Ser, que existe desde toda la eternidad, y es causa de todo lo que existe, es
DIOS.
Dice
Lindner, Profesor de Química
Técnica en la universidad alemana de Karlsruhe: «Es necesario aceptar una causa
anterior al mundo material»[10] .
Allan
Sandage ayudante de Hubble, hasta la muerte de éste en 1953, y
que hoy trabaja en el Observatorio de Monte Wilson, Pasadena, California, dice:
«Dios es la explicación de que haya algo en vez de nada»[11] . Es
la única respuesta a la pregunta de Heidegger[12] .
Uno
preguntó:
- Si el
mundo lo hizo Dios, ¿a Dios, quién lo hizo?
- Nadie.
Porque Dios es el primero, y el primero tiene que ser eterno. Si lo hubiera
hecho otro sería el segundo, y Dios es el primer
Ser.
Otra
pregunta capciosa:
- Si Dios
creó el universo, antes de crearlo, ¿dónde estaba y qué
hacía?
- Esto lo
pregunta quien no sabe quién es Dios. Dios está fuera del tiempo y del espacio.
Tiempo es la duración del movimiento, y espacio es lo que ocupan las cosas. Si
no hay cosas materiales, no existen ni el tiempo ni el espacio. Por eso dijo
Einstein: «Si hiciéramos
desaparecer toda la materia, el espacio y el tiempo desaparecerían con
ella»[13].
2,2. «Es
conveniente definir los dos modos de seres
posibles:
a) Ser
contingente es aquel que no tiene
la existencia por sí mismo, sino que la ha recibido de
otro.
b) Ser
necesario es aquel ser que no ha
recibido la existencia de otro, sino que la tiene por sí mismo. Como no depende
de otro para existir (...) existe necesariamente, o sea, no puede menos de
existir y nunca dejará de existir»[14] .
Dios es el
único ser eterno e increado que existe necesariamente. Dios es el Ser Necesario
que existe desde siempre, que no puede dejar de existir, que es eterno, porque
su esencia es existir, no depende de nadie para existir, por eso es
increado.
El cosmos es
limitado en el tiempo y en el espacio, es decir, es contingente.
La materia
se transforma continuamente, es extensa, limitada, compuesta y divisible, es
decir, es contingente.
Todo ser
limitado es contingente, porque toda limitación supone una carencia. Y lo
contingente -como se demuestra en Filosofía- es metafísicamente imposible que
sea increado.
Se llaman
seres contingentes, aquellos que
pueden existir o no existir, existir antes o después, existir de una manera o de
otra. Todo lo que nace y muere, todo lo que cambia de tamaño, forma o lugar,
como el hombre, la flor o la Tierra, es un ser contingente. Y lo contingente no
tiene en sí mismo la razón de su existencia. Los seres contingentes deben su
existencia a otro[15] .
Por ejemplo:
un año antes de que tú nacieras, no eras nada, y nada podías hacer para existir.
Como eres un ser contingente tu existencia no dependía de ti. Eras nada, y en
nada te hubieras quedado toda la eternidad, si alguien distinto de ti (tus
padres) no te hubieran traído a la existencia: la nada, dejada a sí misma,
permanece siempre en nada.
Lo mismo que
te ha ocurrido a ti, ha ocurrido con tus padres, tus abuelos, etc. Todos
recibieron la existencia de otro. No podían existir por sí mismos.
«Todo lo que
no tiene en sí mismo la razón suficiente de existir, debe recibir de otro la
existencia...El ser contingente podría no existir, porque su esencia no exige la
existencia...Lo que es mudable es contingente, y todo ser contingente exige,
como causa suficiente última, un SER NECESARIO: DIOS. Que la materia es
esencialmente mutable no es discutible...Así llegamos a la afirmación del
Universo como contingente y, por lo tanto, creado, porque tiene que recibir su
existencia de un SER no material»[16] .
Dios es el único
Ser Necesario.
Ser
Necesario es el que existe por sí mismo, que no recibe de otro la existencia,
que no depende de nada para existir. Existe siempre, sin principio ni fin. Todos
los seres existentes se dividen en necesarios o contingentes, según existan por
sí mismos o por otros .Como el ser contingente
2,3. Las
cosas que vemos en el mundo vienen
unas de otras. Un hombre viene de otro hombre, una flor de otra flor, una
estrella de otra estrella.
Si suponemos
una larga serie de libros en la que uno proviene de ser copia del anterior,
necesariamente tenemos que admitir la existencia del escritor del
primero[19] .
Cada ser
existente de este mundo es como un anillo de una cadena. Cada anillo está
colgado de otro anillo, que es quien lo sostiene, quien lo ha puesto en la
existencia.
Si subimos
por esa cadena de seres existentes llegaremos al primer anillo. ¿Quién sostiene
el primer anillo? No puede ser otro anillo, pues entonces no sería el primero,
sería el segundo. Pero el primer anillo, ¿estará colgado en el aire? Entonces
toda la cadena caería en el fondo de
Ese Ser, que
sostiene la cadena de seres existentes, que no necesita de otro para existir y
que por lo tanto tiene que existir por sí mismo, ése es
Dios.
Dios
sostiene todos los seres en la existencia, lo mismo que el Sol sostiene la vida
en
Lo mismo
ocurre con Dios. Él sostiene toda la cadena de seres
existentes.
Si veo una
chaqueta colgada en la pared, dice Sheed, aunque no vea el clavo que la
sostiene, no digo que la chaqueta desafía las leyes de
Si en un
paso a nivel ves pasar, desde tu coche, un largo tren de mercancías en que un
vagón tira de otro, comprendes que tiene que haber una locomotora que tire de
todo el tren. Aunque tú no la veas.
Lo mismo:
hay que pensar en un primer Ser eterno al ver que unos seres hacen a otros, y
por lo tanto todos necesitan de otro para existir; menos el primero que tiene
que ser eterno.
Dios es ese
Primer Ser que no necesita de otro para
existir, sino que existe por sí mismo, es decir, que su esencia es existir, que
no puede dejar de existir, que existe necesariamente, que siempre ha existido y
nunca dejará de existir. Por eso decimos que Dios es ese primer Ser Eterno. Dios
el el único ser eterno.
3.
El cosmos no es
eterno.
3,1.«El
cosmos no puede haber existido desde la eternidad»[20] .
Es dogma de
fe que el cosmos no es eterno, sino que ha sido creado por Dios en el principio
del tiempo. Dice San Pablo que
Dios es «el Creador de todas las
cosas. Él existe antes que todas las cosas» [21] .
