Las cosas
no se hacen solas; es decir, alguien tiene que hacerlas. Tanto la mesa y la
casa, como el Sol, la Tierra y las estrellas han sido hechos por alguien.
La mesa ha sido hecha por el carpintero, la casa ha sido hecha por el albañil.
1.- EL SOL,
1,1. Si paseas
por la playa un día que ha bajado la marea, conoces, por las huellas en la
arena, si lo que pasó por allí antes que tú fue un hombre, un perro o un pájaro.
Lo mismo vamos a hacer nosotros para averiguar la existencia de Dios.
A Dios no
le podemos ver, porque es espíritu[1]; y el espíritu no
se ve con los ojos de la cara. «A Dios no lo ha visto nadie»[2].
Pero yo puedo
conocer una cosa con el entendimiento aunque no la vea con los ojos de la
cara: si veo un abrigo colgado de la pared, sé que allí hay un clavo, aunque
no lo vea. Si no, el abrigo no se sostendría[3] .
Vamos a conocer
a Dios por las huellas que ha
dejado en
Empecemos
por la huella que Dios ha dejado en el cielo.
Tú sabes que
aquellas huellas en la arena no se han hecho solas.
Pues mira
el cielo. ¿Puedes contar las estrellas?
El Atlas del
cosmos, que ya se ha empezado a publicar, constará de veinte volúmenes, donde
figurarán unos quinientos millones de estrellas. El número total de las estrellas
del Universo se calcula en unos 200.000 trillones de estrellas: ¡un número
de veinticuatro cifras![5] .
El Sol tiene
diez planetas: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano,
Neptuno, Plutón, (descubierto en 1931 por Percival Lowell[6]), y el décimo que
se acaba de descubrir. Los astrónomos Thomas van Flandern y Robert Harrison, del Observatorio Naval de
los Estados Unidos, lo han confirmado con sus cálculos sobre las perturbaciones
en las órbitas de Urano y Neptuno[7].
Unos le llaman el planeta X[8]. El Dr. John Murray, de
El año 2004,
La NASA americana descubrió un nuevo planeta en el sistema solar. Lo ha llamado
Sedna, y es el más alejado
del Sol. Está a 12.800 millones de kilómetros. El doble de la distancia de
Putón. Es más pequeño que la Luna: como la mitad de Plutón. Por eso algunos
dudan si llamarle planeta, pues a los astros más pequeños que Plutón se les
llama planetoides[10] .
Nuestra galaxia,
En nuestra
galaxia hay mil millones de púlsares que
son estrellas de neutrones en rotación, que dan seiscientas cincuenta vueltas
por segundo, y su densidad es de mil millones de toneladas por centímetro
cúbico[13] .
Los púlsares
provienen de la explosión de supernovas[14] . Emiten haces
de radiación como un faro costero, con pulsaciones de periodicidad perfecta.
Por eso, en un principio, se creyó que se debían a civilizaciones extraterrestres[15] .
La Nebulosa
de Andrómeda consta de doscientos mil millones de estrellas.
Pues, si unos
hoyos en la arena no se pueden haber hecho solos, ¿se habrán hecho solos los
millones y millones de estrellas que hay en el cielo?
Alguien ha hecho
las estrellas. A ese Ser, Causa Primera de todo
el Universo, llamamos Dios.
La observación
del cielo interesa al hombre desde tiempos remotísimos. Podríamos decir que
la Historia de la Astronomía[16], prescindiendo de
los chinos, empezó con los babilonios, egipcios, griegos y árabes.
A los babilonios
se debe la división del día en veinticuatro hora,s y éstas en sesenta minutos,
y éstos en sesenta segundos. Los griegos dieron nombre a muchas constelaciones
y planetas, que después latinizaron los romanos. Los árabes dieron nombre
a muchas estrellas. Voy a dar algunos datos.
1,2. La Luna,
está a
La luz, a
La velocidad
de la Luz, según las leyes de la Física, no puede superarse[20] . La velocidad
de la luz es tope, como demostró matemáticamente Einstein; pues según la
ecuación e=mc2
a esa velocidad la masa se haría infinita[21] .
Fuera de nuestra
galaxia, la nebulosa de Andrómeda, que es la más cercana a nuestra galaxia
de
Coma de Virgo
a 200 millones de años-luz.
Y el Cúmulo
de Hidra a 2.000 millones de años-luz[23] .Éste es el
límite de percepción de los telescopios ópticos[24] .
Pero los radiotelescopios profundizan más.
El astro más
lejano detectado es el Quásar PKS 2.000-330, está a quince mil millones de
años-luz[25] . Los quásares
son radio-estrellas que emiten ondas hertzianas. Se detectaron por vez primera
en 1960[26] .
1,3. Es posible
que haya otros astros habitados,
pero nada sabemos; pues Dios nada nos ha dicho, y no hemos podido conectar
con ellos.
La existencia
de la vida inteligente extraterrestre es algo probable que no ofrece ninguna
dificultad, ni a la Ciencia ni a la Religión.
Pero, a pesar
de todos los esfuerzos realizados, los científicos no han logrado captar ninguna
señal clara de seres inteligentes extraterrestres.
Cuando estuve
en Puerto Rico, para pronunciar conferencias en
En mi visita
al Observatorio de Radioastronomía de Arecibo me facilitaron una copia cifrada
de este mensaje, que conservo en mi poder.
El Prof. Heinrich
K. Erben de la Universidad de Bonn, reduce drásticamente la posibilidad
de vida inteligente en algún otro lugar del Universo[31] . Después de
veinticinco años de iniciado el proyecto OZMA no se ha conseguido captar rastro alguno
de señales inteligentes procedentes de otros mundos[32] .
«No tenemos
datos sobre la existencia de vida inteligente fuera del sistema solar. Pero
es verdad que la opinión científica ha evolucionado en los últimos veinte
años en el sentido de considerar cada vez más difícil el que se haya dado
en otros lugares el conjunto de condiciones que se dieron en nuestro planeta,
y que influyeron decisivamente en la habitabilidad y en el desarrollo de la
vida hasta el hombre»[33] . Por eso parece que no
existe vida inteligente en otro lugar de nuestra galaxia[34] .
Y desde luego no hay esperanza de encontrar vida inteligente en otro planeta
del sistema solar[35]
Juan Oró, eminencia bioquímica mundial, Profesor
de la Universidad de Houston (EE.UU.), y uno de los principales investigadores
de la NASA, ha dicho: «No tenemos noticia de vida inteligente fuera de la
Tierra».
«La opinión
científica sobre la vida extraterrestre ha cambiado en los últimos diez o
veinte años. De un optimismo que esperaba encontrar planetas habitados en
todo el Universo, casi alrededor de cada estrella, a un realismo más bien
pesimista. Parece difícil esperar que se hayan dado en otro sitio todas las
condiciones, en el momento preciso y en la forma precisa, para que aparezca
la vida y tenga la posibilidad de desarrollarse hasta donde se desarrolló
aquí en la Tierra»[36]
«El paleontólogo
Peter Ward y el astrónomo Donald
Brownlee han examinado los procesos químicos por los que se pudo
originar la vida en la Tierra, y los factores ambientales que protegieron
este planeta y que crearon las condiciones para que esa vida evolucione a
formas complejas, algo raro en el universo. (...)
