a consagración a la Virgen La Consagración a María Santísima consiste en entregarse enteramente a Ella a fin de pertenecer más plenamente a Jesús, por su mediación (San Luis Grignon de Montfort, Tratado de la verdadera devoción). La Consagración a María es la senda más fácil, más breve, más perfecta, más segura para llegar a Dios y de Dios obtener, por la mediación de la Madre, todo lo que necesitamos para la salvación y la santidad, fuente de felicidad, de paz y de abundantes gracias para perseverar en el camino de Dios hasta la muerte. El Papa Juan Pablo II resume su consagración con su lema "Totus tuus ego sum. Et mea omnia tua sun" (Soy todo tuyo. Y todo lo mío es tuyo), y ha propuesto la Consagración a Cristo por manos de María como medio eficaz para vivir fielmente el bautismo (Redemtoris Mater 48).
Consagración de Juan Pablo II : Virgen Madre de Dios, haz que yo sea todo tuyo. Tuyo en la vida, tuyo en la muerte, tuyo en el sufrimiento, en el miedo, en la miseria, tuyo en la cruz y en el doloroso consuelo, tuyo en el tiempo y en la eternidad. Virgen Madre de Dios, haz que yo sea todo todo tuyo. Amén.
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