«El ateísmo marxista se basa en la eternidad
de
«Casi
por todas partes -informa Le
Monde- el materialismo dialéctico como instrumento de análisis
histórico está en retroceso. Si puede decirse que Marx ha muerto ya en el Este, el marxismo
apenas resulta operativo en la historiografía occidental»[24] .
«Marx era rabiosamente ateo, pero no por
convicciones racionales, sino por motivos emocionales y psicológicos... El
psicólogo no tiene más remedio que reconocer en Marx un odio personal hacia el cristianismo
casi idéntico al que sentía Freud... Tanto Marx como Freud -ambos judíos- decían que rechazaban
el cristianismo en nombre de la Ciencia; pero lo verdaderamente innegable es que
aquel rechazo provenía de un elemento emotivo»[25]
.
«Para
Marx el ateísmo no era una
consecuencia de ninguna clase de demostración. Era un postulado no sujeto a
demostración, y del que había que partir»[26].
«La idea
materialista-marxista de una materia eterna es totalmente anticientífica. Está
en contradicción palmaria con todos los datos de la Ciencia
moderna»[27].
Por el
contrario «la Ciencia moderna le niega al Universo una existencia eterna, sea en
el pasado, sea en el futuro»[28] .
«Modernamente, como consecuencia de
los nuevos descubrimientos científicos, el principio de la eternidad de la
materia, ha resultado ser completamente falso según reconocen, con rara
unanimidad, los propios hombres de ciencia quienes afirman que la materia
comenzó en un momento determinado, hace algunos miles de millones de
años»[29] .
«Si el
cosmos comenzó necesitó de un Ser distinto del cosmos que lo puso en
Le oí decir
en una conferencia a D. Angel González
Alvarez, Rector de
«El ateísmo
no se prueba científicamente. Por eso, más que de ateísmo científico, hay
que hablar de ateísmo literario»[31].
Nietzsche
y Sartre, cuando hablan de la «muerte de
Dios», no tienen argumentos para demostrar la NO existencia de Dios. Lo que
tienen es el deseo de que Dios no exista, porque «si Dios no existe, todo está
permitido»[32] .
«La inexistencia de Dios no ha podido nunca
demostrarse, ni se podrá demostrar jamás»[33] .
Dijo
Pascal: «Prefiero equivocarme
creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que
existe. Porque si después no hay nada, nunca lo sabré; pero si hay algo, tendré
que dar cuenta de mi rechazo». «El ateo nunca podrá estar seguro de que la
verdad no está en esa fe que él rechazó» [34].
El
científico italiano Antonio
Chiichichi, dice en Il Tempo
de Roma: «El ateísmo no tiene a sus espaldas ni la ciencia ni
«El
pretendido principio de la eternidad de la materia, está en abierta
contradicción con los resultados que nos ofrece la ciencia moderna . El que
quiera estar de acuerdo con los últimos descubrimientos científicos que señalan
una edad en la existencia de la materia, no tiene más remedio que negar la
eternidad de la materia, pues las pruebas que los científicos aducen son
concluyentes»[36] .
«Hoy sabemos
que ninguna estrella puede brillar un tiempo infinito. Se le acabaría el
combustible. Un universo eterno es incompatible con la existencia de procesos
físicos irreversibles»[37] .
Existen
algunas discrepancias entre las cifras que se dan como edad de
«Antes,
cuando en los siglos XVIII y XIX, Ciencia y Religión se hallaban en conflicto, a
nosotros, los católicos, nos llamaban retrógrados, ignorantes y obscurantistas.
Ahora, por una curiosa ironía de los tiempos, estos “cariñosos” adjetivos, los
podemos dirigir con mucha mayor razón, a los ateos recalcitrantes, que realmente
dan muestras de atraso e ignorancia, cuando se empeñan en seguir defendiendo la
eternidad de la materia, a pesar de que la ciencia moderna, con pruebas
experimentales, nos indica bien claramente que la materia tiene una edad y un
principio en el existir»[39]
«La vida
finita del cosmos es algo científicamente probado. El científico que se para
aquí, y dice que no sabe del origen del cosmos, es por pura pereza intelectual,
pues donde no llega la Física llega
La eternidad
de la materia no se puede
demostrar porque es un absurdo.
En efecto:
la materia tiene una existencia sucesiva[41], es decir,
con un antes y un después; es decir, medible por el tiempo. Las sucesivas
transformaciones de la materia y los cambios de la Naturaleza se van midiendo
por el paso de los días, de las horas y de los minutos. Y todo lo que es medible
por el tiempo, tiene una existencia temporal y limitada, no
eterna.
El tiempo es
la duración del movimiento[42] . «El
tiempo no existe como algo independiente de los seres sucesivos. (...) Se basa
en el movimiento de las cosas»[43] . En
los cambios de la materia.
Y lo eterno
no cambia. No tiene principio ni fin. Está siempre en el momento presente. No
está sujeto al paso del tiempo.
Si la
materia en evolución fuera eterna querría decir que ha pasado por una serie
infinita de momentos sucesivos[44] . Y si
no se llega al principio desde aquí hasta allá, tampoco se puede llegar desde
allá hasta aquí, pues la distancia es la misma.
Efectivamente, la misma distancia
hay de Madrid a Barcelona, que de Barcelona a Madrid.
El mismo
tiempo hay del día de hoy al primero de enero de 1950, que desde ese día hasta
hoy. Si por más que subiéramos por la escalera del tiempo no llegaríamos nunca
al principio del cosmos, tampoco llegaríamos nunca del principio del cosmos al
día de hoy, si ese principio estuviera en la eternidad.
Es así que
hoy existe el cosmos actual que vivimos, luego si hemos llegado hasta hoy,
también desde hoy, subiendo por la escalera del tiempo, podemos llegar, con el
entendimiento, al principio del cosmos, por lejano que esté.
Es decir,
que el principio del cosmos no está en la eternidad: el cosmos no es
eterno.
Si el cosmos no es eterno, es necesario otro
Ser que sea eterno, pues todo lo que empieza necesita de otro para empezar a
existir.
3,2. El único Ser eterno es Dios, porque Dios
es el único Ser por el que no pasa el tiempo, que está totalmente fuera de la
medición del tiempo.
El tiempo es
la duración del movimiento, y Dios es inmutable, es pura actualidad. En Él no
hay antes ni después. Es un presente permanente.
Todo esto se
demuestra en Filosofía.
«Nosotros
vivimos en el tiempo y no podemos concebir un ser que exista fuera del tiempo...