»La Tierra
es un planeta tan raro que no se parece a ningún otro cuerpo espacial. Condiciones
para que la vida se haga más compleja: distancia adecuada al Sol para que
el agua se mantenga líquida; masa adecuada del planeta para retener la atmósfera
y los océanos, un vecino masivo como el planeta Júpiter que nos salva de los
asteroides más peligrosos, la justa cantidad de carbono que permita el desarrollo
de la vida, etc. Demasiadas casualidades para ser optimista»[37]
Según el astrónomo
chileno
Repetidas
veces la prensa se ha hecho eco del avistamiento de OVNIS (Objetos Voladores
No Identificados), como si fueran naves extraterrestres. Pero la mayoría de
las veces todo se explicó sin necesidad de acudir a su origen extraterrestre.
Incluso la CIA norteamericana ha reconocido haber atribuido a los OVNIS lo
que eran aviones espías[39] .Otras veces
la aparición de OVNIS se ha explicado después como de origen humano (globos
sonda, fragmentos de satélites artificiales, etc.). Fueron famosos unos círculos
enigmáticos que aparecieron al sur de Inglaterra, en la década de los ochenta,
en unas plantaciones de cereales. Después, en 1991, Doug Bower y Dave Chorley, dos amigos de Southampton,
se confesaron autores de la broma[40] .
1,4. En el
cielo hay millones y millones de estrellas muchísimo mayores que
El Sol es
un millón trescientas mil veces mayor que la Tierra.
En
Alfa de Hércules,
que está a 1.200 años-luz, y es la mayor de todas las estrellas conocidas,
es ocho mil billones de veces mayor que el Sol[43] .
Para aclarar
un poco estos volúmenes descomunales, diremos que la órbita de la Luna dando
vueltas alrededor de la Tierra, de ochocientos mil kilómetros de diámetro,
cabe dentro del Sol; y que el radio de Antares es el diámetro de la órbita
de la Tierra, es decir, de trescientos millones de kilómetros; y que el diámetro
de la órbita de Plutón, que es de doce mil millones de kilómetros, es la décima
parte del radio de Alfa de Hércules. Todo esto me lo ha calculado un astrónomo.
La mayor radio-estrella
conocida es DA-240 que tiene el diámetro de seis millones de años-luz[44] . El diámetro
de esta radio-estrella es sesenta veces mayor que el diámetro de nuestra galaxia,
1,5. Estas
bolas gigantescas van a enormes velocidades.
La Tierra
va a cien mil kilómetros por hora, es decir a treinta kilómetros. por segundo[45] . El Sol
va a trescientos kilómetros por segundo, hacia la Constelación de Hércules.
La Constelación de Virgo se aleja de nosotros a mil kilómetros por segundo[46] .
El Cúmulo de Boyero se desplaza a cien mil kilómetros por segundo[47] .
Por el desplazamiento
hacia el rojo de las rayas del espectro se ha calculado que hay estrellas
que se alejan de nosotros a
1,6. El movimiento
de las estrellas es tan exacto que se puede hacer el almanaque con muchísima
anticipación. El almanaque pone la salida y la puesta del Sol de cada día,
los eclipses que habrá durante el año, el día que serán, a qué hora, a qué
minuto, a qué segundo, cuánto durarán, qué parte del Sol o de la Luna se ocultará,
desde qué punto de la Tierra será visible, etc.
El 2 de octubre
de 1959, fue visible desde
El anterior
eclipse de Sol contemplado desde Canarias, fue el 30 de agosto de 1905, y
se sabe «que habrá que esperar hasta pasado el siglo XXII para ver otro eclipse
total de Sol dentro de nuestras fronteras»[48] .
El año 2005
podremos observar un eclipse anular desde Cádiz[49] .
El cometa
Halley (llamado así en honor del astrónomo Edmundo Halley, contemporáneo y amigo de
Isaac Newton) que como se había
previsto el siglo pasado, pasó junto a nosotros en el año 1910, volvió a pasar
cerca de la Tierra en marzo de 1986 según se había anunciado. Todos
los periódicos del mundo hablaron de él.
Halley (1656-1742) que
observó el cometa en 1682 calculó su órbita y predijo que aparecería de nuevo
cada setenta y seis años, y así ha sucedido[50] .
Volverá a
verse el año 2062. Cuando pasó junto a la Tierra en 1986 fue fotografiado
por la sonda europea Giotto, que se acercó al núcleo del cometa a una distancia
de
Cuando estuve
en Santa Cruz de Tenerife con ocasión de unas conferencias que tuve en la
Residencia de Paso Alto, en enero de 1991, tuve ocasión de visitar el Observatorio
de Astrofísica del Teide, donde tenemos el telescopio de microondas más sensible
del mundo, y donde se estudian las oscilaciones del Sol, etc. Allí hice amistad
con el astrónomo inglés Mark Kidger,
especialista en el estudio del cometa Halley. Me dio algunos datos que pueden
ser interesantes:
El núcleo
del cometa está formado por gases sólidos a 100 grados centígrados bajo cero.
Sus dimensiones son de 7’50 por 8’50 por
Aunque los
chinos ya lo conocían mil años antes de Cristo y ha dado miles de vueltas alrededor
del Sol, terminará por desaparecer, pues cada vez que se acerca al Sol pierde
peso al volatilizarse por el calor, parte de los gases sólidos del núcleo.
La cola del cometa no va hacia atrás, como la estela de un avión de reacción,
sino que arrastrada por el viento solar se desplaza en el sentido opuesto
al Sol, como el humo de una locomotora en marcha, que se desplaza lateralmente
si hace un viento fuerte.
1,7. La precisión
del movimiento de los astros sería imposible conocerlo si el orden del movimiento de los astros no
fuera calculable matemáticamente.
Por eso James
Jeans, ilustre matemático y Presidente de
Paul Dirac, Catedrático de Física Teórica de
la Universidad de Cambridge y uno de los científicos más sobresalientes de
nuestra generación, dijo en
1,8. Todo
este orden maravilloso requiere una gran
inteligencia que lo dirija. ¿Qué pasaría en una plaza de mucho
tránsito -como la Cibeles de Madrid- si los conductores quedaran repentinamente
paralizados y los vehículos, sin inteligencia, abandonados a su propio impulso?
En un momento tendríamos una horrenda catástrofe.
1,9. Cuanto
más complicado y perfecto sea el orden, mayor debe ser la inteligencia ordenadora.
Construir un reloj supone más inteligencia que construir una carretilla.
Si un día
naufragas en alta mar, y agarrado a un madero llegas a una isla desierta,
aunque allí no encuentres rastro de hombre, ni un zapato del hombre, ni un
trapo de hombre, ni una lata de sardinas vacía, nada; pero si paseando por
la isla desierta encuentras una cabaña, inmediatamente comprendes que en aquella
isla antes que tú estuvo un hombre. Comprendes que aquella cabaña es fruto
de la inteligencia de un hombre. Comprendes que aquella cabaña no se ha formado
al amontonarse los palos caídos de un árbol. Comprendes que aquellas estacas
clavadas en el suelo, aquellos palos en forma de techo y aquella puerta giratoria
son fruto de la inteligencia de un hombre.Pues si unos palos en forma de cabaña
requieren la inteligencia de un hombre, ¿ no hará falta una inteligencia para
ordenar los millones y millones de estrellas que se mueven en el cielo con
precisión matemática?
Isaac Newton (1642-1727) y Johannes Kepler (1571-1631) formularon
matemáticamente las leyes que rigen el movimiento de las estrellas del Universo;
pero Newton y Kepler no hicieron esas leyes, porque las
estrellas se movían según esas leyes muchísimos años antes de que nacieran
Newton y Kepler. Luego hay alguien
autor de esas leyes que rigen el movimiento matemático de las estrellas.
Por eso el
cosmonauta Borman dijo desde
la Luna:«Nosotros hemos llegado hasta aquí gracias a unas leyes que no han
sido hechas por el hombre». Y Newton:
«El conjunto del Universo no podía nacer sin el proyecto de un Ser inteligente»[56] .«Me basta
-ha dicho Alberto Einstein-
reflexionar sobre la maravillosa estructura del Universo, y tratar humildemente
de penetrar siquiera una parte infinitesimal de la sabiduría que se manifiesta
en la Naturaleza»[57].
Dijo también: «Dios no juega a los dados»[58]
La inteligencia
que ordena las estrellas en el cielo y dirige con tanta perfección la máquina
del Universo es la inteligencia de Dios.
Por eso dice
la Biblia: «Los cielos cantan la
Las criaturas
son dedos que me señalan a Dios. Pero hay gente que se queda mirando el dedo
y no ve más allá.
«Nada menos
que André Gide dijo: “No creer
en dios es mucho más difícil de lo que se piensa. Para seguir haciéndolo es
necesario abstenerse de mirara la Naturaleza y de reflexionar sobre lo que
vemos»[60].
Resulta ridículo
que Salvatore Quasimodo dijera,
cuando los soviéticos lanzaron el Sputnik, en octubre de 1957: «El hombre
le está haciendo la competencia a Dios en el dominio del espacio».
Puede ser
interesante mi vídeo titulado: La astronomía
lleva a Dios[61] .
1,10. No es
lo mismo Astronomía que Astrología. La Astronomía es ciencia; la
Astrología, en la que se basan los horóscopos, cuento. Así opinan Shawn Carlson, Físico de los Laboratorios
Lawrence Berkeley (California)
y Andrew Fraknoi, responsable
de
Recientemente doscientos cincuenta
y ocho científicos del mundo entero han firmado un manifiesto a la prensa
para desengañar al pueblo crédulo que se fía de la Astrología, debido a la
propaganda que hacen de ella los medios de comunicación. Entre otras cosas,
en este manifiesto se dice lo siguiente:
«Es simplemente
un error imaginar que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas
en el momento del nacimiento, pueden, de alguna forma, determinar nuestro
futuro. Tampoco es verdad que la posición de los objetos celestes hagan que
ciertos días o períodos de tiempo sean más favorables para emprender algún
tipo de actividad, o que el signo bajo el que uno ha nacido determine la compatibilidad
de su relación con otras personas...Creemos llegado el momento de rechazar
vigorosamente las afirmaciones pretenciosas de los astrólogos charlatanes.
Quienes continúan teniendo fe en la astrología lo hacen a pesar de que no
hay ninguna base científica para sus creencias, y sí una fuerte evidencia
de lo contrario»[63].
La prueba
de que los astros no determinan el futuro de las personas se confirma por
el hecho de que dos hermanos gemelos, que nacieron con la misma estrella,
uno tiene una muerte trágica de niño, y el otro tiene una vida larga, próspera
y feliz.
El profesor
Stanley L. Jaki de la Universidad
de Seton Hall de New Jersey.
(EE.UU.) manifestó que la astrología carece de fundamento científico[64] .
Creer en los
horóscopos es pura superstición. Lo que ocurre es que cuando disminuye la
fe en Dios aumenta la credulidad en las supersticiones.
Lo mismo podríamos
decir de los futurólogos.
En agosto
de 1999 todos los medios de comunicación se hicieron eco de la profecía de
Nostradamus, según la cual el fin del mundo
sería el próximo día 11. La profecía fue un fracaso. Por eso hoy seguimos
vivos.
Doce personas
se suicidaron por miedo a lo que iba a pasar el 11 de agosto[65].
Para esa misma
fecha otros anunciaron una catástrofe en París, hasta el punto de que el célebre
diseñador Rabanne clausuró sus
tiendas en París[66]. Tampoco pasó nada
catastrófico.
Es curioso
que ningún futurólogo avisó del tremendo acto terrorista del 11 de septiembre
del año 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, en el que murieron tres
mil personas. No lo dijeron porque no lo sabían. Si lo hubieran sabido, lo
hubieran dicho; y además de hacerse famosos, hubieran evitado una catástrofe.
1,11. La
máquina fotográfica fue un descubrimiento transcendental para la
cultura de los hombres. Antes, sólo se podía conocer lo que se veía con los
propios ojos. Desde que se inventó la fotografía es posible conocer los paisajes,
los monumentos, las obras de arte y los grandes personajes del mundo entero
sin salir del lugar en que se ha nacido.
El invento
de la máquina fotográfica supone una gran inteligencia, y los hombres han
tardado muchos años en descubrirla. No se descubrió hasta el siglo pasado.
Sin embargo,
mucho antes de que los hombres inventasen la máquina fotográfica -desde el
principio de la humanidad- ya estaba inventado el ojo humano, maravillosa
máquina fotográfica, que saca diez fotos por segundo, no es necesario pasar
el carrete y además se enfoca sola gracias a la maravillosa constitución del
cristalino. El inventar el ojo supone todavía más inteligencia que el inventar
la máquina fotográfica.
El Catedrático
de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Clermont-Ferrand y de
«El corazón
late unas setenta veces por minuto. A lo largo de una vida lo ha hecho unas
tres o cuatro mil millones de veces. Por cada contracción aspira y riega un
decilitro de sangre, lo que supone
¿Qué máquina
hecha por el hombre puede hacer esto, sin mantenimiento ni recambios?
La hoja verde
es una fábrica de oxígeno. Con la luz del Sol la función clorofílica de las
plantas transforma el anhídrido carbónico que exhalamos al respirar en oxígeno.
Unos científicos
de la Universidad de Sevilla han logrado repetir el en laboratorio lo que
hacen las plantas.
El ejército
norteamericano ha conseguido una seda muy resistente para el tejido de los
soldados fabricando una fibra de tela de araña sintética[69].
La célula
es una fábrica de productos químicos.
La cadena
del ADN es el manual de instrucciones para fabricar estos productos cuando
los necesita. Este manual está escrito solamente con cuatro letras (C,G,A,T)
que representan cuatro bases diferentes. Las distintas combinaciones de estas
bases forman los genes. Cada gen es un trozo del ADN[70] .
Uno de los
grandes adelantos de la aviación moderna es el piloto automático con el cual un avión puede
volar sin ningún hombre que lleve los mandos.