Alguna intuición podemos tener de lo que es existir fuera del tiempo, cuando
pensamos en las esencias, por ejemplo, en la esencia del triángulo:
Todo esto
puede ser difícil de entender para personas que no están acostumbradas a
cuestiones filosóficas. Es como pedirle a un matemático que explique en dos
palabras la resolución de las ecuaciones diferenciales o de las integrales
elípticas; o, sencillamente, el uso de las tablas de logaritmos, a quien no ha
estudiado matemáticas. Esto es imposible sin dedicar primero muchas horas, y aun
años, a explicar multitud de conceptos preliminares
indispensables.
Y desde
luego, no se debe buscar en esto una evidencia, como el axioma «el todo es mayor
que su parte» y «dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí». Pero es
interesante la afirmación de Lindner,
Profesor de Química Técnica en la universidad alemana de Karlsruhe:
«La Ciencia afirma que el cosmos es finito, que la materia no es eterna y que
por lo tanto existe un Creador»[46] .
3,3. No se
trata de demostrar la existencia de Dios científicamente, pues el estudio de
Dios no es objeto de la Ciencia, sino de
Por eso no
tiene sentido buscar argumentos científicos para demostrar la existencia de
Dios.
La Ciencia
se limita a responder a «cómo» se realizan las cosas.
El «porqué»
y «para qué» es propio de la Filosofía.
Sin embargo,
la Ciencia sí nos da datos que nos hacen razonable la creencia de Dios.
Esto es lo
que dijo el Papa Juan Pablo II en
su audiencia general del 10 de julio de 1985:
«Cuando se
habla de pruebas de la existencia de Dios debemos subrayar que no se trata de
pruebas de orden científico experimental.
»La pruebas
científicas en el sentido moderno de la palabra, valen sólo para las cosas
perceptibles por los sentidos, dado que solamente sobre éstos pueden ejercitarse
los instrumentos de la indagación y de la verificación de los que se sirve la
Ciencia.
»Querer una
prueba científica de la existencia de Dios significa hacer descender a Dios a
las filas de los seres de nuestro mundo y, por lo tanto, equivocarse
metodológicamente sobre lo que es Dios; la Ciencia debe reconocer sus límites y
su impotencia para alcanzar la existencia de Dios; no puede ni afirmar ni negar
esta existencia.
»Pero de
todo esto no debe sacarse la conclusión de que los científicos sean incapaces de
hallar en sus estudios científicos motivos válidos para admitir la existencia de
Dios.
»Si la
Ciencia como tal no puede alcanzar a Dios, el científico, que posee una
inteligencia cuyo objeto no está limitado a las cosas sensibles, puede descubrir
en el mundo las razones para afirmar un Ser que lo supera.
»Muchos
científicos han realizado este descubrimiento.
»Quien con
espíritu abierto reflexiona sobre aquello que está implicado en la existencia
del Universo, no puede impedir el llegar al problema del origen. Instintivamente
cuando somos testigos de ciertos acontecimientos nos preguntamos cuáles son las
causas del mismo.
»Una
hipótesis científica como la expansión del
Universo hace descubrir más claramente el problema: si el Universo se
encuentra en continua expansión, ¿no debería llegar en el tiempo hasta lo que se
podría llamar el “momento inicial”, aquel en el que la expansión comenzó?
»Cualquiera
que sea la teoría adoptada sobre el origen del Universo, esa cuestión más
fundamental no puede ser eludida.
»Este
Universo en constante movimiento postula la existencia de una causa que, dándole
el ser, le ha comunicado este movimiento y continúa alimentándolo.
»Sin tal
Causa Suprema, el mundo y todo el movimiento que en él existe quedaría
inexplicado e inexplicable, y nuestra inteligencia no podría quedar satisfecha.
»El espíritu
humano pide recibir una respuesta a sus interrogantes sólo admitiendo un Ser que
ha creado el mundo con todo su dinamismo, y que continúa sosteniéndolo en su
existencia...
»A todas
estas indicaciones sobre la existencia de Dios-Creador, algunos oponen las
virtudes de la casualidad o de los mecanismos propios de
»En realidad
esto equivale a querer admitir los efectos sin causa. Se trata de una aplicación
de la inteligencia humana que renunciaría así a pensar y a buscar una solución a
sus problemas.
»En
conclusión, miles de indicios empujan al hombre, que se esfuerza por comprender
el Universo en que vive, a orientar la propia mirada hacia el Creador. Las
pruebas de la existencia de Dios son
múltiples y convergentes. Ellas atribuyen a demostrar que la fe no
mortifica a la inteligencia humana, sino que la estimula a reflexionar y le
permite entender mejor todos los “porqués” puestos ante la observación de la
realidad»[47] .
Por eso las
pruebas de la existencia de Dios hay que fundarlas, principalmente, en el campo
de la filosofía, de la metafísica[48].
Los sentidos
nos engañan. Las ideas, no.
La Luna
parece más grande en el horizonte que en el cenit. Y no es que haya cambiado de
tamaño, pues es una bola de piedra. Es un fenómeno óptico de
refracción.
En cambio,
un razonamiento filosófico puede ser indiscutible: el efecto siempre es
posterior a su causa. Un hijo nunca puede ser más viejo que su
madre.
La necesidad
de un Dios Creador se impone a la inteligencia por la contingencia de la materia
(ver 2,2).
«En el
simple plano de las razones y de las pruebas, podríamos decir que las
posibilidades de la existencia de Dios son incomparablemente mucho más grandes
que las de su no existencia; y los hombres lo adivinan así. Su ateísmo no es un
ateísmo especulativo, sino un ateísmo práctico»[49].
Cuando uno,
consciente o inconscientemente está interesado en rechazar la fe, se siente
inclinado a encontrar más y más dificultades, y a no parecerle satisfactorias
las soluciones que se le dan. No acepta una fe razonable y acepta un ateísmo que
es indemostrable.
Si Dios nos
ha dado la razón es para que la usemos.
Debemos ser
creyentes bien formados, que sabemos lo que creemos y por qué lo
creemos[50].
3,4. Hace
algún tiempo se habló de la teoría de Frederick Hoyle sobre el origen del
Universo. Se llama Universo
estacionario.
Sir Fred
Hoyle era hijo de padres ateos y en su
vida tampoco había sitio para Dios. Sin embargo, en 1983 sorprendió al mundo
publicando un libro sensacional: El Universo
inteligente, donde apunta la necesidad de la existencia de Dios.
La revista
norteamericana TIME, en un
artículo de Arthur White lo
anunciaba con este título: El astrónomo que
ha visto
El subtítulo
era «Según Hoyle, una inteligencia
superior guía la Naturaleza»[51].
En este
libro, Fred Hoyle reconoce las
dificultades de su teoría hasta el punto de abandonarla, como afirma el profesor
de Astronomía de la Universidad de Harvard (EE.UU.) Donald H.
Menzel[52] .
La teoría
del Universo estacionario de Fred
Hoyle no cuenta con ninguna prueba experimental hasta el
presente[53].
Este modelo
está hoy abandonado por las insalvables dificultades encontradas[54]. Está hoy
tan abandonado, que Nigel Henbest
astrónomo inglés de la universidad de Oxford en su libro El Universo en explosión titula uno
de los capítulos: «Muerte de la teoría del Universo estable»[55].
La teoría
del Universo estacionario de Fred
Hoyle debe ser abandonada.
Hoy en día
casi todo el mundo supone que el Universo comenzó con el Big-Bang...
Roger
Perose y yo -dice Hawking- mostramos cómo la teoría de la
relatividad general de Einstein
implicaba que el Universo debía tener un principio»[56].
Dice
Robert Jastrow, investigador,
astrónomo y cosmólogo norteamericano contemporáneo:
«Prácticamente está eliminada
la teoría del Universo estacionario de Fred
Hoyle, obligándonos a aceptar la de la gran explosión
inicial»[57].
Esta teoría
se llama del Big-Bang o del
Universo en
expansión.
La
desviación hacia el rojo en el espectro de la luz de las galaxias demuestra que
el Universo está en continua expansión.
Lo mismo que
cuando una locomotora se acerca pitando el sonido sube hacia los más agudos, y
cuando se aleja baja hacia los más graves, «cuando una fuente de luz se acerca
la frecuencia de sus ondas se acerca al violeta, y cuando se aleja disminuye la
frecuencia de la onda, es decir, hay una mayor longitud entre onda y onda, y el
corrimiento se produce hacia el rojo»[58].
Esta
expansión de las galaxias, como la explosión de una bomba, nos lleva a pensar
que estas galaxias debieron partir de un punto común[59] .
Esta teoría
tiene a su favor tantos datos experimentales que hoy es aceptada, casi sin
excepción, por todos los físicos y astrónomos contemporáneos[60].
Cabe incluso
hacer una especie de cuenta atrás hasta el momento en que el Universo nació.
«La mayoría
de los cosmólogos están de acuerdo en que el Universo se inició con una gran
explosión hace unos 15.000 millones de años»[61].
Por eso
la mayoría de los astrónomos
aceptan el Big-Bang, como lo llaman los anglosajones.
Es decir, la
gran explosión en el comienzo del cosmos.
Después del
Big-Bang la radiación se condensó en partículas, y éstas al unirse formaron
protones y neutrones que después formaron los átomos de hidrógeno, helio,
etc.
«La teoría
de que el Universo nació en una gigantesca explosión o Big-Bang, ya no es una
simple hipótesis académica, cada vez se hace más difícil prescindir de ella si
se quiere dar cuenta de las propiedades fundamentales del Universo como hoy se
observa.
El
extraordinario éxito de la teoría del Big-Bang está relacionado con su poder de
predicción y con las brillantes confirmaciones que las observaciones han
aportado a sus predicciones»[62].
«La teoría
del Big-Bang ha adquirido categoría de ciencia»[63].
«La teoría
del Big-Bang, ha pasado, de hipótesis estrafalaria, a ser respetada teoría
científica, merecedora de la más preciada distinción para los físicos de
hoy»[64].
El
científico Carl Sagan afirma:
«nuestro universo actual tuvo, sin duda, un punto de partida»[65].
«Hawking reconoce que hoy casi todo el mundo
supone que el universo comenzó con el Big-Bang»[66].
Esta teoría
la defienden los astrofísicos más acreditados, como Allan Sandage del Observatorio de Monte
Palomar (California), especialista en la investigación sobre los quásares y
radiogalaxias[67] ;
Chushiro Hayashi, Profesor de
Astrofísica de la Universidad de Tokyo (Japón); Arthur Code, Director del proyecto OAO-II
de la NASA, y Yakov Zeldovitch, de
la Academia de Ciencias de la URSS[68] . Y
también por Martin Ryle,
catedrático de Radio-Astronomía en la Universidad de Cambridge, y Premio Nobel
de Física en 1974.
El
científico español que trabaja para la NASA americana, D. Juan Oró, dijo por Radio Nacional de
España el 7 de octubre de
«Esta teoría
del origen del Universo es aceptada por la inmensa mayoría de la comunidad
científica, porque es la que mejor se ajusta a lo que se puede observar en la
realidad»[69].
Los primeros
indicios del Big-Bang ya fueron anunciados por el célebre astrónomo Edwin Hubble[70].
«Prácticamente todos los astrónomos
aceptan hoy la teoría de que el Universo apareció en un instante de creación
mediante la violenta explosión de una bola de fuego, hace unos 15 o tal vez 20
mil millones de años»[71].
«El
“Universo estacionario” de Hoyle
también exige un comienzo de materia (creación).
»Yakov
Zeldovitch afirma que es ineludible admitir
que el Universo ha tenido un comienzo.
»El proceso
de la NADA a la existencia de la materia solamente nos es posible describirlo
con
»Para que la
materia comience a existir se requiere un agente no material de infinito poder:
UN CREADOR»[72] .
«Físicos y
astrónomos apuntan a la conclusión de que el Universo fue creado en una inmensa
explosión (Big-Bang) hace unos 20.000 millones de años»[73]. Para
hacernos una idea de lo que es todo este tiempo, si reducimos la historia del
universo a un año, el nacimiento de Cristo hace dos mil años, sucedería en el
último minuto del último día del año.
El astrónomo
Phillip Morrison confesaba en una
intervención ante la BBC de Londres:
«Me gustaría
poder rechazar la teoría del Big-Bang, pero tengo que rendirme a la
evidencia»[74].
Precisamente
el Premio Nobel de Física de 1978 se concedió a los radioastrónomos Arno Penzias y
Este
descubrimiento, como tantos otros, se produjo accidentalmente mientras
investigaban eliminar los ruidos que recibían en sus antenas porque les
molestaban en sus transmisiones[76].
El
catedrático de Física Teórica de
«Gracias a esta radiación de
fondo sabemos que hubo una creación instantánea»[78].
«El
profesor F. Graham Smith,
astrónomo real británico y director del Observatorio de Jodrell Bank, manifiesta
que el ruido cósmico captado proviene del Big-Bang, la gran explosión que dio
origen al Universo»[79].