Pero los hombres
no han inventado todavía ni inventarán jamás, un avión que no sólo vuele sin
piloto, sino que además se busque él solo la gasolina, se haga él solo el
hangar y, lo que es más, fabrique él solo otros aviones como él, que a su
vez hacen otros aviones, y así indefinidamente.
Este avión
maravilloso que nos parece imposible que se invente jamás, existe desde tiempos
remotísimos: son los pájaros.
El pájaro
es un avión que vuela solo, se busca él solo la gasolina (alimento), se hace
él solo el hangar (nido), unas veces con ramajes y otras con cemento (nido
de golondrinas).
¿Y cómo se
fabrica este avión?
¡Con sólo
calentar un huevo!
Con poner
un huevo de gallina a cuarenta grados centígrados de temperatura, durante
veintiún días, sale un pollito saltando y piando.
En el huevo
frito que te ponen delante en la mesa, ¿me quieres decir dónde está el pico,
los ojos, las plumas?
¿Cómo se forma
todo esto en el pollito?
Con sólo calentar
el huevo un poco.
¡Qué invento
tan maravilloso es el del huevo!
¡Qué inteligencia
tan grande supone inventar el huevo!
En el huevo,
lo mismo que en la Naturaleza toda, hay leyes que rigen su evolución.
Pero los hombres
no saben inventar un huevo artificial que poniéndolo en una incubadora saque
un pollito, el cual ponga a su vez otros huevos de los que nazcan nuevos pollitos,
y así sucesivamente. El hombre no lo sabe, pero lo sabe Dios que es el inventor
de la Naturaleza.
El colibrí
sabe volar hacia atrás: se acerca a la flor a chuparle el néctar con su largo
pico, y luego retrocede. Nuestros aviones no pueden volar hacia atrás.
En 1966 estuve
dando conferencias en
Hoy hay ordenadores
que pueden realizar veintidós millones de operaciones por segundo[71]. Recientemente la
IBM ha presentado el ordenador más rápido y potente del mundo: el Pacific
Blue, capaz de calcular tres trillones de operaciones por segundo[72].
Pero la calculadora
no tiene inteligencia. La inteligencia está en el que la inventó.
Aunque parece
una máquina inteligente, sin embargo, no progresa por sí misma, no es consciente
de sus propios actos.
La máquina
no sabe lo que hace, ni por qué debe hacerlo así, y no de otra manera.
La máquina
sólo puede resolver mecánicamente el tipo de problemas para los que la ha
preparado de antemano un ser inteligente[73] .
«Ninguna máquina es capaz de
plantearse problemas que no le hayan sido previamente planteados»[74] .
El robot no
puede programarse a sí mismo[75] .
Dice D.
Salvador de Madariaga: «La máquina es un pensamiento cristalizado;
jamás se vio una máquina que no fuera consecuencia de un pensamiento»[76] .
La máquina no piensa por sí misma, no fabrica ninguna
información nueva, es incapaz de un pensamiento creador, se limita a ejecutar
el programa que ha recibido.
El pensamiento
creador y la iniciativa pensante está en el hombre[77] .
«Una máquina
muy perfeccionada podría hacer muchas cosas, pero nunca podrá sustituir al
hombre»[78] .
El cerebro
tiene catorce mil millones de neuronas.
En el organismo
humano hay alrededor de sesenta billones de células.
Todas estas
células evolucionan según un plan determinado[79] .
De la fusión
de dos células (el espermatozoide y el óvulo) proceden los cien billones
de células que forman el ser humano. Y las especializaciones de cada célula
(muscular, adiposa, cardíaca, hepática, renal, etc) es superior a todas las
especializaciones creadas por el hombre en profesiones, técnicas, artes y
oficios[80] .
Estas células
tienen un sistema inmunitario para defenderse de los enemigos exteriores:
son los fagocitos (leucocitos = glóbulos blancos), que detectan al enemigo,
lo analizan, lo identifican, y organizan su destrucción[81]
«Una máquina
electrónica abarca una serie de acciones planificadas.
»La señal
de comienzo de una acción depende de los resultados de la acción precedente.
»Los animales
“funcionan” de acuerdo con líneas similares.
»En respuesta
a un estímulo condicionado ejecutan un movimiento reflejo (...)
Las máquinas
electrónicas operan de acuerdo con programas estrictos y detallados, de los
cuales no pueden desviarse ni un ápice.
Una máquina
lo único que puede hacer es ejecutar su propio programa.
No introduce
en el proceso ningún elemento creativo»[82] .
Hoy se habla
impropiamente de inteligencia artificial.
D.
1,12. Los
animales se mueven por instintos.
El instinto
hace que el pajarillo busque palitos para hacer su nido, y que el orangután
coja un palo para alcanzar la fruta del árbol.
Y estos instintos
se trasmiten por generación a sus descendientes.
Los animales
tienen instintos maravillosos.
Según las
investigaciones del Dr. Walter Frese,
del Instituto Max Planck, las
palomas mensajeras se orientan en sus vuelos gracias a una especie de brújula
biomagnética que tienen[84] .
Los tiburones
se orientan durante las migraciones sirviéndose del campo magnético terrestre[85] .
Las abejas
utilizan para orientarse la polarización de la luz y ven el ultravioleta[86]
Los elefantes
se comunican por infrasonidos. Los investigadores americanos Payne y Poole han logrado identificar más
de treinta modulaciones diferentes entre las comunicaciones entre elefantes[87] .
La serpiente
de cascabel posee un magnífico detector de rayos infrarrojos de exquisita
sensibilidad para advertir la presencia de su presa en la oscuridad[88] .
Hay mariposas
que ven con rayos ultravioleta, como nuestros científicos modernos.
Los delfines
localizan los obstáculos sumergidos en el agua por medio de una sonda acústica
como los barcos modernos[89].
Según los
investigadores Ott y Schaeffel el ojo del camaleón le permite
medir con precisión la distancia de su presa, como un moderno aparato de telemetría[90]
Recientemente, la empresa norteamericana,
AIR TASER, de Arizona, ha difundido
una pistola eléctrica, de defensa personal, que deja electrocutado temporalmente
al agresor. Esto es lo que hace el pez «Raya eléctrica del Pacífico», que
para cazar a su presa le lanza una descarga eléctrica de 220 voltios y 20
amperios. Este pez habita en las aguas de
Un murciélago
sin ojos vuela sin tropezar en una habitación cruzada por cables en todas
direcciones. ¿Cómo se guía? El murciélago no lo sabe, pues no tiene inteligencia;
pero lo sabe Dios que es quien ha hecho el murciélago y le ha dotado de una
especie de radar que emite ondas ultrasonoras, según los estudios de los norteamericanos
Griffin y Galambos[92] . ¡Qué inteligencia
tan grande tiene el inventor de la Naturaleza!
1,13. Toda
la Naturaleza está llena de maravillas:
Las golondrinas
en sus migraciones recorren al año quince mil kilómetros.
Las ocas rebasan
el Himalaya a seis mil metros de altura.
Las arañas
producen al mes tres kilómetros de hilo.
La mariposa
tiene veinte mil ojos.
La abeja reina
pone tres mil huevos al día.
La malva produce
al año veinticinco millones de peces.
Dios es más
maravilloso en lo pequeño que en lo grande.
En 1989, con
ocasión de un trabajo de investigación que estaba haciendo un equipo
de ingenieros sobre el Sudario de Oviedo, para confirmar la autenticidad de
No sabe uno
que admirar más, si las maravillas grandes o las pequeñas.
Si las velocidades
de las estrellas, o la rapidez de la mosca moviendo sus alas 480 veces por
segundo.
Si el tamaño
de los astros, o la maravillosa constitución del átomo compuesto de electrones,
protones, neutrones y demás partículas subatómicas de existencia efímera[93], en el que
los electrones giran alrededor del núcleo, que representa al resto del átomo
lo que una pulga a un estadio de fútbol[94].
La complicación
del ADN es tan grande que «requiere una inteligencia»[95] .
«El átomo
es la porción indivisible de un elemento químico. Si lo dividimos en partículas
subatómicas, deja de ser ese elemento químico. (...) Y está prácticamente
vacío. Si el núcleo fuera del tamaño de una canica, los electrones estarían
a una distancia de un kilómetro»[96]. El núcleo del átomo
mide una billonésima de centímetro[97].
«En el seno
de los laboratorios de física, y en las profundidades de enormes aceleradores,
comenzaron a descubrirse nuevos elementos y partículas, cada vez más pequeñas,
hasta llegar a los «quark», que parecen ser verdaderamente los últimos componentes
de la naturaleza»[98].
No sabe uno
qué admirar más, si la exactitud del movimiento de los astros, o el prodigioso
instinto de las abejas para hacer las celditas exagonales de su panal con
la perfección con que podría calcularlas el mejor de los ingenieros: la forma
exagonal permite la máxima capacidad con el mínimo material, uniendo la resistencia
al aprovechamiento del espacio intermedio. Las abejas realizan en sus colmenas
un difícil problema de estereometría con más precisión que el célebre matemático
König, que al hacer el cálculo
se equivocó por una errata en la tabla de logaritmos[99].
Los sapientísimos
instintos de los animales, y las leyes todas del Universo están diciendo a
voces que han sido hechos por una gran inteligencia.
Precisamente
es muy reciente el nacimiento de una nueva ciencia, la Biónica, que se basa en el estudio de los
seres vivos para hacer aplicaciones por los ingenieros[100]. El nombre de Biónica
es contracción de biología y electrónica.
La Naturaleza
ha conseguido cosas de técnica superior a la del hombre. El hombre no ha llegado
al vuelo en zig-zag como la mosca, ni a la bioluminiscencia de algunos gusanos
y peces de las profundidades abisales que emiten luz de su cuerpo.
1,14. La evolución misma que hoy se estudia en
distintos campos de la ciencia, responde a unas leyes que rigen ese proceso
evolutivo, y que armonizan todas las evoluciones del Universo.
La razón suficiente
de las leyes que rigen esta evolución es la inteligencia de Dios[101] .
Antes se consideraba
la Naturaleza actual como obra directa e inmediata de Dios.
Hoy la consideramos
más bien como el resultado de unas leyes que Dios ha puesto en
No puede haber
leyes si alguien no las hace.
La ley supone
un legislador inteligente, distinto de ella. Todo el mérito de la ley es de
quien la ha puesto.
El Dr. Bermudo
Meléndez, presidente de
El Padre Teilhard
de Chardin, que es actualmente el jesuita de
más fama internacional en el terreno de la evolución, dice que «la evolución,
como todos los procesos naturales, es un proceso sujeto a una ley que señala
una dirección»[103].
Newton, hablando del cosmos
dijo: «Hay que reconocer la voluntad y el dominio de un Ser Inteligente y
poderoso»[104].
Y en otro
sitio: «¿De dónde proviene todo ese orden y belleza que vemos en el mundo?
¿Fue el ojo ideado sin ingenio en materia de óptica? ¿No parece claro que
existe un Ser Inteligente?»[105].
Einstein escribió en The
World as I see it: «La ley del cosmos revela una inteligencia de
tal superioridad que comparada con ella todo pensar humano es insignificante».
El Premio
Nobel de Física Alfredo Kastler
declaraba en agosto de 1968: «La idea de que el mundo, el Universo material,
se ha creado él mismo, me parece absurda.
»Yo no concibo
el mundo sino con un Creador, por consiguiente, Dios. Para un físico,
un solo átomo es tan complicado, supone tal inteligencia, que un Universo
materialista carece de sentido».
Toda organización
supone un organizador. Si en la Naturaleza hay seres organizados, es inevitable
reconocer la existencia de una inteligencia organizadora.
El gran filósofo
inglés David Hume, dice al final
de su obra Historia natural de la Religión
: «La organización de la naturaleza, en su totalidad, nos habla
de un Autor inteligente»[106].
1,15. Es absurdo
pensar que la Naturaleza se ha hecho sin la intervención de una inteligencia.
¿Te parece posible que un mono tecleando en una máquina de escribir componga
este libro que tienes en las manos?
Pues esto
es mucho más probable que suponer que no ha intervenido una inteligencia en
la formación del ojo humano (maravillosa máquina fotográfica), la agilidad
de una mosca en el aire, o la función clorofílica de una hoja verde,
que es un auténtico laboratorio químico.
Las plantas
son sensibles al aire, al Sol, a la luz, a la oscuridad, a la electricidad,
al magnetismo, etc.; sintetizan sustancias y fabrican oxígeno[107]: las plantas con
la luz del Sol, desprenden oxígeno del agua, y absorben el anhídrido carbónico
para sintetizar glucosa.
En 1976 un
grupo de científicos españoles de la Universidad de Sevilla ha logrado en
el laboratorio repetir lo que hacen las plantas. Es decir, que este fenómeno
se realiza en las plantas según unas reacciones de leyes determinadas. Donde
hay ley, orden, organización, hay inteligencia.
Azar es lo que sucede
sin ser dirigido por una inteligencia[108] .
No es lo mismo
«azar» que «falta de información».
El que salga
«cara» o «cruz» al tirar una moneda al aire, más que azar es falta de información.
Si conociéramos todas las variables que intervienen, podríamos saber si iba
a salir cara o cruz.
Lo mismo habría
que decir de la cara que queda arriba al tirar un dado. El que no sepamos
predecirlo no significa que no se deba a leyes determinadas.
Por eso, muchas
cosas que atribuimos al azar es por falta de información.
En cambio,
el ciego azar es totalmente aleatorio, como sería que un mono, tecleando en
una máquina de escribir, sacara el libro que tienes en las manos.
Lo casual
no se repite varias veces seguidas.
Lo que sale
por casualidad no es repetible a voluntad todas las veces que se desee, por
ejemplo el Premio Gordo de la lotería; en cambio, lo que es fruto de la inteligencia,
sí se puede repetir a voluntad.
Por eso el
hecho científico puede repetirse a discreción, pues siempre se pueden conseguir
los mismos efectos al poner las mismas causas.
Pero lo que
sale por azar no puede repetirse a voluntad.