El 23 de
Abril de 1992 un equipo de investigadores, dirigidos por Jorge Smoot, anunciaba el descubrimiento de
fluctuaciones en el fondo cósmico de radiación, detectadas por medio del
satélite COBE (Cosmic Background
Explorer)...Este fondo de radiación refleja el momento de la
expansión del universo en el que tuvo lugar el acoplamiento entre materia y
energía[80].
El
mismo Jorge Smoot, astrofísico de
la Universidad de Berkeley (California), dijo en una conferencia de prensa en la
Sociedad de Físicos de Estados Unidos en Washington: «Lo que hemos hallado es
una prueba del comienzo del Universo. Ha sido como ver a Dios»[81].
«La teoría
del Big-Bang es actualmente la más aceptada por los científicos para explicar el
origen del cosmos, especialmente tras la presentación por parte de Jorge Smoot, de unas fotografías de la
“explosión inicial” que puede considerarse como una imagen del
Big-Bang»[82].
Por eso a
Jorge Smoot se le ha llamado «el
hombre que fotografió el nacimiento del
Universo con el satélite
COBE»[83].
El COBE ha
fotografiado con distintos colores fluctuaciones de temperaturas de irradiación
situadas hace 15.000 millones de años luz[84] .
Todo
esto confirma la teoría de la
expansión del Universo expuesta por primera vez por el sacerdote científico
belga Jorge
Lemaître[85] , por
los años 30 de este siglo.
Según la
revista científica Science
el universo sigue en expansión[86] .
Los días 26
y 27 de octubre de 1990 asistí en Madrid a un
Simposium sobre Física y Religión. Uno de los científicos
que habló allí fue Julio A. Gonzalo, Catedrático
de Física de
«Las observaciones del
satélite COBE indican que no hay una teoría alternativa al Big-Bang sobre el
origen del Universo»[87].
El astrónomo
John Mather explicó en la reunión
anual de
La teoría
del Universo pulsante, de
sucesivas expansiones y contracciones, es «puro parto de la fantasía». No tiene
ninguna confirmación científica. Mientras que la teoría del Big-Bang, del
Universo en expansión, tiene multitud de comprobaciones
científicas[89].
El 29 de
agosto de 1985 asistí en León a una conferencia del Profesor
«La
expansión del Universo está confirmada por multitud de datos científicos
experimentales, pero hoy no tenemos ningún dato científico experimental para
afirmar que en el cosmos después de una expansión vendrá una
contracción».
Que a
la expansión no sucederá una contracción se puede ver siguiendo los pasos que da
el Catedrático de la Universidad de Roma, Director del Observatorio Armellini,
que podríamos resumir diciendo:
«Las
galaxias no volverán nunca a caer hacia atrás, pues su velocidad de fuga es tres
veces mayor que la velocidad crítica»[90].
Hay procesos
irreversibles: un huevo frito jamás puede volver a ser un huevo
crudo.
«Es
físicamente sin sentido el hablar de volver al pasado»[91] .
La hipótesis
de que después de la expansión del cosmos vendrá una contracción ha sido
descartada por los astrofísicos que han participado en la reunión de
Lo mismo
creen los científicos que controlan el observatorio espacial ISO, quienes han
medido la cantidad de materia que existe en el Universo para concluir que ésta
Un equipo de
astrofísicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, dirigidos por Perlmutter, estudiando la velocidad de
expansión de
Rafael Rebolo,
profesor del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, investigador del Instituto de Astrofísica de
Canarias, y Premio Iberdrola de Ciencia y Tecnología, afirma que el universo
seguirá expandiéndose indefinidamente[95].
El astrónomo
James Jeans, «uno de los mayores
genios de la época actual» dice: «Un universo cíclico está en completo
desacuerdo con el principio bien establecido de
Además, esta
hipótesis del «universo pulsante» no excluye la idea de creación, pues en estas
sucesivas expansiones y contracciones, siempre hay pérdida de energía, es decir,
antes o después se llegará al final.
«Cuando en
pleno siglo XX, los científicos teóricos y los experimentadores descubrieron la
necesidad de admitir un principio del
Universo, los sabios materialistas bregaron como verdaderos
diablos..., pues saben muy bien que si logra imponerse la tesis del principio
del Universo, el fin del materialismo habrá llegado»[97].
«Si la
Astrofísica conduce a admitir que el Universo ha comenzado alguna vez...,
entonces el ateísmo no sería admisible»[98].
La Ciencia
explica cómo fue el origen del cosmos.
Pero «en el
instante inmediatamente anterior al Big-Bang
no hay Universo; no existe el objeto de
»Como dice
Cloud, “de dónde puede haber
provenido la bola, cuya explosión dio origen al Universo, es una cuestión que
trasciende los límites de la Ciencia...; pertenece a la Metafísica y a la
Teología”»[99] .
Entre otros
muchos, existe un libro científico que trata sobre el origen del cosmos. Se
titula Los tres primeros
minutos[100]; es una
vista moderna del origen del Universo, por Steven Weinberg, Profesor de Ciencias de la
Universidad de Harvard, Premio Nobel de Física 1980.
De este
libro dice el Premio Nobel de Física T. D.
Lee: «Este libro presenta el tema con claridad y gran precisión
científica».
Y un
comentarista del New Yorker,
afirma: «Cuando antes se creía que era una locura pensar en la creación, después
de leer este libro lo que parece locura es no aceptar la
creación».
El estudio
de Weinberg ha sido muy bien
recibido en el mundo científico, según se deduce del artículo de Michel D. Lemonick en la famosa revista
norteamericana TIME[101].
«Los
científicos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), de Suiza,
han “recreado” las circunstancias en que se produjo el Big-Bang»[102].
Robert
Jastrow, científico y autor
internacionalmente reconocido, que es el fundador del Instituto Goddard para
Estudios Espaciales de la NASA, Profesor de Astronomía y Geología en la
Universidad de Columbia, y Profesor de Ciencias de la Tierra en el Dartmouth College, que ha sido una figura
relevante en el Programa Espacial Norteamericano desde su comienzo, y fue el
Presidente del Comité de Exploración Lunar de la NASA, dice:
«El
repentino nacimiento del Universo es un hecho científico probado...
Fue literalmente el momento de la
Creación»[103].
Y en su
libro Dios y los Astrónomos
dice: «Cuando el astrónomo llega a la cumbre de sus conocimientos del origen del
cosmos, le dan la bienvenida los teólogos que estaban allí desde hace muchísimos
siglos».
Los teólogos
han dicho siempre lo que hoy dicen los astrónomos: que el cosmos comenzó por un
acto de creación.
El P.