Las letras
que forman este libro han necesitado muchas horas de trabajo para que digan
lo que dicen.
Si yo meto
en un cubo todas estas letras y las tiro al suelo, hay una probabilidad
contra miles de millones de que las letras salgan en el orden que tienen en
mi libro. Y desde luego todo el mundo comprenderá que no saldría cincuenta
veces seguidas. Las cincuenta ediciones de mi libro no hubieran salido con
meter las letras en un cubo y tirarlas al suelo cincuenta veces.
Este libro
tiene un millón de letras sin contar puntos y comas.
Al tirarlas
al suelo, ni siquiera caerían derechas y en línea recta.
Para que las
letras se ordenen formando palabras, y las palabras se ordenen formando frases,
hace falta una inteligencia ordenadora.
Evidentemente, el orden que las letras
tienen en este libro es uno de los órdenes posibles.
Pero la probabilidad
de que caigan las letras en este orden es una contra un número que tiene tres millones de cifras. El cálculo se ha
hecho con calculadora. El número es tan grande que si lo nombráramos por su
nombre propio, pocas personas lo entenderían: el número de permutaciones es
de quinientos milillones (500.000 grupos de seis cifras).
Para escribirlo
con números del tamaño de las letras de este libro necesitaríamos una tira
de papel de seis kilómetros de larga.
Es decir,
la probabilidad de que salga
este libro al tirar las letras del cubo al suelo es prácticamente nula. Y menos aún que salga
cincuenta veces seguidas.
La prueba
es que si alguien se apostara un millón de pesetas de que lo conseguiría,
cincuenta veces seguidas, como las ediciones de este libro, aceptaríamos encantados
la apuesta, seguros de ganarla.
Pues si para
hacer este libro hace falta una inteligencia ordenadora, ¿se habrán formado
sin inteligencia ordenadora las moscas, las flores, los pájaros y el cosmos
de precisión matemática?
Una sinfonía
no se compone poniendo a un mono a teclear en un piano.
Dice Paul
Davies en su libro La mente de Dios : «Cuesta trabajo creer
que este intrincado universo exista por casualidad»[109].
El que contemplando
el mundo sólo ve materia, es como el que entra en
Salvador de Madariaga dice: «Creo que la atribución del
Universo y de la vida a la copulación del azar con la necesidad es un disparate
de tal envergadura, que no hay intelecto humano medianamente ejercitado que
lo pueda sostener en serio; y que la prueba de la existencia de un Creador
es cosa al alcance de cualquier cabeza sana»[110].
«El azar es
algo inconsistente y poco creíble»[111] . El azar no explica
nada. Es tan sólo la razón de nuestra ignorancia. Llamamos azar al suceso
que no hemos podido prever[112].
El hecho de
que al echar los dados no podamos prever qué cara quedará arriba, no significa
que eso no se deba a una porción de combinaciones de fuerzas que no conocemos
de antemano, pero que existen.
Por eso dijo
Jules-Henri Poincaré, Profesor
de Física Matemática en la Universidad de París: «El azar no es más que la
medida de nuestra ignorancia»[113]. Y Monod reconoce que su tesis del azar es «una
declaración de ignorancia»[114] .
Dice Wenher
von Siemens: «Cuanto más penetro en el reino de las fuerzas de
la naturaleza, tanto más sube mi admiración de la Sabiduría que resplandece
en la Creación»[115].
«El estudio
objetivo de la Naturaleza, en su complejidad, no puede contentarse con el
azar, estando ausente la inteligencia; sino debe admitirse que la Naturaleza
reclama una Mente Superior»[116].
Y Kastler, Premio Nobel, afirma: «Querer admitir
que el azar haya creado el ser viviente me parece absurdo»[117].
1,16. Que
la Naturaleza se rige según
unas leyes es algo indiscutible.
Estas leyes
de la Naturaleza, son la base de la Ciencia.
«El hombre
de Ciencia sabe que idénticos efectos en idénticas circunstancias presuponen
idénticas causas»[118]. Sin tales premisas
la Ciencia resultaría imposible.
Aunque es
verdad que algunas veces intervienen tantos factores que es muy difícil predecir
de antemano lo que ocurrirá: como si saldrá cara o cruz al echar una moneda
al aire. Entonces se acudirá al «cálculo de probabilidades» y estadísticas.
De ahí el «principio de indeterminación» de Heisenberg en la microfísica donde tanto
desconocemos; pero esto no niega que el resultado se deba a leyes determinadas[119].
Admirar la
Naturaleza e ignorar a Dios sería como admirar una máquina automática por
la perfección de su funcionamiento e ignorar la inteligencia del ingeniero
que ha hecho posible esa máquina.
Por eso la
Biblia dice que los que no conocen a Dios a través de la Naturaleza son unos
necios[120]. Afirma la Biblia:
«Dijo el necio: No hay Dios»[121].
.Y en otro lugar: «Los cielos cantan la
gloria de Dios»[122] .«Dios se
hace visible a través de sus obras, por eso quienes no le glorifican
no tienen excusa»[123].
El Concilio
Vaticano I condena a los que nieguen que la razón humana no pueda demostrar
con certeza la existencia de Dios: «
Carlos Rubbia, Premio Nobel de Física, Director
del Laboratorio Europeo para la Física de las Partículas, dice: «Hablar del
origen del mundo lleva a pensar en
Igualmente,
la belleza del plumaje de colores de algunos pájaros me hablan del talento
del artista que concibió esa armonía de colores.
Donde hay
una obra de arte hay un artista. Hasta el blasfemo Voltaire dijo: «No puedo imaginar que haya
un reloj sin relojero»[126] .
Y André Gide: «Para no creer en Dios es absolutamente
necesario abstenerse de mirar la naturaleza y reflexionar sobre lo que vemos»[127] .
Por eso «por
más que retrocedamos en el tiempo no encontraremos ningún pueblo sin religión,
sin creencias, preceptos y ritos cuya finalidad es poner al hombre en relación
con la Divinidad»[128] .
1,17. A
ese ser tan inteligente, que ha hecho la Naturaleza y ha puesto
en ella esas leyes tan maravillosas que rigen su funcionamiento, llamamos
DIOS[129] .
Dice Paul
Davies, Profesor de Física Matemática en la Universidad de Adelaida
(Australia): «A través de mi labor científica he llegado a creer más y más
fuertemente que el universo físico está ensamblado con una dosis de ingenio
tan sorprendente que no puedo aceptarlo simplemente como un hecho brutal.
Ha de haber, pienso, un nivel más profundo de explicación. si uno quiere llamar
“Dios” a ese nivel es una cuestión de definición»[130] .
«Los propios
hombres de ciencia dan por supuesto que vivimos en un cosmos racional, ordenado,
sometido a leyes precisas que pueden ser descubiertas por el razonamiento
humano»[131] .
Los científicos
hablan hoy del Principio antrópico, según
el cual «las leyes del universo son exactamente las precisas para que pueda
aparecer el hombre sobre
Después de
lo dicho resulta ridícula la propaganda atea del comunismo.
En el libro
Sputnik ateísta”(Moscú 1961, pg. 365) se dice: «A partir de la
astronáutica ya no es posible creer en la existencia de Dios. Los sputniks no han descubierto a Dios en su
morada celeste»[133].
¿Es que pensaban
detectar a Dios con el sputnik? El sputnik no detecta a Dios, pero nuestra
inteligencia sí.
Las realidades
espirituales no se detectan con instrumentos materiales. Los aparatos pueden
estudiar el tejido de un lienzo y la composición química de los colorantes,
pero no la ilusión y la alegría con que se ha pintado el cuadro.
Dios no es,
como dice Feuerbach, discípulo
de Hegel, «el producto imaginativo
de la indigencia y los deseos del hombre», sino que la afirmación de la existencia
de Dios es consecuencia de la búsqueda intelectual al hombre que investiga
la razón suficiente de las leyes del cosmos, que suponen la existencia de
un Creador inteligente.
«Nada existe
sin razón suficiente.
»Si una piedra
que estaba en la calle la vemos en lo alto de un edificio, sabemos que no
está allí sin “razón suficiente”: alguien la subió.
»Nada existe
sin causa adecuada.
»Esa relación
causa-efecto es la base de la medicina y de
No se trata
de probar la existencia de Dios por la ciencia; pues la ciencia se basa en
hechos experimentales, y Dios no es el resultado de un trabajo de laboratorio.
Pero es deducción de los hechos científicos.
La Filosofía
razona sobre los datos que da la ciencia, y así podemos llegar al conocimiento
de Dios.
«La ciencia
de hoy da al hombre moderno materiales para que crea razonablemente» (Profesor Taltavull).
El conocimiento
científico tiene un valor, pero no podemos olvidarnos del sentido común. Cuando
Descartes dice «pienso, luego
existo», su razonamiento es perfectamente válido. Con su «duda metódica» «quiso encontrar un punto
de apoyo que fuera incontrovertible»[135] .
La Ciencia
responde al «cómo» ocurren las cosas; pero no al «por qué». Esto es propio
de la Filosofía.
«El hombre
siempre ha sido filósofo y científico al mismo tiempo»[136].
«La racionalidad
científica debe abrirse a la racionalidad filosófica, y viceversa: así lo
demandan hoy científicos como Prigogine y d’Espagnat, filósofos realistas como Zubiri
y Guitton, y, en fin, filósofos de la ciencia,
entre los que tal demanda es hoy un auténtico clamor. (...) Se trata de que
no vuelva a producirse la situación humorísticamente descrita por Gilson en estos términos: “nada iguala la
ignorancia de los filósofos modernos en cuestiones de ciencia, excepto la
ignorancia de los científicos modernos en cuestiones de filosofía”»[137].
1,18. Además
de las leyes de la Naturaleza, como dice el Catedrático de la Universidad
de Madrid, D. Juan Zaragüeta
en ABC, las leyes de la conciencia,
que mandan practicar el bien y evitar el mal, también nos hablan de la existencia
de Dios, «pues nadie se manda a sí mismo, sino que la conciencia recibe las
órdenes de un Ser Superior a ella, que es precisamente Dios»[138].
Kant escribió: «Hay dos
cosas que llenan mi mente de admiración y respeto, el cielo estrellado, encima
de mí, y la ley moral, dentro de mí. Para mí son pruebas de que hay un Dios
por encima de mí y dentro de mí»[139] .
«La Ley moral,
la obligación de hacer el bien y evitar hacer el mal, es una ley universal
impuesta a todos los hombres: sólo Dios está por encima del hombre y puede
imponerle la ley moral»[140] grabando en su conciencia esta
obligación y el consiguiente remordimiento en caso de incumplirla.
«En lo profundo
de la conciencia, descubre el hombre una ley que no se da él a sí mismo, pero
a la que debe obedecer; y cuya voz resuena oportunamente en los oídos de su
corazón invitándole siempre a amar y obrar el bien, y a evitar el mal: “haz
esto, evita aquello”. Porque el hombre lleva en su corazón una ley escrita
por Dios»[141] . Todos los
hombres llevan escrito en sus corazones lo que Dios manda o prohíbe, y de
ello es testigo la conciencia[142] .
El remordimiento de conciencia es superior a nosotros mismos.
El remordimiento
de conciencia, es prueba de la existencia de Dios,
pues se impone el reconocimiento de un Ser Superior que nos impone la ley
del bien y del mal en nuestro interior. Por eso nos remuerde un asesinato
aunque no lo sepa nadie, y nadie pueda enterarse. La conciencia es la voz
de Dios que me impone el imperativo moral de hacer el bien y evitar el mal[143].
¿Quién, sino
Dios, puede entrar hasta lo más íntimo del hombre para aplaudirle cuando obra
el bien y flagelar su alma con el remordimiento cuando ha obrado el mal, aunque
no lo haya visto nadie[144] ?
1,19.También podemos conocer a Dios
por la fe.
Él mismo nos dice quién es, lo que
ha hecho, lo que nos ha dado, lo que nos promete, lo que nos enseña, lo que
le agrada, lo que quiere de nosotros, etc[145].
1,20. es curioso que el número de oro 1,61803398... que determina
la proporción áurea, base de
la armonía y de la belleza, conocida
por los artistas asirios, babilonios, egipcios, griegos, romanos y medievales
haya sido hoy confirmada por la electrónica, y resulta omnipresente desde
el microcosmos al macrocosmos. Esta armónica proporción de las partes con
el todo se encuentra en la zoología, botánica y mineralogía. «Da la impresión
de que es uno de los fundamentos sobre los que está construido el cosmos»[146] .
Es lo de la Biblia (Sabiduría 11:20):
«Todo lo hiciste con medida».
[1] Evangelio de SAN
JUAN, capítulo 4, versículo
24
[2] Evangelio de SAN
JUAN, 1:18
[3] SHEED: Teología y sensatez, I, 2. Ed.
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[4] SAN PABLO: Carta a los
Romanos, 1:20
[5] ANTONIO DÚE,
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[7] Diario YA del
21-IV-83, pg. 30s.
[8] Diario YA del
22-VI-88, pg. 23.
[9] Noticias de la
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[10] Diario LA RAZÓN del
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[11] MANUEL CARREIRA, S.I.:
Profesor de Física y Astronomía en la Universidad de Cleveland (EE.UU.); Antropocentrismo científico y religioso.
Ed. A.D.U.E. Madrid, 1983
[12] MANUEL CARREIRA,
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materia,VIII. Universidad de Comillas. Madrid.
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INTERNET,
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[17] BERNARD LOWELL,
Director del Observatorio de Radioastronomía e Jodrell Bank: Conocimiento actual del universo, II Ed.
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[19] MANUEL CARREIRA,
S.I.: El creyente ante la Ciencia, II,
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[20] Revista INVESTIGACIÓN
Y CIENCIA, n. 45 (VI-80), pg.. 78.
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[27] ISAAC ASIMOV: Diario
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[29] NOTICIAS DE
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[30] Revista IBÉRICA de
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[31] Diario YA de Madrid,
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[32] Diario YA de Madrid,
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[33] MANUEL CARREIRA, S.I.,
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[36] MANUEL M. CARREIRA,
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[56] ISAAC
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[57] ANTONIO DÚE, S.I.