Antonio Romañá, S.I. treinta
años Director del Observatorio de Astrofísica del Ebro, que tenemos los jesuitas
en Tortosa, me dijo a mí, y yo lo dije en Televisión Española[104] citándole a él: «Hoy en
Astrofísica nadie excluye la idea de creación».
«Es evidente
que el Universo ha tenido un principio»[105].
«En Ciencia,
al igual que en la Biblia, el cosmos empieza con un acto de creación... Todo
esfuerzo para hablar de un Universo eterno con materia eterna se estrella contra
los datos científicos»[106] .
«No supone
ninguna falacia afirmar que el tiempo comenzó con el Big-Bang junto con el
espacio que nuestro Universo ocupa»[107]
El astrónomo
chileno
Ian
Barbour, profesor de Ciencias en Carleton
enseña que el Big-Bang del Universo es una forma de creación
divina[109].
El Big-Bang
es el grito del Universo al nacer.
Que el
Universo tuvo principio en un momento dado está confirmado por el mayor
acelerador de partículas del mundo (LEP) inaugurado el 13 de noviembre de 1989
para simular las condiciones que dieron origen al universo[110].
3,5. Otro de
los argumentos para demostrar que la materia no puede ser eterna, es la
transformación de unos elementos radiactivos en otros.
Si la
materia fuera eterna, ya no quedaría potasio-40, ni rubidio-87, ni uranio-235,
pues ya se habrían transformado en argón-40, en estroncio-87, y en plomo-207,
respectivamente[111] .
Por el punto
de desintegración de los cuerpos
radiactivos podemos afirmar que la materia no es eterna, pues si la materia
fuese eterna ya se habrían transformado totalmente.
Si hoy queda
en el mundo potasio y uranio radiactivos es porque todavía no han transcurrido
los miles de años necesarios para que se transformen en argón y plomo,
respectivamente.
Es cosa
sabida que la mitad del uranio que contiene una roca se transforma en plomo al
cabo de 4.000 millones de años.
También es
sabido que si todavía hay uranio es señal que no existe desde hace una
eternidad, pues en ese caso todo se habría convertido en plomo y ya no quedaría
uranio en el mundo[112] .
«La materia
tuvo que aparecer en un momento determinado», dice el conocido físico francés
Jean E. Charon[113]. Y añade:
«La radiactividad natural proporciona un método sumamente preciso para fechar el
nacimiento de la materia»[114] .
El hidrógeno
que consta de un protón y un electrón, es la base de todos los demás elementos
más estables que él.
No se
retrocede de un elemento más estable a otro menos estable.
Es imposible
que el Universo sea eterno: no quedaría nada de hidrógeno[115] .
Es cosa
sabida que el hidrógeno se convierte en helio en un proceso continuo e
irreversible.
Si esto
sucediera desde toda la eternidad ya se habría gastado todo el hidrógeno que
todavía se quema en las estrellas[116] , pues
la cantidad de hidrógeno del universo es limitada, y lo que se pierde no se
repone.
Ésta fue la
explicación que dio el astrónomo soviético Fessenkov en la Academia de
«No pueden
ser eternas, sino que han tenido que producirse en un momento dado».
La Ciencia
moderna encuentra cada día nuevos datos que confirman la doctrina católica de que el
cosmos no es eterno. Por métodos radiactivos se puede calcular la edad de los
astros cuyos astrolitos han caído en nuestro suelo.
También se
ha calculado que la edad de la Tierra es de 4.500 millones de
años[117]
En la
Naturaleza nada se crea ni se destruye; todo se transforma.
Pero esto
supone una creación previa de la Naturaleza.
La
conservación del binomio materia-energía, es una ley de la Naturaleza que no
tiene sentido antes de la creación del cosmos.
«La ley de
la conservación de la energía se
entiende de la suma total de energía de todo orden que el cosmos encierra:
mecánica, química, eléctrica, calorífica, etc. Pero la energía calorífica se
llama energía degradada porque no puede transformarse íntegramente en otra
energía. La energía mecánica puede transformarse enteramente en energía
calorífica, pero no al revés. La energía calorífica crece continuamente en el
Universo y como, en su mayor parte, no es apta para producir de nuevo un trabajo
útil, resulta que la energía utilizable disminuye incesantemente. Este proceso
de degradación de la energía, se llama entropía. La entropía crece sin
interrupción hasta llegar a la muerte térmica del Universo»[118].
La
Naturaleza tiende al equilibrio. Dos recipientes de agua de distinto nivel, al
comunicarlos por un tubo, se nivelan. Un cuerpo frío y otro caliente, en
contacto, nivelan su temperatura. Por la ley de la entropía la Naturaleza busca el equilibrio
térmico. Ése será el final. La muerte térmica del
cosmos.
«Ahora bien,
es evidente que si el Universo debe acabar, ha debido también comenzar; porque
de otro modo, si el Universo hubiera existido desde toda la eternidad, ya se
hubiera transformado toda la energía y habríamos llegado ya al
fin»[119].
Paul
Davies, Profesor de Matemáticas
del King´s College de Londres,
dice que: «El fin del cosmos se calcula para dentro de cien mil millones de
años»[120].
Esta
continua degradación de la energía, expresada en la ley de la entropía, ha hecho
que los científicos abandonen la teoría del Universo pendular, pulsante,
oscilante, cíclico.
Dice, entre
otros, Jean E. Charon, científico
francés: «No hay evolución cíclica. La evolución del Universo
es lineal»[121].
Como el agua
que cae desde una cascada produce una energía (mover una turbina), pero ese agua
ya no puede volver arriba por sí misma.
«El Sol se
está apagando. Su hidrógeno se convierte en helio a un ritmo de seiscientas
treinta toneladas por segundo. Como conocemos su masa, podemos calcular la vida
del Sol en cien mil millones de años. Como ya lleva existiendo cinco mil
millones, quiere decir que le quedan de vida todavía noventa y cinco mil
millones de años»[122] .
Arthur
Eddington, considerado como «uno de los más
grandes astrofísicos de los últimos tiempos»[123], habla en
su libro The Nature of the Physical
World de la muerte térmica del Universo: es la ley de la entropía.
Los cálculos
indican que esta «muerte térmica» del cosmos podría tener lugar dentro de
1099
años[124] . Es
decir dentro de muchísimos millones de años. Pero no hay duda de que «el
Universo se está descargando... «No encuentro ninguna dificultad en aceptar las
consecuencias de la teoría científica actual por lo que concierne al porvenir:
la muerte térmica del Universo. Quizás sea dentro de billones de años, pero el
reloj de arena se vacía lenta, pero inexorablemente... Debemos fijar su carga en
alguna época... El principio del proceso mundial presenta dificultades
insuperables, a no ser que convengamos en considerarlo como
sobrenatural»[125]. Son
palabras de Eddington.