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[58] MAX BORN: Ciencia y conciencia de
[59] Salmo, 19:2
[60] VITTORIO
MESSORI:Algunas razones para creer,
XIV.Ed.
Planeta+Testimonio.Barcelona.2000
[61] Pedidos al autor:
Apartado 2546. 11080-Cádiz. Tel.: (956) 222 838. FAX: (956) 229
450
[62] Diario YA del
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[63] ANDRÉS BRITO: Ciencia “versus” Astrología. La Gaceta de
Canarias, 9-IX-90, pg.39
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[67] Revista IBÉRICA de
Actualidad Científica. La evolución y el azar, n.163 (I-76),
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[68] MANUEL QUIRELL:
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[69] Diario LA RAZÓN,
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[70] TOMÁS ALFARO: El Señor del azar, 1ª, II, 2. Ed.
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[71] Diario ABC de Madrid,
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[72] INTERNET: Boletín SOI,
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[73] LUIS MIRAVITLLES:
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[74] YELENA
SAPÁRINA: El hombre, animal cibernético, V,
11. Ed. Planeta. Barcelona, 1972
[75] Revista IBÉRICA de
Actualidad científica, n.160 (X-75), 349
[76] SALVADOR DE
MADARIAGA: Dios y los españoles, 2º,
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[77]CLAUDE TRESMONTANT: El problema del alma, II, 5. Ed. Herder.
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[78] VINTILA HORIA:
Viaje a los centros de la Tierra, 2º, II,
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[79] CLAUDE
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[80] SALVADOR BORREGO:
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[81] SALVADOR BORREGO:
Dogmas y crisis,III.
México. 1994.
[82] YELENA
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[86] MANUEL M. CARREIRA,
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[87] Diario ABC de Madrid,
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[88] Revista INVESTIGACIÓN
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[92] P. RIAZA, S.I.
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[93] MANUEL
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[95] SILVANO
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[96] TOMÁS ALFARO: El Señor del azar, 1ª, I, 1,b. Ed.
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[97] MANUEL QUIRELL:
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Ed. Monte Casino. Zamora. 1977.
[98]
[99] JESÚS SIMÓN,
S.I.: A Dios por la
Ciencia,XIV. Ed. Codesal. Sevilla. Este interesantísimo libro, da
mucha cultura sobre las maravillas de la Naturaleza, y engrandece la sabiduría
de Dios, Autor de ella.
[100] MIGUEL RUBIO:
[101] ADOLF HAAS: Evolución y Biblia, II. Ed. Herder.
Barcelona, 1965
[102] Revista. IBÉRICA de
Actualidad Cien tífica, n.138 (X-73)551
[103] FOTHERGILL: Evolución, marxismo y cristianismo en Teilhard de
Chardin,II. Ed. Plaza.Barcelona.
[104] ANTONIO ROMAÑÁ,
S.I.:Estado actual de
[105] ISAAC NEWTON: Optics, 3º edición. London 1721, pg.
344s.
[106] GARRIGOU-LAGRANGE:
DIOS, su existencia, II, 2.
Ed. Palabra. Madrid. 1976.
[107] SALVADOR DE
MADARIAGA: Dios y los españoles, 2º,
V, Ed. Planeta. Barcelona, l975.
[108] JOSÉ ANTONIO GALINDO:
Dios no ha muerto, IV, 6,
[109] PAUL DAVIES: La mente de Dios. Ed. Interamericana
de España. Madrid. 1976.
[110] SALVADOR DE
MADARIAGA: Dios y los españoles,
Introducción. Ed. Planeta.
Barcelona.
[111] MANUEL QUIRELL:
Tras los pasos de Dios, VIII.
Ed. Monte Casino. Zamora. 1997.
[112] JOSÉ M. RIAZA, S.I.:
Azar, Ley, Milagro, II, 1. Ed.
BAC. Madrid, 1964
[113] JOSÉ M. CIURANA:
Pruebas racionales de la existencia de Dios,
V.C. Difusora del libro. Madrid.
[114] JUAN
[115] MANUEL QUIRELL:
Tras los pasos de Dios, II.
Ed. Monte Casino. Zamora. 1997.
[116] JOSÉ M. RIAZA, S.I.:
La Iglesia en la Historia de la
Ciencia, 2ª, XIII,
[117] A. KASTLER: Revista
[118] JOSÉ M. RIAZA, S.I.:
Azar, Ley, Milagro, X, 7. Ed.
BAC. Madrid.
[119] JOSÉ M.
CIURANA: La existencia de Dios ante la
razón,3º, II, A, b. Ed. Bosch. Barcelona,
1976.
[120] Libro de la Sabiduría,
13:1-10; SAN PABLO: Carta a los
romanos, 1:20-23.
[121] Salmo 14:1.
[122] Salmo 19:2.
[123] SAN PABLO: Carta a los
Romanos, 1:19ss.
[124] DENZINGER: El Magisterio de la Iglesia, nº 1785,1806.
Ed. Herder Barcelona.
[125] Revista ECCLESIA,
n.2498 (20-X-1990) pg. 7.
[126] VITTORIO MESSORI:
Algunas razones para creer, XIV.
Ed.
Planeta+Testimonio.Barcelona.2000
[127] VITTORIO MESSORI:
Algunas razones para creer, XIV.
Ed.Planeta+Testimonio.Barcelona.2000
[128] VITTORIO MESSORI:
Algunas razones para creer, XIV.
Ed.Planeta+Testimonio.Barcelona.2000
[129] PARENTE: De Dios al hombre, II, 4. Ed. Atenas,
Madrid.
[130] PAUL DAVIES: La mente de Dios, Introducción. Ed.
Interamericana de España. Madrid. 1996
[131] PAUL DAVIES: La mente de Dios, I,2 .
Ed. Interamericana de España. Madrid.
1996
[132]
[133] RUDOLF LIEBIG: La otra revelación, II, B, b. Ed. Sal
Terrae. Santander, 1977.
[134] JUAN HUARTE: Evolución y problema religioso, pg. 303.
Unión Editorial. Madrid, 1984.
[135] SALVADOR
BORREGO: Dogmas y crisis, I.
México. 1994.
[136] LAÍN ENTRALGO:
El cuerpo humano, pg. 228.
Madrid. 1989.
[137] JUAN
[138] ABC, enero
1972.
[139] J. GAARDER: El mundo de Sofía, 408 . Siruela.
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[140] JOSÉ M.
CIURANA: Pruebas racionales de la existencia
de Dios, II, C. a. Ed. Difusora del libro. Madrid,
1977.
[141] CONCILIO VATICANO II:
Gaudium et Spes: Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual,
n.16; San Pablo: Carta a los Romanos, 2:15
[142] ABC, enero
1972
[143] Nuevo Catecismo de
[144]
[145] CARLOS M.
BUELA: Catecismo de los Jóvenes, 1º, I,
2. Ed. Cruzamante. Buenos Aires,
1976.
[146] VITTORIO MESSORI:
Algunas razones para creer,XV.
Ed Planeta+Testimonio.
Barcelona.2000