Dice
P. Carreira, S.I., Profesor de
Física y Astronomía en la Universidad de Cleveland (EE.UU.): «Tenemos una
perfecta concordancia entre la ciencia moderna y la idea bíblica y cristiana de
la creación. El Universo comienza por creación. El concepto de creación está en
perfecto acorde con la Física y la Astrofísica modernas»[126].
«La ciencia
moderna lleva naturalmente, por las medidas experimentales, y también por el
desarrollo teórico de la Astrofísica, a la idea de un Universo creado. La
ciencia moderna afirma, como dato científico, que el Universo tiene una edad
limitada, que hay un tiempo máximo de las estructuras que observamos, y que
antes no hay estructura material que se pueda describir por las leyes
físicas»[127].
Pío XII
les dijo a los científicos del mundo
entero reunidos el 22 de noviembre de 1951, que «la Ciencia de hoy ha confirmado
con la exactitud propia de las pruebas físicas, que nuestro Universo es obra de
un CREADOR»[128].
«¿Por qué
existimos? ¿Por qué existe el universo? Son dos preguntas que el hombre se ha
hecho desde el albor de su existencia. (...) En el siglo XX estas preguntas se
han hecho con las herramientas que facilita la física moderna. (...)
»En esta
época que nos ha tocado vivir, la física responde, mediante la aplicación del
método científico, a preguntas que antes se hacían la filosofía o la
teología»[129] .
«El físico
británico Chris Isham, experto en
cosmología cuántica, al analizar la realidad de una singularidad, demostrada
matemáticamente, expresa su convicción: “No hay duda de que la existencia de
este punto singular invita a la idea de un Creador”»[130].
«El
astrónomo americano Harthaway ha
dicho: “El cosmos es un vasto conjunto de creación y orden. Esta creación y este
orden sólo pueden ser debidos a dos causas: o a una casualidad o a un plan. Pero
cuanto más complejo y difícil es un orden, más remota es la posibilidad d que
sea casual”. (...) El azar es el caos, la ausencia de toda norma o ley. en este
sentido ha quedado para la historia la frase de Einstein: “Dios no juega a los dados”.“Toda
la historia de la ciencia consistido en una comprensión gradual de que los
hechos no ocurren de una forma arbitraria, sino que reflejan un orden
subyacente” son palabras de Stephen W.
Hawking en su libro Historia del
tiempo »[131].
A.C. Morrison,
que fue Presidente de la Academia de
Ciencias de Nueva York, publicó un libro titulado El hombre no está solo , que batió todos
los records de venta en el mundo entero. De él extractamos lo siguiente:
“Apoyándonos en leyes matemáticas irrefutables, hay que llegar a admitir que el
Universo, necesariamente, ha sido ideado y hecho por una Inteligencia
Superior”.
» El
Universo, se mire por donde se mire, tanto en su origen como en su evolución, se
rige por unas leyes precisas y determinadas. (...) La tendencia universal de la
materia a organizarse, culminando con la vida, nos habla que todo este proceso
no puede ser algo que resulta por pura casualidad.
»Por
otra parte, la Ciencia nunca podrá contestar a preguntas como:
¿De dónde
procede la energía primera para la creación del Universo?
¿Qué había
antes de la explosión originaria?
¿Quién pudo
poner orden en aquella metralla cósmica?
Son
preguntas imposibles de responder si no se recurre a la idea de
Dios»[132].
El prestigioso físico actual, Wheleer, se pregunta, «¿por qué existe algo más bien que nada?[133]
Evidentemente que la respuesta
explicativa es: DIOS CREADOR. Si no hubiese existido un Creador eterno, nada
hubiese empezado a existir. Si pensamos un momento hipotético que no existe
NADA, NI DIOS, nunca nada pudo comenzar. LA NADA, NADA PUEDE
HACER.
3,6.
C. Rubbia, Premio Nobel de Física,
dice: «Hemos descubierto una precisa imagen de nuestro mundo. Para mí está claro
que esto no puede ser consecuencia de la casualidad. Hay evidentemente alguien haciendo
las cosas
En 1973,
Jean Heidmann, Astrónomo titular
del Observatorio de París, publicó un libro titulado Introducción a la Cosmología, en el que
después de muchas páginas de fórmulas matemáticas termina hablando del origen de
la materia y dice esta frase: «Esto es en toda su sencillez el fiat lux, expresión bíblica del momento de
la Creación»[135]. Son muchos
los científicos creyentes. No sólo del pasado, como Volta y Ampère, que eran creyentes[136], sino
también científicos actuales, algunos Premios
Nobel.
En el XXI
Congreso de Premios Nobel celebrado en Lindau (Alemania), habló el Profesor de
la Universidad de Cambridge, Paul
Dirac, Premio Nobel de Física, que murió en octubre de
1984[137] , «uno
de los físicos más destacados del siglo XX», en frase del también célebre
científico británico Fred
Hoyle[138].
Está
considerado como uno de los fundadores de la mecánica ondulatoria, y descubridor
de la antimateria, al intuir la existencia del positrón (electrón positivo) que
más tarde fue descubierto por David Anderson[139] también Premio
Nobel.
Más
tarde, otro Nobel Emilio Segre
descubrió el antiprotón (protón negativo)[140] .
El choque de
materia y antimateria libera una energía mil veces superior a la energía nuclear
convencional. Esto tendría enorme aplicación en el campo de las naves espaciales
que podrían volar a cien mil kilómetros por segundo[141] .
Dirac afirmó que
es necesario admitir la existencia de Dios en la creación del Universo, pues
atribuirlo a la casualidad, no es
científico[142] .
«Hoy a
muchos hombres cultos y entregados a la investigación científica, la fe
religiosa no les parece inconciliable con las certezas
científicas»[143].
«Es falso
creer que la fe es algo perteneciente al pasado más remoto de nuestra
civilización. Yo sostendría lo contrario. Hoy día la mayor parte de los
científicos, empezando por los físicos nucleares, tienen una actitud muy
respetuosa ante la Religión, o son ellos mismos cristianos practicantes.
»Bernard Lowell, el astrónomo de Jodrell
Bank, me decía que nadie se atreve hoy a formular teorías de tipo positivista o
materialista sobre el origen o el fin del universo»[144].
Rafael
Pascual, profesor de Filosofía de la
Ciencia, en el Congreso Internacional celebrado en Roma del 23 al 24 de
noviembre, de 1999, citando un reciente artículo publicado por la revista
estadounidense, "Scientific
American" (septiembre, 1999), dijo: «El famoso científico Fred Hoyle ha reconocido que sería
increíble un universo tan bien armonizado, sin la existencia de Dios.
»Además,
preguntó Pascual,¿qué se puede
decir de hombres como Copérnico, Galileo,
Newton, Planck o Einstein que declararon creer en la
divinidad?»[145].
El doctor
Pascual Jordán, español de
nacimiento, Catedrático de Física Atómica en la Universidad de Hamburgo, varias
veces candidato a Premio Nobel de Física[146] ,
especialista en cuestiones cosmológicas y biofísicas, colaborador de Einstein y Max Planck en las teorías de la
relatividad y mecánica cuántica, es en la actualidad uno de los científicos de
mayor prestigio internacional. Recientemente ha publicado un libro en el que
afirma que «la Física Moderna no sostiene ya más un concepto materialista del
Universo basado en la negación de la existencia de Dios»[147] .
Max
Planck, Premio Nobel de Física, Profesor
de Física Teórica y Director del Instituto Físico en la Universidad de Berlín,
«indiscutible patriarca de la Física de nuestro siglo»[148] y
llamado con razón el padre de la Física moderna[149] ,
dice: «Lo que nosotros tenemos que mirar como la mayor maravilla es el
hecho de que la conveniente formulación de esta ley produce, en todo hombre
imparcial, la impresión de que la Naturaleza estuviera regida por una voluntad
inteligente»[150].
El hombre
puede conocer cómo fue el origen del cosmos, pero la explicación del «cómo» no
excluye el «por qué». Es decir, siempre queda en pie la necesidad de un Ser
Inteligente, Autor de las leyes del cosmos. «Todo esto acontece como si este
Universo nuestro fuera la obra de un compositor»[151].
Alberto
Einstein, muerto en 1965, uno de los mayores
físicos y matemáticos de nuestro tiempo, Premio Nobel de Física en 1921, que
demostró matemáticamente que la velocidad de la luz es velocidad límite y no se
puede superar[152] , era
creyente[153]
Paul Johnson,
dice de Einstein: «Reconocía la existencia de Dios
y de normas absolutas del bien y del mal»[154].
Einstein
reconoció su humilde admiración
hacia un espíritu superior e ilimitado[155] .
Afirmaba que «el hombre de ciencia tiene que ser profundamente
religioso»[156]. Decía con
frecuencia: «La Ciencia sin Religión es coja, y la Religión sin Ciencia es
ciega»[157].
Edmundo
Whittaker, Profesor de la Universidad de
Edimburgo, se convirtió «al catolicismo como fruto de sus investigaciones sobre
el origen del Universo»[158] .
Como dijo el
famoso físico John Wheeler: «La
ciencia debe proponer un mecanismo para que el universo entre en la existencia».
«La creación del universo es el origen último del mundo físico»[159] .
Según CIRM, sociedad
especializada en estudios de opinión, una encuesta realizada a cuatrocientos
catorce científicos manifiesta que el 75% de ellos está convencido de la
existencia de Dios[160].
[1] FRANCISCO DE MIER:
Apuesta por lo eterno, VII, 11, b.
Ed. San Pablo. Madrid.
1997.
[2] JOSÉ Mª. CIURANA:
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[3] R. GARRIGOU-LAGRANGE:
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Ed. Palabra. Madrid. 1976.
[4] CLAUDE TRESMONTANT:
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metafísicos, I. Ed. Herder.
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[5] R.
GARRIGOU-LAGRANGE: DIOS, su existencia, II,
3ª, 21. Ed. Palabra.
[6] CLAUDE
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[7] JOSÉ Mª.
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[8] R. GARRIGOU-LAGRANGE:
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Ed. Palabra. Madrid. 1976.
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CIURANA: Pruebas racionales de la existencia
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[11] Diario EL PAÍS,
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[12] BALDOMERO JIMÉNEZ
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[13] BENITO ORIHUEL:
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[14] JOSÉ ANTONIO GALINDO:
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Ed. San Pablo. Madrid.
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[15] JOSÉ Mª.
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[16] MANUEL CARREIRA,
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[17] J. HAAS, S.I.: Biología y fe, II, 2. Ed. ELER.
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[18] JOSÉ MOINGT, S.I.:
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[19] PAUL DAVIES: La mente d Dios, VII, 4. Ed.
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[20] PASCUAL
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Guadarrama.Mad
[21] SAN PABLO: Carta a los
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[22] CARLOS STAEHLIN,
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[27] MANUEL Mª. CARREIRA,
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[28] ROBERTO
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[29] JOSÉ Mª
CIURANA: En busca de las verdades
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excelente libro que responde acertadamente a su
título.
[30] CLAUDE
TRESMONTANT: Ciencia del Universo y
problemas metafísicos, pgs.33, 52, 57 y 73. Ed. Herder. Barcelona,
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[31] CLAUDE
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[32] SANTIAGO MARTÍN:
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[33] EUSTAQUIO
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[34] VITTORIO MESSORI:
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2000.
[35] Diario YA del
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[36] JOSÉ Mª. CIURANA:
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[38] JOSÉ Mª.
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[39] JOSÉ Mª.
CIURANA: Fin del materialismo ateo, IV,
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[40] GIAN CARLO CAVALIERI:
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[41] ANTONIO DÚE,
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[42] ANTONIO ROYO MARÍN,
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[43] JESÚS MARÍA GRANERO,
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[45]JUAN LÓPEZ PEDRAZ,
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[59] JOSÉ Mª. CIURANA:
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[60] MANUEL Mª. CARREIRA,
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[61] Revista INVESTIGACIÓN
Y CIENCIA, 83 (VIII, 1983)58
[62] Revista MUNDO
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[63] Revista MUNDO
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[65] JUAN CEDRÉS: ORACCIÓN, XVI, 1, 6. Ed.Antillas.
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[66]JUAN LUIS RUIZ DE LA PEÑA:
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[67] PIERRE
ROUSSEAU: L’ Astronomíe, XI, 12.
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[68] Revista IBÉRICA de
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[69] JOSÉ MANUEL NIEVES:
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[71] Revista
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[72] MANUEL Mª.
CARREIRA, S.I.: Metafísica de la materia, VIII.
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[73] JULIO A. GONZALO,
Profesor de Física en la Universidad Autónoma de Madrid: Física y Religión en perspectiva, V, 2.
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[74] ROBERT
JASTROW: New York Times Magazine, 28-VI-78
[75] MANUEL CARREIRA, S.I.:
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[76] Revista TIME,
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[77] Diario YA, 2-XI-78,
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[78] J. L.
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